La novia más afortunada -
Capítulo 1682
Capítulo 1682:
Llegaron al dormitorio principal. Janet entró en el vestidor y guardó la medicación en el bolsillo de un abrigo de invierno.
«¿Ruiseñor, crees que este es un buen escondite?» Nightingale miró a Janet y luego a los abrigos, asintiendo sin expresión.
Tranquilizada por el asentimiento de Nightingale, Janet sonrió. «¿Podrías traerme un vaso de agua? Debería tomar el medicamento ahora, antes de que Brandon lo vea.»
Nightingale, aunque desconcertada por las acciones de Janet, obedeció y fue a buscar agua. Al regresar con un vaso, Nightingale se lo entregó con cuidado a Janet.
«Gracias», respondió Janet, aceptando el agua. Rápidamente tragó las pastillas, frunciendo el ceño. Tomó un gran trago de agua, tratando de eliminar la amargura de su garganta. Las pastillas bajaron hasta su estómago.
Nightingale se estiró para tomar el vaso, lista para salir del armario. De repente, la puerta se abrió suavemente.
El corazón de Janet dio un vuelco. Instintivamente, se puso delante del abrigo que ocultaba su medicación.
Brandon entró al vestidor, y sus ojos traicionaban el cansancio de un largo día. Sin embargo, al ver a Janet, su fatiga desapareció, reemplazada por una cálida sonrisa.
Brandon notó la inquietud de Janet y bromeó: «¿Qué travesura estabas haciendo hace un momento? Pareces culpable». Se acercaba a ella con cada palabra.
«N-no… no he hecho nada malo. No soy culpable. No seas tonto», tartamudeó Janet. A medida que él se acercaba, los nervios de Janet se intensificaban. Su corazón latía con fuerza y sus palmas se volvían húmedas.
«¿En serio?» dijo Brandon, medio dubitativo, mientras sus ojos se detenían en ella con curiosidad.
«¡No!» Los ojos de Janet se encontraron con los de Brandon, reflejando una determinación inquebrantable. Su expresión se mantenía tranquila, pero su corazón latía con fuerza en su pecho.
En medio de ese momento tenso, mientras Janet buscaba una excusa para engañar a Brandon, Nightingale, que había estado de pie en silencio, intervino de repente. «¿Cómo va la investigación sobre el paradero de Jeremy? ¿Has encontrado su escondite?» preguntó.
Brandon se detuvo, y su atención pasó de Janet a Nightingale. «Nuestro equipo informó que Jeremy regresó a su escondite», respondió, con una sombra cruzando su rostro.
Mientras hablaba de Jeremy, una sombra de seriedad cruzó por su rostro. «Pero hay un giro. Mi equipo derribó su helicóptero antes de que aterrizara. De alguna manera, logró sobrevivir».
El rostro de Nightingale traicionó un atisbo de arrepentimiento. Sus cejas se juntaron con preocupación. «La suerte de Jeremy es bien conocida. Es un maestro en eludir la captura. Pero esta vez está realmente atrapado en un aprieto. No podemos dejar pasar esta oportunidad».
La expresión de Brandon se tensó, indicando su intención de hablar. Sin embargo, Nightingale siguió adelante sin pausa. «No podemos seguir dando vueltas en círculos». Se tomó un momento, su rostro era un lienzo de profundo pensamiento.
Entonces, la claridad brilló en sus ojos y una idea tomó forma. «Atrapar a Jeremy no será pan comido. Solo tu equipo no es suficiente. Propongo unirme a la caza. Juntos, nos aseguraremos de que Jeremy no se nos escape de nuevo».
Brandon miró hacia abajo, perdido en sus pensamientos. La sugerencia de Nightingale tenía sentido, pero cuando levantó la vista, se posó en Janet, quien parecía particularmente afectada bajo la intensa luz. Al notar la incomodidad de Janet, Brandon sintió que su mente se quedaba en blanco. Su único deseo era permanecer cerca de ella.
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