La novia conveniente -
Capítulo 206
Capítulo 206:
«Sara, gracias».
Maddox le dijo a Sara con una sonrisa.
Sara negó suavemente con la cabeza.
«No tienes que darme las gracias. Si te atreves a hacerle daño a Yayoi, no te dejaré escapar».
Maddox rio: «Lo sé».
Yayoi apretó las manos con fuerza y soltó una suave risita. Luego, se volvió para mirar con desdén al hombre que estaba a su lado.
«Lo siento, no he aceptado estar contigo».
Mientras hablaba, Maddox ensombreció instantáneamente su rostro. Sin embargo, Yayoi le ignoró y se volteó para mirar a Sara con una leve sonrisa.
«Sara, no lo quiero, así que no es una suerte para mí conocerlo».
Yayoi se acercó y recogió su bolso.
Entonces ella dio vuelta y fue a la puerta.
Al ver esto, Sara levantó la manta, dispuesta a salir de la cama para perseguirla.
Sara soltó un grito de dolor, pues se tocó la herida quirúrgica. Luego volvió a tumbarse.
«¡Sara!».
Gritó Maddox, que se apresuró a subir a ver cómo estaba.
Al oír la conmoción, Yayoi se detuvo. Se dio la vuelta y vio a Sara agarrándose el estómago y retorciéndose el rostro. Yayoi se sobresaltó y se apresuró a acercarse.
«Sara, ¿Qué te pasa?».
Preguntó Yayoi con ansiedad.
Sara miró a Yayoi.
Frunciendo los labios, Sara dijo tristemente: «Estás enfadada conmigo».
Yayoi se sorprendió. «No lo estoy».
«Entonces, ¿Por qué te vas?».
«Yo…»
Yayoi miró a Maddox al otro lado de la cama y no dijo nada más.
Al ver esto, Sara puso los ojos en blanco y se lamentó: «Me duele mucho el estómago».
Yayoi estaba ansiosa y alargó la mano para tocar el timbre de la enfermera.
Maddox detuvo a Yayoi.
Ella levantó la vista y lo vio sonreír. «Sara está actuando».
Sara pensó para sí misma.
‘Maldita sea. Maddox, eres un desagradecido. Quiero ayudarte, pero me destruyes la mentira’
«¿Estás actuando?»
Yayoi miró a Sara con duda.
Sara sonrió torpemente.
«Yayoi, yo…»
Antes de que Sara pudiera terminar, los ojos de Yayoi se pusieron rojos y las lágrimas rodaron por sus mejillas.
«Yayoi, no llores. No pretendía asustarte. Creía que estabas enfadada conmigo, así que…”
Sara se apresuró a sentarse derecha y secó las lágrimas de Yayoi.
A continuación, Sara abofeteó con rabia a Maddox varias veces.
«Todo es culpa tuya. Todo es culpa tuya. ¿Por qué molestas a Yayoi?».
Mientras Yayoi lloraba, Maddox se sintió muy afligido. Incluso Sara le regañaba así.
Se sintió muy ofendido.
«Sara, ¿Está mal que me guste?»
«Sí.»
Sara resopló pesadamente.
«No deberías enamorarte de Yayoi».
Maddox no supo qué decir.
Se decía que las mujeres eran caprichosas. Y era cierto. Sara le había prometido que le ayudaría. Pero ahora, se volvía contra él.
Yayoi no pudo comprobarlo por más tiempo y se echó a reír a carcajadas, con lágrimas aun colgando de la comisura de sus ojos.
Al verla sonreír, Sara lanzó un suspiro de alivio.
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