La novia más afortunada
Capítulo 1022

Capítulo 1022:

Frank miró el pintalabios manchado con el ceño fruncido.

«¿De qué estás hablando? Tengo novia. Y la más hermosa».

Ante la mención de su novia, la voz de Frank se alzó preocupada.

«¡Oh, no! No he tenido ocasión de explicarle a Elizabeth por qué he tenido que marcharme tan repentinamente esta noche».

Miró el reloj y se recompuso.

“Aún tengo tiempo de explicárselo. Viendo que estás bien, puedo irme tranquilo».

“Suenas como si fueras a croar”, Brandon rió entre dientes, sorprendido por el inusual enfado de Frank.

“Parece que es ella».

Frank soltó una risita y luego espetó: «Si no estuviera preocupado por tu vida, debería estar con ella ahora mismo. Si pasa algo, ya sabes cómo localizarme».

Antes de irse, Frank le recordó severamente a Brandon: «No puedes postergar más el contarle a Janet sobre tu estado. Tengo la sensación de que hoy no está bien emocionalmente…».

Brandon frunció el ceño. Sus ojos, antes brillantes, estaban ahora llenos de tristeza. Dijo lentamente: «Incluso tú puedes ver que se siente mal. ¿Cómo no me di cuenta?»

«No es propio de ti, Brandon», dijo Frank, desconcertado.

«Créeme; pensaba decírselo a Janet, pero… ayer lloró desconsoladamente en mis brazos durante mucho rato».

El ceño de Brandon se frunció más al pensar en el dolor de la cara de Janet.

«Prefiero que Janet nunca sepa de mi condición. No es una sentencia de muerte. Quiero soportarlo todo solo en vez de disgustarla. Cuando me recupere, quiero tener un hijo con ella».

«Bien. En efecto, es hora de pensar en tener un bebé y entrar en una nueva etapa de tu vida.» Frank sonrió.

“Pero nunca imaginé que un día me dirías algo así».

Bueno, se decía que todo se arreglaba con el tiempo y los cambios de Brandon eran todo un testimonio. Con alguien que le importaba, se volvía mucho más suave.

Frank estaba ensimismado en sus pensamientos cuando de repente su teléfono empezó a zumbar desaforadamente.

Incluso el tono de llamada parecía lleno de ira. Frank tragó saliva y contestó: «Elizabeth, es muy tarde. ¿Por qué no estás aún en la cama?».

«Desapareciste así como así sin explicar nada.. ¿Y esperabas que me durmiera? ¿Dónde demonios estás ahora?»

La frialdad de Elizabeth enmascaraba su rabia.

«Quiero saber qué ha pasado. Si no me lo explicas claramente, hemos terminado».

«Ahora mismo vuelvo y te lo explico todo, ¿Vale?».

Frank cubrió su teléfono con las manos sudorosas y le hizo un gesto a Brandon. Brandon asintió, dándole a entender que era libre de irse.

Antes de que nadie se diera cuenta, había amanecido. La cálida luz del sol se derramaba en la habitación, iluminando las blancas paredes de la sala del hospital. Era otro nuevo día.

Brandon se apoyó en la cabecera, con el periódico de ayer a su lado. Lo cogió y lo leyó en silencio. El único sonido en la sala era el susurro del papel.

De repente, Brandon se detuvo. Los recuerdos de él y Janet juntos durante los dos últimos años inundaron su mente como fragmentos de una película, y todos sus recuerdos se enfocaron lentamente.

«Señor Larson, he traído los documentos y los he puesto sobre la mesa». Cuando Sean entró, vio que Brandon sostenía un periódico con los ojos cerrados.

Pensó que Brandon se había quedado dormido.

Sean caminó tranquilamente hasta la cabecera de la cama y lo arropó, pero Brandon abrió los ojos de repente y Sean se sobresaltó.

Brandon frunció el ceño.

“¿Por qué no hiciste ningún ruido al entrar?».

Sean se tocó la nuca y dijo: «Señor Larson, usted sólo estaba durmiendo. ¿Cómo pudo oír mis pasos?».

Con una mirada fría, Brandon señaló los documentos que había sobre la mesa. Sean fue a buscar los documentos obedientemente. Brandon los cogió y empezó a leerlos. Preguntó en tono tranquilo: «¿Cómo va la investigación del incidente que ocurrió anoche?».

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