La mejor venganza
Capítulo 441

Capítulo 441:

«Eres tan dulce. Cuando Liam se haya ido, te llevaré a mi casa».

Clarence irradiaba entusiasmo. Sus dedos recorrían constantemente los contornos de la figura de Yolanda, encendiendo sus deseos.

Finalmente, cogió a Yolanda en brazos y se la llevó.

Presenciando el espectáculo, Dennis se hervía por dentro.

Pero tuvo que reprimirlo.

Le hervía la ira, pero se mordió la lengua.

Al fin y al cabo, no estaba en condiciones de enfrentarse al heredero de una familia valorada en cientos de miles de millones de dólares.

El único consuelo que le quedaba a Dennis era poder librarse de su archienemigo, Liam.

Todas las dificultades valían la pena.

El día siguiente, en el Kingland Group, todas las estratagemas de Liam se ejecutaron al pie de la letra.

La inversión inicial en garantía de calidad y desarrollo logístico había alcanzado los mil millones de dólares.

Las reservas financieras del grupo estaban al borde del abismo.

Sin embargo, el personal de Kingland Group estaba entusiasmado y se comprometió a ejecutar el plan a la perfección.

Mientras tanto, bajo la dirección de Clarence, multitud de medios de comunicación arremetían contra Funbuy, influyendo unánimemente en la opinión pública.

«Se anuncia que el plan de ‘autodestrucción’ desvelado ayer por Kingland Group ha comenzado hoy. Según los expertos financieros, la maniobra de Kingland Group es un intento desesperado de retener clientes agotando sus reservas de efectivo. Es una despiadada guerra de precios. Nada de esto puede ocultar los problemas inherentes de Funbuy. De hecho, podría acelerar la caída de Funbuy».

Clarence incluso sembró la duda en los medios de comunicación. «El supuesto programa de descuentos de diez mil millones de dólares de Kingland Group es un mero espectáculo. No beneficiará realmente a los clientes».

En cuanto salieron a la luz estas informaciones, los internautas empezaron a arremeter contra Funbuy en Facebook.

Incluso quienes defendían a Funbuy eran vistos como parias y atacados por los demás.

Sin embargo, rápidamente llegó un momento de reivindicación.

Guiado por Liam, y mediante esfuerzos incesantes, el departamento de marketing convenció a Funbuy para que formara alianzas con múltiples marcas.

Si sus productos estaban a la venta en Funbuy, la plataforma renunciaba a las comisiones en una primera fase. Además, también facilitaba el almacenamiento y la logística, lo que reducía considerablemente los gastos de los vendedores.

Para los clientes, Funbuy implantó una política de devoluciones de siete días, con envío gratuito ofrecido por la plataforma, lo que simplificó enormemente la experiencia del usuario.

El almacenamiento y la logística, las dos operaciones más costosas, corrían a cargo de Kingland Group. El grupo quemaba dinero, lo que incentivaba a las marcas a rebajar sus precios.

La campaña de subvenciones de diez mil millones hizo honor a su nombre.

Cuando algunos vendedores notaron un repunte en las ventas, bajaron sus precios, desatando un frenesí aún mayor.

Fue una auténtica guerra de precios.

Además, algunos productos electrónicos de gama media y alta alteraron el panorama del mercado de Funbuy.

Muchos antiguos usuarios apostaron por estos productos electrónicos.

Rápidamente recogieron los frutos, elogiaron a Funbuy y corrieron la voz.

Muy pronto, la frase «La campaña de subvenciones de diez mil millones de dólares de Funbuy es real» encabezó los trending topics de Facebook.

Las críticas de Clarence a Funbuy quedaron desmentidas.

La gente corriente no se preocupaba por el destino de Kingland Group.

Lo único que sabían era que Funbuy les ayudaba de verdad a ahorrar dinero.

En el despacho del director general de Kingland Group se reunieron los altos ejecutivos.

Recibieron datos del departamento técnico. «Desde que se lanzó la campaña de subvenciones de diez mil millones de dólares, el volumen de transacciones de Funbuy se ha triplicado».

Esta noticia provocó una mezcla de alegría y preocupación.

Se alegraron porque la plataforma vio aumentar su actividad. Si esto seguía así, Funbuy se haría con la mayoría de la cuota de mercado.

Su preocupación se debía a que el aumento de las transacciones suponía más gastos. Pero las finanzas del grupo no daban para más.

Tras un debate, se dirigieron a Liam para conocer su punto de vista.

En ese momento, Liam sólo disfrutaba de la felicidad, porque las finanzas no le preocupaban.

Si el plan tenía éxito, los beneficios serían considerables.

No se preocupen por los fondos. Yo me encargo. Lo que tienes que hacer es asociarte con más marcas de calidad.

Simultáneamente, recalibrar el inventario de los productos incluidos en la campaña de subvención de los diez mil millones y controlar los costes. En conclusión, el plan de subvención de los diez mil millones de dolLares debe hacerse público lo antes posible. Que los usuarios sean testigos de la audacia de Funbuy para premiar».

El grupo se sumió en otra acalorada discusión. A pesar de sus preocupaciones, nadie cuestionó el punto de vista de Liam.

Después de todo, optaron por confiar en el visionario que les guiaba.

«¡Mantengan la motivación! Una vez que concluya la campaña de subvenciones de diez mil millones de dólares, cada uno de ustedes recibirá una bonificación equivalente al salario de un mes», añadió Liam.

Era muy consciente de que la fe por sí sola no era suficiente.

Sólo el beneficio podía motivar verdaderamente a los demás.

Como era de esperar, los empleados se animaron y ejecutaron sus tareas con pasión al oír las palabras de Liam.

Al final, Liam era el único que quedaba en la oficina.

La tensión mental era tan intensa que se desplomó en su silla.

Sin embargo, su rostro mostraba una constante sonrisa de satisfacción.

Porque había previsto la evolución de la campaña de subvenciones de diez mil millones de dólares.

Justo entonces, Clarence llamó a Liam.

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