La novia más afortunada
Capítulo 1836

Capítulo 1836:

Janet bebió un buen trago de la segunda poción, dejando el frasco casi medio vacío.

Cuando estaba a punto de tragarse la última, el amargor la golpeó. Era tan fuerte que casi le provocó arcadas. Su rostro se contorsionó mientras se obligaba a tragar la poción. El sabor amargo era abrumador, le provocó dos arcadas y estuvo a punto de llorar de la incomodidad.

Preocupado, Brandon la abrazó rápidamente. «¿Es demasiado?»

Janet tardó unos instantes en abrir la boca y murmurar: «Sí».

Brandon le ofreció inmediatamente un caramelo para aliviar la amargura, pero no sirvió de mucho. La dulzura apenas aliviaba el sabor áspero que le quedaba en la boca. Mirando la mitad restante de la poción en el frasco, Janet se inquietó.

Al ver su angustia, Brandon se inclinó para besarla, con la esperanza de ofrecerle algo de consuelo. Sin embargo, el sabor amargo de sus labios le hizo ponerse rígido por la sorpresa. En efecto, era insoportablemente amargo.

Al darse cuenta de su reacción, Janet lo apartó rápidamente. «No lo hagas», le dijo. «No servirá de nada que frunzas el ceño o te sientas mal por el amargor».

Las cejas fruncidas de Brandon se suavizaron y sonrió, divertido por sus palabras. Ignorando su consejo, volvió a besarla, quedándose allí hasta que la amargura desapareció lentamente.

El beso dejó los labios de Janet hinchados, pero ahuyentó eficazmente el sabor amargo.

Sin embargo, cuando volvió a ver la botella, volvió a fruncir el ceño. Brandon sonrió con picardía. «No pasa nada. Te ayudaré a quitarte el amargor. O mejor aún, me lo bebo primero y te lo doy por la boca».

Encontrando ridícula su sugerencia, Janet se sirvió el resto de la poción en la boca. El amargor era tan fuerte como antes, pero lo soportó.

Después de tragar toda la poción, volvió a tener arcadas. Brandon se inclinó para besarla una vez más, pero ella se apresuró a apartarlo y se metió varios caramelos en la boca.

Brandon sintió una punzada de compasión, pero también se calentó por dentro, al darse cuenta de que podían enfrentarse a cualquier cosa mientras se tuvieran el uno al otro.

El suplicio había agotado la energía de Janet, que se desplomó en la cama una vez terminado. Brandon la dejó descansar un momento antes de ayudarla a hacer gárgaras y tomar más caramelos. Hizo falta un rato y unos cuantos caramelos más para que el amargor de su boca desapareciera por completo.

Tal vez fuera la medicación o el desagradable sabor de la poción lo que hizo que Janet cayera rápidamente en un profundo sueño en cuanto se recostó en la cama.

Al verla profundamente dormida, Brandon dejó escapar un suspiro de alivio, pero su expresión se volvió seria.

Su teléfono había estado zumbando con mensajes de texto desde antes, pero lo había silenciado para permanecer concentrado en apoyar a Janet. Ahora que ella descansaba plácidamente, abrió los mensajes y empezó a leerlos uno por uno.

Los guardaespaldas le habían enviado actualizaciones, con fotos, de lo que habían visto de Jeremy. Después de ojearlos rápidamente, una fría mueca cruzó el rostro de Brandon. Inmediatamente respondió con instrucciones de redoblar la seguridad y avisarle si Jeremy volvía a aparecer.

Preocupado por la posibilidad de que Jeremy intentara colarse en el hospital, Brandon también envió un mensaje a Frank, instándole a reforzar la vigilancia en torno a las instalaciones.

Mientras tanto, Frank, tras leer el mensaje, acompañó a Alexandra fuera de la sala y la condujo al salón. Allí encontró a Vinson y Wren. Había algo raro en ellos tres juntos.

Al estar en la misma habitación con los tres, Frank no podía deshacerse de la sensación de inquietud que sentía en las tripas. No estaba seguro de por qué, pero parecía que ocultaban algo.

Frank había empezado a sospechar desde que Brandon le pidió que probara la poción. Su vigilancia se había intensificado. Sabía que cualquiera que se atreviera a perturbar su territorio con malas intenciones se enfrentaría a las consecuencias.

Antes de que Frank pudiera poner en práctica sus sospechas, Jeremy apareció de repente en el hospital.

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