La novia más afortunada -
Capítulo 2057
Capítulo 2057:
Janet miró a Sonia con cara de confusión, sin saber qué quería decir Sonia cuando mencionó «la luna».
Sonia estaba igual de sorprendida.
Desde sus primeros recuerdos, había sido entrenada por la familia Barton, a partir de los siete u ocho años. Sin embargo, la imagen que acababa de pasar por su mente era totalmente desconocida.
En esa visión había una figurita de bebé con forma de luna. Se quedó perpleja: ¿por qué había aparecido esa extraña imagen en sus pensamientos?
Tendría sentido si hubiera sido un sueño, pero estaba despierta.
¿Quizá era un recuerdo olvidado? Sin embargo, no tenía ni idea.
Sonia estaba ensimismada, con el ceño fruncido por la preocupación. Al observar la mirada preocupada de Sonia, Janet se puso cada vez más inquieta.
«Llamaré a un médico para que te examine», dijo Janet.
Sus palabras devolvieron a Sonia a la realidad.
Sonia agarró la muñeca de Janet y la miró seriamente a los ojos. Ver la preocupación grabada en el rostro de Janet le llegó al corazón.
«Estoy bien. Yo sólo…»
Sonia vaciló, reacia a revelar la verdad. Desvió la mirada y luego se agarró el costado. «Quizá no he descansado lo suficiente últimamente y por eso parecía distraída».
«¿Seguro que estás bien?» preguntó Janet, todavía preocupada.
Sonia cambió de tema, respondiendo con una sonrisa tranquilizadora.
«Sí.»
Janet no tuvo más remedio que renunciar a insistir.
Janet y Sonia estaban eligiendo estilos para la ropa del bebé cuando Janet sintió curiosidad por la historia familiar de Sonia.
«Sonia, ¿tienes hermanos?»
Al oír esto, Sonia bajó la mirada y dijo: «No».
Se inventó una historia sobre sí misma basada en la identidad que Alexandra le había declarado.
Al saber que Sonia procedía de un orfanato, la cálida sonrisa de Janet se endureció bruscamente.
«Lo siento, no quería ofenderte…» dijo Janet, con pesar en la voz.
Sonia, con expresión neutra, jugó con el paño sobre la mesa y respondió: «No pasa nada».
Janet se sintió cada vez más culpable ante la reacción de Sonia.
Rápidamente intentó consolarla. «No te preocupes, Sonia. Quizá tu historia pueda acabar como la mía».
«¿Qué quieres decir?» preguntó Sonia, levantando la vista con curiosidad.
Janet se acarició la barriga de embarazada y empezó a compartir su propia historia de estar perdida y acabar encontrando a sus padres por casualidad. «Al principio fue duro, y tuve que perseverar durante muchos momentos difíciles. Pero ahora, esos días han quedado atrás y espero un hijo con Brandon».
Al final, Janet sonrió suavemente. «Tuve una infancia dura, pero me aseguraré de que mi bebé nunca se enfrente a lo que yo me enfrenté. Estoy preparándolo todo para su llegada».
Al escuchar a Janet, Sonia observó su dulzura. La historia despertó algo en su interior.
Nunca se había planteado sus propios orígenes ni por qué sus padres la habían abandonado. Su vida se había consumido sobreviviendo al duro entrenamiento.
Pero la historia de Janet despertó nuevos pensamientos en Sonia.
Todos los niños tienen padres. Si los suyos aún vivieran, ¿podría encontrarlos? ¿La abrazarían?
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