La Novia Fugitiva y el Magnate Misterioso -
Capítulo 43
Capítulo 43:
Celia apreciaba mucho esta oportunidad porque, después de todo, tendría una carrera prometedora si conseguía un empleo en el Grupo Evans.
«Disculpe, ¿Cuánto tiempo más vamos a estar atrapados en el tráfico?», preguntó, con la vista puesta en su reloj. Parecía estar envuelta en un mundo de problemas.
El taxista, impotente, respondió: «No estoy seguro… Adelante hubo un choque, por eso cerraron la carretera. Por lo que veo, no va a terminar pronto».
Celia estaba a punto de derrumbarse.
En lugar de esperar en el taxi, lo mejor sería correr hasta allá, por lo que le pagó al conductor, activó el GPS de su celular y aceleró el paso.
Ese día en particular, procuró vestirse de manera apropiada para la entrevista, por lo que usaba un traje formal. Como tal, correr era un problema. Pero, de todos modos, llegó a la sede del Grupo Evans justo a tiempo, por fortuna.
Este edificio era espigado y enorme, con unos 500 metros de altura y 110 pisos, en marcado contraste con las estructuras adyacentes, que tenían entre treinta y cuarenta pisos.
En la construcción exterior del edificio se incluyeron varias características de diseño, y los muros cortina de cristal le daban un aspecto exquisito.
Siempre había querido trabajar en esta empresa.
La recepcionista la condujo a la planta 18, donde esperó con paciencia a que comenzara la entrevista.
Había un gran número de candidatos, entre ellos varios diseñadores conocidos.
Sintiendo el ambiente, se animó adentro, y le llegó el turno bastante rápido. Se acomodó, tomó su currículum y entró en la sala de entrevistas con confianza. Saludó: «Buenos días a todos, mi nombre es Celia Kane. Estoy aquí para una entrevista para el puesto de diseñadora de moda senior».
Frente a ella se encontraban tres entrevistadores. La mujer de la izquierda planteó algunas preguntas comunes.
Las respuestas de Celia fueron fluidas, a pesar de su nerviosismo.
A continuación, tuvo que presentar sus trabajos. Sus diseños e innovaciones fueron alabados por los entrevistadores, quienes le indicaron que volviera y esperara la notificación.
Celia creyó que probablemente había superado la entrevista por las reacciones de los entrevistadores y, dando un suspiro de alivio, abandonó la sala.
Sin embargo, sus tímpanos se llenaron de sonidos de conversaciones y risas en cuanto abrió la puerta.
Un empleado entró corriendo e informó a Gwen Blakely, quien estaba sentada en el centro de los entrevistadores: «Señorita Blakely, acaba de surgir algo urgente».
El ambiente se agitó y todos salieron corriendo hacia la puerta.
Celia los siguió hasta allí, y vio a numerosos trabajadores del Grupo Evans rodeando a una mujer alta con un vestido negro. Las miradas del personal eran una mezcla de excitación y temor.
«¿Por qué es Brea Duffy otra vez?».
Entonces, con un suspiro, Gwen sonrió y se acercó a ella.
“¿Qué hace aquí de nuevo, Señorita Duffy?», preguntó.
¿Quién era exactamente esta Brea Duffy? Celia había oído a Alita mencionar a esta persona antes.
Ella dijo que esa mujer era conocida en la industria del entretenimiento por su extensa red de contactos. Su familia era muy rica y, como le fascinaba la industria del entretenimiento, decidió unirse a ella. En los últimos años, participó en muchas películas y programas de televisión de alto nivel, pero los fans seguían sin estar impresionados con ella.
«¿Debo renunciar a una explicación suya, Señorita Blakely?».
Gwen miró a su alrededor al oír la voz de Brea. Celia se puso de pie en medio de la multitud y entrecerró los ojos para ver a Brea, que tenía el pelo peinado con ondas, y sus rasgos eran delicados y seductores. Su forma curvilínea quedaba resaltada por el traje negro, lo que la convertía en una belleza impresionante.
Si tuviera que señalar un defecto, sugeriría que el diseño de su ropa lo tenía.
Al segundo siguiente, Brea señaló el traje que llevaba con una expresión melancólica.
“¿Qué ‘diseñador importante’ de su Grupo Evans creó este vestido para mí? Pídale que salga y ofrezca su versión de la historia».
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