La mejor venganza
Capítulo 97

Capítulo 97:

Tyler abandonó la fachada de fingimiento y reveló sus verdaderos colores de playboy cínico, dirigiéndose a Liam y diciendo: «Soy Tyler, de la familia Riley. Estaba conociendo a tu ex mujer. No te pongas así, amigo».

Tyler continuó: «Una mujer tan exquisita como Yolanda merece un hombre que pueda igualar su gracia, no un bruto como tú. ¿Entendido?»

Sus palabras eran como cuchillos que se clavaban profundamente en el corazón de Liam. El tono despectivo y la actitud condescendiente eran difíciles de tragar.

Liam sintió una punzada de rabia y celos que le recorrió por dentro.

No podía creer que Yolanda le traicionara con un hombre como Tyler.

Tyler tomó el silencio de Liam como un signo de debilidad y continuó jactándose del poder y la influencia de la familia Riley.

«No querrás meterte con nosotros. Podemos aplastar al Grupo Kingland como a un insecto. Y Yolanda se merece algo mejor que tú».

Pero la mente de Liam estaba en otra parte, consumida por la necesidad de enfrentarse a Yolanda por su relación con Tyler.

Sin decir una palabra, se marchó furioso, dejando a Tyler de pie en silencio.

Preocupada por el estado de ánimo de Liam, Andrea se apresuró a seguirlo, con la esperanza de ofrecerle algún consuelo o apoyo.

Liam pisaba a fondo el acelerador, su ira hervía como una caldera de lava caliente.

Andrea, sentada a su lado, estaba perpleja y no pudo resistir el impulso de preguntarle: «¿Por qué estás tan alterado? Creía que tú y Yolanda os habíais separado».

Liam se quedó estupefacto ante su pregunta, sin saber qué responder.

Dejó escapar una risa hueca y contestó: «Sí, tienes razón. Estoy divorciado de Yolanda. Ella es libre de amar a quien quiera. ¿Quién soy yo para interponerme en su camino?».

Sin embargo, el recuerdo de aquel apasionado beso en el hospital se negaba a desaparecer de su mente, causándole una inmensa agonía.

Le dolía hasta la piel de las palmas de las manos mientras apretaba el volante con todas sus fuerzas.

Sin previo aviso, cambió de rumbo y se dirigió directamente hacia el Kingland Group.

En medio de la furiosa conducción de Liam, el timbre de un teléfono interrumpió el tenso silencio que reinaba en el coche.

La pantalla mostraba un nombre familiar: Yolanda.

El corazón de Liam se aceleró con una mezcla de emociones. Después de vacilar un poco, contestó a regañadientes, preparándose para oír su voz.

El tono almibarado de Yolanda goteaba a través del teléfono. «Liam, ¿dónde has estado? ¿Cuándo vas a volver?».

Pero Liam no estaba dispuesto a caer de nuevo en su engaño.

Su voz era gélida cuando respondió: «No, no voy a volver.

Tengo algo que tratar en la empresa».

Y con eso, terminó la llamada abruptamente.

Todavía furioso, Liam se llevó consigo a Andrea y entró en el despacho del director general con decisión.

Julie había estado esperando ansiosamente en el despacho de Liam.

Podía sentir el aura gélida que emanaba de Liam, que estaba sentado en su escritorio, mirando fijamente el teléfono que tenía delante. Escolta a Andrea al departamento jurídico y deja que la ayuden con la demanda. Tenemos que comprar Sunrise Decoration Corp. al precio más bajo posible».

Ambas mujeres percibieron su irritabilidad y asintieron en silencio, saliendo a toda prisa de su despacho para evitar una mayor agitación.

Liam siguió apretando los puños, sintiendo que empezaba a dolerle la cabeza, mientras las insistentes llamadas de Yolanda seguían sin respuesta.

Decidió quedarse en el Kingland Group y evitar regresar al hospital.

El día se alargó y, al final, la cabeza de Liam palpitaba con un dolor intenso.

Con el cuerpo fatigado y la mente cargada de pensamientos, Liam regresó a su villa. En un intento de escapar de la realidad, descorchó dos botellas de whisky y comenzó a adormecerse con el líquido ámbar.

Pero su evasión temporal se vio interrumpida cuando la voz de Julie atravesó la neblina inducida por el alcohol. «Señor Hoffman, el Grupo Riley está intentando manchar nuestra reputación».

Liam sacudió la cabeza, tratando de sacudirse la niebla inducida por el alcohol. Cogió su ordenador y lo abrió.

En la pantalla había un mensaje de la cuenta de Facebook del Grupo Riley, acusando al Grupo Kingland de tratos ilegales con bandas para obtener el Hotel Von Merri y el Pub Pandora.

Por si fuera poco, sitios web financieros, periódicos y medios de comunicación también se habían hecho eco de la noticia, empañando aún más su imagen. Los informes incluso afirmaban que Liam y Julie habían mantenido una relación ilícita.

Internet se convirtió en un hervidero de rumores maliciosos y comentarios mordaces sobre Kingland Group, lo que hizo que el precio de sus acciones se desplomara y que a Liam le hirviera la sangre de furia.

«¿Cómo se atreven a tratar de socavarme?».

Los ojos de Liam brillaban con una furia glacial mientras miraba la pantalla del ordenador.

Su tono furioso hizo que Julie se sintiera sofocada.

Ding Dong.

De repente, sonó el timbre de la puerta y el corazón de Liam dio un vuelco.

Rápidamente activó la aplicación de vigilancia de su teléfono y entrecerró los ojos en señal de sospecha.

Para su sorpresa y rabia, vio a Yolanda de pie frente a su puerta, su figura burlándose de él desde la pantalla.

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