La mejor venganza
Capítulo 539

Capítulo 539:

La sala de interrogatorios se quedó en silencio.

Todos conocían a la familia Hoffman y habían oído hablar de su poder y alcance. Una familia que poseía bienes por valor de billones de dólares en la capital Invone sin duda se regodeaba en Salem.

El rostro del jefe de policía palideció. ¿Qué había hecho? ¿Por qué había tanta gente a la que no podía arriesgarse a ofender en esta sala? El ambicioso e ingenioso jefe de policía retrocedió por primera vez aquel día, escondiéndose e intentando hacerse pequeño.

Ferdinand también había perdido su bravura y arrogancia. Se tragó su orgullo, confundido por lo que estaba sucediendo.

Liam había sido abandonado por la familia Hoffman. No tenía sentido que vinieran a ayudarle.

Tragó saliva y preguntó tímidamente, asustado por la respuesta que iba a recibir: «¿A Liam no lo expulsaron de la familia Hoffman?».

Liam no podía ser reconocido como miembro de la familia Hoffman. Si realmente lo era, sus planes se irían al traste.

Theo miró brevemente a Liam antes de volver a mirar a Ferdinand con frialdad.

«Eso no es asunto tuyo. Sea o no un Hoffman, no puedes hacerle nada».

Ferdinand apretó los dientes y frunció los labios, luchando por contener su ira.

Cierto era que la familia Norris contaba con el apoyo de un rico clan con bienes valorados en billones de dólares. Algunos de los jefes de Ferdinand no temían enfrentarse a la familia Hoffman.

El conocimiento de éstos podría haberle infundido cierto valor, pero Ferdinand sabía que, pasara lo que pasara, él seguía siendo una pequeña mosca que se podía espantar, comparado con ellos.

Pero el hombre que tenía delante, Theo, parecía ser un representante directo de la familia Hoffman.

«Bueno, hoy tienes suerte», dijo finalmente Ferdinand en tono medio amenazador tras un rato en silencio. «Sin embargo, no te alegres demasiado pronto. Esto no ha terminado. Se ha descubierto que su empresa está implicada en el tráfico de drogas y está en el punto de mira del ejército. Ni siquiera la familia Hoffman le protegerá fácilmente de eso».

Tras echarles una última mirada, salió de la sala de interrogatorios, cerrando la puerta tras de sí.

Theo había venido en un principio para pagar la fianza de Liam. Por suerte, llegó justo a tiempo para detener esta locura.

El jefe de policía, que seguía agazapado en un rincón, dejó que Theo pagara la fianza de Liam.

Fuera de la comisaría, Julie seguía de pie, ansiosa.

En cuanto vio a Liam salir por esas temidas puertas, corrió hacia él y saltó a sus brazos, abrazándolo con fuerza y negándose a dejarlo marchar.

No creía haber estado nunca tan asustada, pero la aterradora experiencia le había hecho darse cuenta de que no podía vivir sin aquel hombre.

No muy lejos, el nerviosismo de Vivian se desvaneció cuando vio que Liam estaba bien.

La preocupación que sentía hacía unos segundos fue sustituida rápidamente por unos celos desenfrenados.

Ferdinand se unió a Fuller y a su equipo, y su rostro era la imagen perfecta de la decepción.

Miró a Liam desde lejos y le explicó: «Alguien de la familia Hoffman vino a pagar la fianza por él antes de que pudiera ponerlo bajo mi custodia. Por desgracia, es intocable… por ahora».

Todos sus rostros cayeron ante eso.

Pero Fuller no lo tenía. Con un bufido, se acercó enfadado a Liam.

«¡Bastardo! No me importa si la familia Hoffman te protege o no. Si no me devuelves a mi hijo, te arrepentirás».

Fuller había perdido claramente todo respeto por la familia Hoffman en ese momento. Lo único que le importaba en este momento, era el paradero y la seguridad de su hijo, no un clan rico.

Además, él también tenía un clan igual de rico que lo respaldaba. La familia Hoffman no podía hacerle daño. Con esta seguridad y confianza miró a Theo y le dijo con arrogancia: «Y tú, no seas tan engreído. No eres más que un simple sirviente para ellos. ¿Te tienen miedo? Jamás».

Les dirigió otra mirada de odio y Fuller regresó a la camioneta militar de Ferdinand. Saltó al asiento del conductor y pisó con fuerza el acelerador, haciendo volar el coche con un rugido.

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