La mejor venganza
Capítulo 650

Capítulo 650:

En el instante en que Liam posó sus ojos en Julie, descartó Cannon en su mano.

Llevaba demasiado tiempo separado de Julie, y el anhelo que sentía por ella cada día casi le llevaba a la locura.

Con un estallido de energía desesperada, corrió hacia ella, con la intención de rescatarla de Rennes, pero su camino estaba bloqueado. Yehuda se colocó entre Liam y Julie, asegurándose de que Liam no pudiera alcanzarla.

Aunque la distancia que le separaba de Julie era muy corta, Liam se encontró detenido por la imponente presencia de Yehuda.

Abrumado por sus sentimientos, fue incapaz de esquivar. Retrocedió como si se hubiera estrellado contra un muro de hormigón, tambaleándose unos pasos hacia atrás, y Yehuda tampoco salió ileso. El poder desatado de Liam hizo que Yehuda retrocediera tambaleándose por la fuerza del impacto.

«Quítate de en medio». gritó Liam con voz helada.

Un destello fugaz de color rojo pareció brillar en sus ojos, y su tono escalofriante provocó un escalofrío involuntario en Yehuda.

Yehuda se había preparado para este enfrentamiento, suponiendo que podría matar fácilmente a Liam. Ahora se daba cuenta de que había subestimado gravemente la destreza del joven.

Liam era un oponente formidable.

Sin embargo, imperturbable, Yehuda comentó con calma: «Tienes una fuerza impresionante para tu edad. Te espera un futuro prometedor, pero desafiar a la Araña Negra es tu error».

Impaciente, Liam frunció el ceño. «¡Basta de charla!»

En un abrir y cerrar de ojos, sus miradas se intercambiaron y saltaron al centro de la sala, con los puños en alto.

Sus puños se movían con tanta rapidez que proyectaban un borrón de sombras a su alrededor.

A pesar de la corpulencia de Yehuda, su agilidad igualaba a la de Liam. Cada puñetazo les obligaba a retroceder antes de lanzarse de nuevo al combate.

Su batalla fue un choque de fuerzas imparables. Ninguno de los dos daba prioridad a la defensa, sino que optaba por lanzar ataques implacables.

A medida que la batalla continuaba, una capa de sudor frío se formó en la frente de Yehuda, y una pizca de miedo comenzó a aparecer.

En las filas de la Araña Negra, su fuerza era incomparable.

Siempre que se había enfrentado a un oponente, éste había tenido un final horrible, aplastado por su fuerza abrumadora.

Sin embargo, el hombre que tenía delante se atrevió a enfrentarse directamente a él, empujando a Yehuda casi al borde de la defensa.

¡Qué individuo tan temible!

Liam, que participaba activamente en la lucha, también tuvo un momento de preocupación oculta. Si Yehuda podía seguirle el ritmo durante tanto tiempo, tenía que ser una fuerza a tener en cuenta.

Pero Liam no podía permitirse que la batalla se prolongara.

Al borde de la derrota, Yehuda se encontró frente a un sereno Liam que lanzó un golpe devastador.

La fuerza del golpe destrozó los movimientos de Yehuda, catapultándolo hacia atrás para estrellarse contra una mesa de juego con un ruido sordo.

La mesa se astilló en fragmentos tras el impacto. A pesar de sus intentos por recuperar el equilibrio, Yehuda no pudo reunir fuerzas para volver a ponerse en pie.

Rennes, que había estado observando la pelea, se quedó estupefacto. Conocía demasiado bien las capacidades de Yehuda. En la Araña Negra, sólo él superaba a su guardaespaldas de confianza.

No había previsto que Liam derribara a Yehuda de esta manera.

En esta situación desesperada, Rennes apretó los puños, sabiendo que tendría que intervenir.

Pero Cannon fue más rápido. Aunque no era fuerte, poseía una astucia que le servía de mucho.

Mientras Liam estaba concentrado en Yehuda, Cannon se había acercado sigilosamente a Julie y ahora le apuntaba a la cabeza con un arma.

En cuanto a por qué los miembros de la Organización de la Noche Oscura habían aparecido en el barco de juego, Rennes no tenía ni idea. Pero Cannon lo había descubierto.

Estaban aquí por Julie. Tenerla como rehén le daría ventaja.

Efectivamente, en cuanto el arma se apoyó en la sien de Julie, Liam se detuvo.

Sus ojos se entrecerraron, mirando a Cannon como un depredador a punto de atacar, mientras preguntaba fríamente: «Dime, ¿qué quieres?».

Al darse cuenta de que su plan había funcionado, Cannon se mostró satisfecho.

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