La novia más afortunada -
Capítulo 1584
Capítulo 1584:
Ella lo golpeó juguetonamente en el pecho, su voz llena de falsa sospecha. «Oye, ¿alguna vez fuiste realmente mi humilde asistente?»
Brandon, luciendo una sonrisa que contenía un mundo de secretos, respondió: «Oh, ahora los recuerdos regresan. Sí, una vez estuve a tu entera disposición, gracias a una apuesta. Pero parece que ese capítulo en particular ha eludido tu mente».
Su suspiro nostálgico y ligeramente exagerado sólo sirvió para avivar las llamas de la curiosidad burbujeante de Janet.
Ella le tomó la mano, y su voz temblaba de entusiasmo. «¡Entonces, dime! ¿Cuál fue esta apuesta? Y, lo que es más importante, ¿quién ganó?»
Inclinando la cabeza con fingida malicia, Brandon bromeó: «¿Ansiosa por abrir la caja de Pandora, verdad?»
Antes de que pudiera descifrar completamente la alegría de su tono, su entusiasmo se desbordó. «¡Absolutamente!»
Sus ojos brillaron con picardía. «Primero, déjame mostrarte una reliquia de nuestro pasado».
Su frente se arrugó en confusión. «¿Una reliquia? ¿A qué diablos te refieres?»
«Verás». Él le guiñó un ojo y la condujo hacia el opulento guardarropa del nivel superior. Una vez dentro, se dirigió hacia un armario discreto en un rincón apartado y lo abrió suavemente para revelar su contenido.
Pero antes de que Janet pudiera expresar su creciente desconcierto, las palabras se le atascaban en la garganta.
En un lugar destacado se encontraba una pieza de lencería vanguardista de color negro como la tinta. Su diseño atrevido haría sonrojar incluso al más audaz, y la expresión de sorpresa en los ojos de Janet, junto con sus mejillas sonrojadas, eran un testimonio de su audacia. Tartamudeó, intentando encontrar su voz: «Esto… esto es…»
Brandon, disfrutando de su reacción, se inclinó y dejó que sus labios se acercaran a su oreja sonrojada. «Un ejemplo de tu destreza en el diseño… y del resultado de nuestra apuesta».
Sintió un escalofrío eléctrico que le provocó un hormigueo en las yemas de los dedos. Una parte de ella ansiaba escapar de aquella avalancha de vergüenza, pero sus pies se negaban a moverse. Mientras intentaba expresar una protesta o tal vez una explicación, la intensa mirada de Brandon la dejó muda.
Acercándola más, la voz de Brandon se convirtió en un susurro seductor. «Permíteme, querida, volver a familiarizarte con los detalles más finos de nuestra pequeña apuesta».
En el suave resplandor de la habitación, mientras el tema de su apuesta persistía entre ellos, Brandon quitó delicadamente el camisón de seda del cuerpo de Janet.
El descenso del vestido reveló a Janet en todo su esplendor. Una fuerte inspiración de Brandon calentó su esbelto cuello. «Vístete con el conjunto que has creado para ti». No podía esperar a verlo.
Los sentidos de Janet se intensificaron cuando el frío de la habitación golpeó su piel. Al ver su reflejo en el opulento espejo, notó las manos de Brandon, suaves pero firmes, explorando los contornos de su silueta. La intensidad de su mirada, evidente incluso en su reflejo, hizo que su corazón se acelerara.
Un suave tono rosado la adornaba con emoción y aprensión. Sus muslos, casi empapados por la humedad que bajaba entre sus piernas.
Ella susurró, apenas audible: «Está bien…»
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