La novia más afortunada
Capítulo 187

Capítulo 187:

La mujer se giró para mirar también a Janet, que se quedó paralizada durante un breve instante y luego sus ojos se entrecerraron en forma de rendijas.

¿También es una celebridad? Janet era una mujer hermosa, pero no como la mayoría de las mujeres del mundo del espectáculo.

No era el tipo de mujer que atrae las miradas a primera vista, pero sus encantos nunca dejaban de causar una impresión duradera en todas las personas que conocía.

Ni que decir tiene que esta cualidad suya atraía los celos de otras mujeres en la medida en que despertaba la admiración de la mayoría de los hombres.

Emani Gómez dirigió a Janet una mirada de desagrado, que sólo se oscureció cuando se dio cuenta de que llevaba un vestido de noche casi idéntico al suyo: el mismo estilo, en el mismo color.

Y a Janet le quedaba mucho más bonito.

Emani miró a su ayudante de forma directa y la chica entendió el mensaje de inmediato, y procedió a señalar con el dedo a Janet.

«¡Eh, tú!», le grito en tono arrogante.

«¿Quién demonios te crees que eres? Casi chocas con la Señorita Gómez hace un momento. Date prisa y discúlpate».

Las cejas de Janet se fruncieron.

«Has dicho ‘casi’, así que en realidad no le he hecho nada, ¿verdad? ¿Por qué debería disculparme?»

La asistente balbuceó, obviamente sorprendida.

«¿Cómo te atreves? ¿Dónde están tus modales? Bueno, ¡Qué más da! Ve a cambiarte de ropa. ¿No ves que llevas el mismo vestido que la Señorita Gómez?»

Janet ladeó la cabeza, preguntándose a qué venía el alboroto. No le pareció nada del otro mundo.

De acuerdo, la mujer era una estrella, así que era comprensible que no le gustara que nadie llevara el mismo vestido al mismo evento.

Si se lo hubieran pedido amablemente, Janet habría accedido con gusto.

Por desgracia para ellos, ella no era de las que toleraban a los maleducados y presuntuosos.

«¿Por qué debería cambiarme?» respondió Janet.

Con eso, giró sobre sus talones, con la intención de continuar su búsqueda de Ethan.

Pero el asistente la agarró de repente por la muñeca y la hizo retroceder con fuerza.

«¿De qué compañía eres, p%rra desagradecida? ¿Tienes idea de quién es ella? Es Emani Gómez. No puedes permitirte ofenderla ni en sueños». Janet miró de reojo a la actriz.

Era alta y delgada, con rizos oscuros y brillantes que enmarcaban sus delicadas facciones.

Janet era muy consciente de la identidad de Emani.

Además de ser una estrella popular de su edad, también era el nuevo rostro del negocio de ropa del Grupo Larson.

Emani llevaba una máscara con forma de mariposa que le cubría la mitad de la cara, por lo que Janet no la reconoció en ese momento. No parecía ni la mitad de hermosa ni de se%y que en la pantalla.

Tal vez fuera por el fuerte maquillaje, pero su aspecto era especialmente hortero.

Janet se sacudió el agarre de la asistente y miró fijamente a Emani.

«No soy una actriz, sino una diseñadora del Grupo Larson. Y no voy a cambiarme de ropa. Puedo ponerme lo que quiera; no tienes derecho a darme órdenes. Si tanto te molesta el parecido, entonces puedes ir a cambiarte tú misma».

La asistente resopló y empezó a remangarse, dispuesta a darle una lección a Janet.

«¡Tú! Eres una empleada más de la empresa; ¿Cómo te atreves a actuar con tanta arrogancia? No me culpes por castigarte, ya que tú misma te lo has buscado». El aire que los rodeaba crepitaba de tensión.

Emani se interpuso inmediatamente entre ellAs.

«Ten cuidado», reprendió a su asistente.

«No debemos arruinar la fiesta del Señor Larson por culpa de esta don nadie”. Agarró la mano de la chica y le mostro a Janet una sonrisa de desprecio.

«Mi asistenta estaba siendo impulsiva hace un momento. Permíteme decirlo sin rodeos. Tu vestido es sólo una imitación, ¿verdad? Los detalles son muy diferentes a los del mío. No sería bueno que llevaras una imitación tan barata a este tipo de fiesta. Me temo que sólo te avergonzarás si insistes en llevarlo durante el resto del evento.»

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