La mejor venganza -
Capítulo 624
Capítulo 624:
Confiado en que Aaron, que patrullaba una colina diferente, permanecía ajeno, Liam se sintió un paso más cerca de la victoria.
Después de ordenar el campo de batalla, Liam activó su intercomunicador especializado y envió las coordenadas al equipo de Mehdi.
No podía dejar de respetar la eficacia de los hombres de Mehdi.
Al recibir la señal de Liam, aparecieron con notable rapidez.
Señalando la caótica escena, Liam ordenó: «Despojen a los caídos de sus ropas. Intercambien también sus armas, ¡y háganlo rápido!».
Su equipo estaba desconcertado, sin comprender el plan de Liam. Para mantener el elemento sorpresa, Mehdi les había mantenido en la oscuridad, dándoles instrucciones para que simplemente siguieran a Liam.
Liam no ofreció ninguna aclaración. Se limitó a dar instrucciones a los que estaban listos para ponerse a cubierto.
Su reloj contaba en silencio los minutos que pasaban.
A medida que descendía el crepúsculo, Liam, situado en una colina, tenía una línea de visión clara de Aaron y Fiona, que habían adquirido el mineral de tierras raras. Ahora estaban dentro de su zona de emboscada.
«Hora de actuar. Disparen, pero no hieran a nadie», dijo Liam sin emoción.
De repente, una bengala se disparó hacia el cielo.
Ecos de disparos y gritos llenaron el aire mientras rociaban balas cerca de Aaron y Fiona.
Siguiendo la orden de Liam, apuntaron cuidadosamente sus disparos, asegurándose de dar solamente en el suelo, cerca de los pies de Fiona.
La expresión de Fiona cambió radicalmente. Antes de que pudiera siquiera desenfundar su arma, varios cañones oscuros estaban ya apuntando a su cabeza, cortesía de un ataque sorpresa bien ejecutado.
El lugar era ideal para una emboscada. Fiona no tenía ninguna posibilidad de encontrar una cobertura decente.
En menos de treinta segundos, los dos se encontraron rodeados.
Mientras Fiona parecía algo nerviosa, Aaron mantuvo la compostura a pesar de la gravedad de la situación. Salió audazmente de su prisión improvisada en cuanto se vieron rodeados.
Liam ya había dado órdenes a su escuadrón, sin detener las acciones de Aaron.
Al ver cómo se desarrollaba todo, Fiona comprendió la situación. Con los labios temblorosos, preguntó: «Sr. Montgomery, ¿de verdad está…?».
Aunque Fiona había albergado algunas sospechas después de hablar con Liam, ver la realidad casi destroza su compostura. No podía soportar pensar que Aaron, normalmente tan fiable, pudiera ser un traidor oculto dentro de su equipo.
En medio de la confusión, a Aaron se le escapó la palabra «de verdad» de Fiona. La miró y exhaló resignado. «No me lo tengas en cuenta, Fiona. Estoy acorralado».
Con eso, Aaron se dio la vuelta y ordenó: «¡Adelante!».
No podía soportar ver morir a Fiona.
Sin embargo, el disparo anticipado nunca resonó. Su expresión se torció en confusión. Al darse la vuelta, se encontró con varios cañones apuntándole a la cabeza.
Sorprendido, Aaron gritó: «¿Qué significa esto? ¿No me reconoces?».
Justo en ese momento, se oyó la voz de Liam. «Sabemos exactamente quién eres, ¡un traidor en el equipo de recursos!».
Saliendo de las sombras, Liam avanzó hacia Aaron, con los ojos llenos de decepción.
«Tu plan es un fracaso. Ya he neutralizado la unidad de emboscada de la Araña Negra. Todo el mundo está de mi lado. No tienes ninguna posibilidad».
El rostro de Aaron mostraba incredulidad, pero la llegada de Liam borró cualquier ilusión persistente.
Un torbellino de emociones lo envolvió, llevando a Aaron a una repentina y maníaca carcajada. Su energía parecía menguar. Antes un hombre en la flor de la vida, ahora parecía viejo. Se desplomó en el suelo.
«Así que por fin ha llegado este día».
Liam se sintió sorprendido por el comportamiento de Aaron.
No se había mostrado tan rebelde o desquiciado como Liam había anticipado.
Por el contrario, Aaron parecía casi aliviado, como si se hubiera quitado un peso de encima.
Pero no importaba la razón, Liam no podía perdonar a nadie que traicionara a la Organización de la Noche Oscura.
Fue en ese momento cuando Fiona volvió a la realidad. Liam sólo le había dicho que no podían formar pareja por ese día. El resto de su plan seguía siendo un misterio.
Por eso, cuando se encontró rodeada, supuso que se trataba de un ataque inesperado de la Araña Negra. Por un momento, creyó que había llegado su fin.
Conocida por su temperamento ardiente, Fiona no tuvo pelos en la lengua. «¡Javen, imbécil! Casi me provocas un infarto. ¿No podías haberme advertido?»
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