La mejor venganza -
Capítulo 50
Capítulo 50:
Cuando la ceremonia de pedida de mano de Dennis y Yolanda aún estaba en marcha, la voz del líder de la banda retumbó anunciando: «¡Tenemos un amigo que quiere dar su más sincera enhorabuena al señor Caldwell y a la señorita Lambert!».
A Dennis le sorprendió el inesperado acontecimiento.
Se sorprendió gratamente, dándose cuenta de que los tres millones de dólares gastados habían valido cada céntimo.
La atención del público se centró en el escenario cuando los miembros de Poor Q volvieron a subir.
Con la atención del público puesta en el escenario, el cantante de la banda presentó a un invitado especial. «Señoras y señores, demos un caluroso aplauso a nuestro amigo y talentoso guitarrista, ¡el Sr. Liam Hoffman! Sube, Liam!»
Cuando el cantante de la banda anunció la llegada de su invitado especial, el público estalló en vítores y aplausos.
Yolanda y Dennis, que acababan de bajar del escenario tras la ceremonia de la pedida de mano, se miraron asombrados, incapaces de creer lo que estaban oyendo: su invitado especial, la multitud estalló en vítores y aplausos.
Yolanda y Dennis, que acababan de bajar del escenario tras la ceremonia de pedida de mano, se miraron asombrados, incapaces de creer lo que estaban oyendo.
Dennis y Yolanda intercambiaron una mirada de confusión, ambos inseguros de lo que habían oído.
Yolanda expresó su incertidumbre preguntando: «¿Ha dicho Liam Hoffman?».
Dennis, igualmente aturdido, dijo: «No creo que sea cierto.
No recuerdo que Liam fuera un guitarrista de talento, y un grupo como los Poor Q no conocería a alguien como él».
A pesar de las dudas de Dennis, el líder de la banda anunció una vez más la llegada de Liam Hoffman.
Las palabras del líder de la banda resonaron en el pub con convicción y emoción.
El público se contagió de la energía y se oyó un coro de voces gritando el nombre de Liam.
Se dieron cuenta de que habían oído el nombre correctamente.
Dennis, todavía en estado de negación, descartó la posibilidad de que Liam estuviera en un lugar como aquel. Su tez se tornó cenicienta cuando dijo: «Debe ser otra persona con el mismo nombre. No puede ser el perdedor Liam que conocemos».
Yolanda asintió con la cabeza. La idea de que el hombre que subía al escenario fuera el Liam que ella conocía le resultaba difícil de aceptar.
Pero antes de que pudiera asimilarlo, tanto ella como Dennis se quedaron atónitos y sin habla.
Los pasos seguros de Liam bajo las luces brillantes atrajeron al instante la atención de todos los presentes.
Su aspecto llamativo y su elevada estatura llamaban la atención y le hacían parecer de la realeza.
Parecía la estrella del espectáculo, y la banda sólo desempeñaba un papel secundario.
Liam estaba sentado en un taburete alto, con la mano agarrando con fuerza el micrófono mientras hablaba. Sus palabras estaban teñidas de tristeza. «Aunque Poor Q actúa hoy, quiero interpretar una canción de un grupo diferente, ‘When I Fall in Love’. Esta canción está dedicada a todos ustedes y a alguien especial».
Liam nunca había olvidado el momento en que Yolanda compartió con él su proposición de matrimonio soñada.
Ella le había confiado su amor por la canción «When I Fall in Love» y su deseo de oírla sonar cuando le pidieran ser la pareja de alguien para toda la vida.
Por desgracia, debido a las prisas de su boda y a la norma de que Liam tenía prohibido utilizar sus recursos, no pudo hacer realidad su sueño.
Pero lo había guardado cerca de su corazón, deseoso de revelar su verdadero yo y cumplir el sueño de Yolanda cuando terminara su entrenamiento.
Había planeado ofrecerle la propuesta más romántica e inolvidable.
En sus sueños, Liam caminaba hacia Yolanda mientras cantaba esta canción. Le expresaría sus sentimientos y haría realidad todos sus sueños.
Sin embargo, hoy no sería Liam quien caminaría y le propondría matrimonio.
Había estado ensayando esta canción durante bastante tiempo. Quería dejar atrás el pasado después de cumplir su promesa a Yolanda, que ella desconocía.
Sujetando la guitarra que le había dado el líder de la banda, Liam trató de afinarla, pero su nerviosismo hizo que le temblaran las manos y tuvo dificultades para hacerlo bien.
Las reacciones del público fueron diversas, algunos abuchearon su incapacidad para afinar el instrumento.
Pero en cuanto empezó a tocar, se concentró y los demás miembros de la banda se unieron a él.
La voz de Liam era fascinante y cautivadora, y con el sonido de la guitarra, todos quedaron maravillados.
Las voces del público se apagaron al quedar todos absortos en la emotiva melodía.
Para Yolanda, era la primera vez que presenciaba a Liam de esta manera, como un príncipe melancólico, digno pero lastimero.
Y lo más importante, era su canción favorita.
Yolanda se sintió profundamente cautivada por Liam mientras lo veía actuar. El recuerdo de su conversación pasada sobre su canción favorita llenó su mente y susurró para sí misma: «No lo ha olvidado».
Cuando la melodía de la canción llenó el aire, Yolanda sintió que una oleada de emoción la inundaba. No pudo resistirse a balancearse al ritmo de la canción, moviendo la mano junto con los demás miembros del público.
En ese momento, Yolanda ya se había dado cuenta de que era a ella a quien se refería Liam en su dedicatoria.
Los recuerdos del pasado inundaron su mente, como cuando Liam se levantaba temprano para comprarle sus gambas favoritas a la orilla del mar, o le calentaba una taza de leche todas las noches antes de acostarse.
Recordaba cómo él siempre sonreía y satisfacía todas sus demandas, por poco razonables que fueran.
Las lágrimas corrían por el rostro de Yolanda mientras se preguntaba cómo Liam, que solía ser un bueno para nada, podía transformarse ante ella en esta figura segura de sí misma y carismática.
«¿Por qué… por qué brilla tanto ahora?».
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