La luz de mis ojos -
Capítulo 1379
Capítulo 1379:
Eso sería absolutamente perfecto.
Si Sheryl moría, Melissa confiaba en que Charles la escucharía de una vez por todas y dejaría sus propiedades a su cuidado. En ese caso, ella sería la verdadera anfitriona de la casa: sería necesario que gestionara las finanzas de la familia.
Complaciéndose en su imaginación de un futuro fácil, pensó: ‘Sheryl, has intentado luchar contra mí hasta el final. Bueno, ¡ahora te enfrentas a las consecuencias!
Con esto en mente, Melissa apenas pudo contener la risa.
Pronto se oyeron las sirenas de la ambulancia. Un grupo de personal médico saltó del coche y corrió a la habitación de Sheryl para ponerla en una camilla y llevarla al hospital.
De camino allí, Nancy se quedó con Sheryl en la ambulancia. Se acordó de llamar a Charles y decirle que se dirigiera al Hospital General en lugar de a Dream Garden.
Preocupado como un loco, Charles condujo hasta el hospital a una velocidad increíble. Con ánimo sombrío, sintió que todo se volvía gris a su alrededor cuando el polvo pasó volando mientras conducía.
Una vez en el hospital, corrió a urgencias más rápido que nunca en su vida.
Dentro, los médicos hacían todo lo posible por salvar la vida de Sheryl.
Un médico salió para hacerle firmar el Aviso de Enfermo Crítico, diciéndole con franqueza que el paciente que llevaba dentro podría no ser salvable. Las manos de Charles temblaron violentamente. En ese momento, ya no pudo evitar que las lágrimas corrieran por sus mejillas.
Con la mirada fija en la hoja que tenía delante, la firmó como si estuviera atrapado en una especie de sueño, en contraste con la firma habitualmente vigorosa que utilizaba en los expedientes de su despacho. Sus manos, incontrolablemente temblorosas, revelaban el pánico extremo que sentía en ese momento.
«Doctor, por favor, salve a mi mujer. Por favor». suplicó Charles, agarrando al doctor por el brazo como si fuera un salvavidas si se estuviera ahogando en el mar.
Aunque el médico ya estaba acostumbrado a estar cerca de asuntos de vida o muerte, incluso él se sintió conmovido por la debilidad y la súplica en los ojos de Charles.
«Sr. Lu, haremos todo lo que podamos.»
Cada operación era una batalla: los médicos no podían prometer nada a las familias de los pacientes. Lo único que podían hacer de verdad era poner todo su empeño en salvar a todos los pacientes que tenían.
Con eso, el médico retiró suavemente las manos de Charles de su brazo y le dio una breve palmada en el hombro antes de lanzarse a la sala de urgencias, dispuesto a entrar en la batalla de salvar otra vida.
El sonido de la puerta al cerrarse hizo que Charles se estremeciera aún más. Lo único que pudo hacer fue quedarse quieto fuera de la habitación, con los ojos fijos en la puerta como si ésta pudiera determinar la vida y la muerte mismas.
Antes de que terminara el procedimiento, Melissa y Leila llegaron al hospital a toda prisa. Al ver la luz del letrero de urgencias, supieron que Sheryl seguía allí.
«Charles, no te preocupes. Sheryl podría recuperarse pronto. No te hagas sufrir demasiado».
Al ver el rostro espantoso de Charles, Melissa lo consoló con toda la sinceridad que una hipócrita podía lograr.
Como era de esperar, Melissa se dejó caer por el hospital no por preocupación, sino por despecho: lo único que quería era ver a Sheryl desdichada e indefensa.
Ver a Sheryl morir de una muerte dolorosa sería motivo de celebración.
El intento de Melissa de consolar a Charles no sirvió para aliviar su pena. Lo único que hizo fue recordarle que en la Familia Lu, a Melissa y a Leila nunca les gustó que Sheryl se quedara en casa, así que debían tener algo que ver con su coma.
Sheryl acababa de resfriarse. ¿Cómo pudo convertirse en una enfermedad crítica?
Era demasiado para Charles. Lo único que podía entender era que Melissa y Leila tuvieran algo que ver.
Con ese pensamiento, Charles no pudo contener su ira y prácticamente rugió: «¡Si le pasa algo malo a Sher, no dejaré que te salgas con la tuya!».
Los dos se quedaron en silencio. Su mirada feroz parecía atravesarlos.
Al recibir su ira, Melissa se sintió agraviada. Aunque siempre había querido a Sheryl fuera de sus vidas, esta vez no hizo nada para ponerla en peligro.
Justo cuando estaba dispuesta a responder a Charles por haberle gritado, su expresión sombría y oscura la asustó y no se atrevió a decir nada más para provocarlo.
En cambio, siguió fingiendo estar preocupada por Sheryl para apaciguar a Charles. Eso no le impidió maldecir a la mujer para sus adentros.
‘¿Por qué no está muerta todavía? ¡Mi propio hijo me gritó por culpa de esa zorra!
Siempre ha ido contra mí. ¡Merece morir!
Con pensamientos de odio llenando su mente, la cara de Melissa se iluminó: no podía alegrarse más de ver a Sheryl en un estado tan desesperado.
Mientras tanto, a diferencia de Melissa, Leila se sentía bastante nerviosa, esperando de verdad que Sheryl sobreviviera.
Aunque durante un tiempo había esperado con impaciencia la muerte de Sheryl, poco después se dio cuenta de que las cosas eran diferentes en este caso: ella era una de las principales implicadas en la grave enfermedad de Sheryl. Si ella moría, podría acabar siendo un verdadero caso de asesinato.
A pesar de todo, Leila no podía arriesgarse a afrontar las consecuencias de un asesinato.
Aunque quería acabar con Sheryl, no quería vivir el resto de su vida como una asesina. Apretando los dientes, se preguntaba y lamentaba cómo sus impulsos la habían llevado a consecuencias tan nefastas.
Por primera vez en su vida, Leila se preocupó de verdad por Sheryl, aunque sólo fuera por su propio bien. En el fondo de su corazón, rezaba con todas sus fuerzas por la supervivencia de Sheryl.
Inconscientemente, acabó cogiendo a Melissa del brazo, buscando cualquier tipo de apoyo.
Haciendo el papel de pariente preocupada, Melissa fingió murmurar para sí: «Pobre Sheryl, por favor que esté bien».
Mientras lo hacía, miró sutilmente a su hijo, esperando que escuchara sus pequeñas plegarias.
Para su decepción, Charles ni siquiera le dedicó una mirada. La seguridad de Sheryl era lo único que le importaba en aquel momento. Independientemente del lío de la situación, sólo quería que Sheryl se recuperara lo antes posible.
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