La novia más afortunada -
Capítulo 1561
Capítulo 1561:
Los delgados dedos de Brandon limpiaron suavemente sus lágrimas mientras la tranquilizaba con un tono serio: «Si no me crees, puedes llamar a Sean; él te ayudará. Te contaré todo lo que ha descubierto».
Janet resopló y, desconcertada, preguntó: «¿Quién es Sean?». Fue solo entonces que se dio cuenta de que la pérdida de memoria de Brandon significaba que no podía recordar nada ni a nadie de antes. Una punzada de dolor cruzó brevemente su corazón, oculta tras su expresión serena. Explicó con una sonrisa amable: «Sean es mi asistente, mi mano derecha. Si tienes alguna duda, pregúntale. No te engañará».
Su determinación hizo que Janet casi estuviera convencida. Aun así, decidió llamar a Sean más tarde para confirmarlo. «Bueno, ya que lo dijiste, te creeré de mala gana esta vez. Pero llamaré a Sean. Si mientes, nunca volveré a hablar contigo».
«No te preocupes. No te mentiré», prometió Brandon, con una sonrisa juguetona en sus labios mientras despeinaba el cabello de Janet.
Enojada, Janet le apartó la mano de un manotazo. «¡No me estropees el pelo! El médico que me examinó quiere que entres».
«Espera aquí», dijo Brandon, de buen ánimo mientras le revolvía el cabello otra vez, olvidando la tristeza de la conmoción anterior.
«¡Brandon!» Janet lo fulminó con la mirada, con las manos en las caderas y la voz teñida de ira. «¡No hablaré más contigo!».
«Está bien, está bien, no me burlaré de ti», admitió Brandon, riendo.
Le entregó su teléfono. «Tengo el número de Sean. Llámalo tú misma. Iré a saludar a Frank y a encontrar al médico en la habitación de al lado».
Una vez que Brandon se fue, Janet llamó a Sean y le preguntó cuidadosamente sobre la información que había reunido. Al enterarse de que las palabras de Brandon eran ciertas, finalmente exhaló un suspiro de alivio. Su cuerpo se relajó y una sonrisa de genuina satisfacción apareció en su rostro.
La enfermera le entregó un vaso de agua a Janet. Al notar la expresión serena de su rostro, no pudo resistir su curiosidad. «Señora Larson, ¿realmente el señor Larson ha sido acusado falsamente?»
Al darse cuenta de la posible grosería de su pregunta, se apresuró a añadir: «No me malinterprete; no es que dude del señor Larson. Simplemente tengo curiosidad, dado que el rumor sobre su participación en un asesinato ha causado un gran revuelo. Los detalles en línea eran tan vívidos que casi parecían reales».
La fe de Janet en Brandon era inquebrantable, y ella respondió con los ojos brillantes: «Brandon es un buen hombre; no mataría a nadie. Tenemos pruebas que pronto demostrarán su inocencia».
Los ojos de la enfermera se abrieron, y con emoción en su voz preguntó: «¿En serio? ¿El señor Larson realmente no mató a nadie?».
La sonrisa de Janet era cálida y confiada mientras asentía. «Por supuesto, sé que es inocente».
«Eso es maravilloso», dijo la enfermera, dándose palmaditas en el pecho con alivio. Su voz estaba llena de genuina felicidad. «Siempre he admirado al señor Larson. Es guapo, capaz; es todo lo que uno podría desear. Cuando vi esos informes en línea, casi se me rompió el corazón. Me alegro de que no me haya decepcionado».
El orgullo creció en Janet mientras la tranquilizaba: «No te preocupes; ¡él no te decepcionará!».
Las dos mujeres continuaron charlando, creando un ambiente ligero y alegre, en marcado contraste con la atmósfera en la oficina de Frank.
El ambiente en la oficina de Frank era pesado, asfixiante y dificultaba la respiración.
Al mirar el informe del examen de Janet, el rostro de Brandon se oscureció lentamente. Su tono era tranquilo, pero todos los presentes podían sentir el aumento de sus emociones. «¿No recomiendas ningún medicamento? ¿Qué quieres decir?» preguntó de manera estricta.
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