La novia más afortunada
Capítulo 1624

Capítulo 1624:

«¿Una escritora y amiga mía?» repitió Janet. Se sorprendió y abrió los ojos con entusiasmo. «¡Entonces sus libros deben ser increíbles!».

Brandon asintió y sonrió. «Los presentaré nuevamente cuando tengamos la oportunidad».

Cuando Brandon y Janet se sentaron en el sofá, Brandon dirigió su atención a Sean, y su expresión y aura se volvieron feroces y frías. Su presencia era, sin duda, autoritaria. «¿Está todo listo?», preguntó.

La expresión de Sean también se volvió solemne. Asintió y respondió con confianza: «Sí, estoy seguro de que todo está progresando sin problemas».

Brandon le dirigió a Sean una mirada significativa y Sean se fue a hacer los preparativos finales.

Curiosa, Janet preguntó: «¿De qué estás hablando? ¿Qué preparaste para la conferencia de prensa? ¿Puedes decírmelo?».

Brandon sonrió y besó sus labios rosados. Su frialdad se desvaneció y respondió gentilmente: «Te avisaré cuando termine la conferencia de prensa. Descansa en la oficina. Te prometo que volveré en media hora».

Dicho esto, se levantó y estaba a punto de irse. Sin embargo, Janet lo tomó de la mano y le preguntó, presa del pánico: «¿No me traerás?».

Al volver a mirar el rostro preocupado de Janet, Brandon suavizó su tono y explicó: «Hay demasiada gente allí y muchos reporteros con los que tratar. No quiero que salgas lastimada».

Acarició suavemente el cabello de Janet y dijo: «Cariño, espérame aquí, ¿de acuerdo?».

Sin embargo, Janet no quería soltarle la mano. «Quiero ir contigo», insistió.

Brandon era igual de terco. No quería poner a Janet en peligro. Agachándose frente a ella, la miró con gentileza y dijo pacientemente: «Como puedes ver, está muy desordenado abajo. Hay mucha gente. Incluso podría haber algunos tipos malos escondidos entre la multitud. Me temo que no podré protegerte bien».

Entonces, Janet apretó los puños y miró a Brandon, inquebrantable. «Lo sé. Por eso tengo que ir contigo», dijo con firmeza.

Mientras Brandon se sentía ligeramente aturdido, Janet continuó con voz suave pero decidida: «Soy tu esposa. Soy responsable y estoy obligada a estar a tu lado y enfrentar cualquier dificultad contigo. Además, quiero protegerte».

Janet pareció un poco avergonzada al terminar. Sus mejillas se pusieron rojas y su voz se apagó.

Brandon no pudo entender su última frase. «¿Qué deseas?», preguntó.

Janet se rió torpemente y le susurró al oído: «¡Dije que quiero protegerte! Aunque no puedo hacer mucho, puedo protegerte si alguien intenta lastimarte».

«Janet…» comenzó Brandon, con lágrimas brotando de sus ojos. No sabía qué decir en respuesta a su sinceridad. «¿No tienes miedo?», dijo finalmente.

«No tengo miedo», afirmó Janet con confianza. Con sus brazos alrededor del cuello de Brandon, continuó cálidamente: «No tengo miedo mientras esté contigo. De todos modos, he decidido protegerte. Tienes que llevarme allí».

Brandon sintió un calor surgiendo en su corazón, extendiéndose por todo su cuerpo. Sin embargo, aún no quería poner en riesgo a su amada mujer. «Nadie puede hacerme daño. He contratado a muchos guardaespaldas a un precio elevado. Pueden protegerme bien», dijo.

«¡Sh!» Janet le presionó los labios con el dedo y dijo con firmeza: «Ya he tomado una decisión. ¡No intentes persuadirme de lo contrario!».

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