La indomable esposa del CEO -
Capítulo 616
Capítulo 616:
Edward estupefacto, ni siquiera se atrevió a mirar a Elena en este momento al final qué tipo de expresión …… Elena apretó los dientes, y sus manos y pies estaban fríos, y no podía encontrar ninguna palabra para describir su estado de ánimo en este momento.
Mason la miraba preocupado, temiendo que se estimulara y se derrumbara, y sus ojos la miraban nerviosamente, sin atreverse a apartarse.
Y no sé cuánto tardó, resopló e inmediatamente se echó a reír, «Heh ……»
«Elena ……» El corazón de Mason dio un respingo, arrepintiéndose de repente de su impulso de hace un momento, «¿Estás, bien?»
«Bien, muy bien». Ella asintió; en su rostro no se podía leer qué estado de ánimo había realmente en su corazón.
Edward seguía murmurando sobre la belleza de su relación con Joanna, pero el dolor de su rostro nunca se disipó.
«¡Muy bien, se trata de asuntos triviales, está por decir ahora, cuando llegue el momento, si queréis ajustar cuentas, id al infierno uno por uno para ajustar cuentas!»
Jacqueline, que había permanecido en silencio durante mucho tiempo, habló por fin, enderezando la mano y diciendo.
Emma se tensó de inmediato: «Jacqueline, no estarás pensando en matarnos en este momento, ¿Verdad?».
«¿O qué?» preguntó Jacqueline retóricamente, «¿Para qué tienes que vivir?».
«Disponible en ……»
«¡Nada más que eso!»
«¡Jacqueline! ¡Elena ahora odia completamente a Edward! Nunca se irá con Edward, ¡No! Así que en vez de depositar tus esperanzas en él, deberías elegirme a mí, y yo te ayudaré, ¡Te ayudaré a cuidar de todos ellos!»
Emma, al final, se apiadó de su propia vida e intentó desesperadamente convencer a Jacqueline.
Jacqueline no respondió, sino que lanzó la pregunta a Edward: «Edward, el acuerdo que tú y yo hicimos antes, ¿Sigue contando?».
Edward guardó silencio un momento, y cuando volvió a levantar el rostro dijo con firmeza: «¡Cuenta!».
«¿Por qué?» gritó Emma con incredulidad, «¡Edward, eres estúpido! Elena no estará de acuerdo en absoluto, al principio te odiaba, te odiaba por hacer que Joanna no pudiera ver el mundo claro en su vida, y tú, ahora debes cambiar la muerte de Logan por su vida, ¡No te lo perdonará en su vida!»
«¡Aún así, eso es asunto mío, no tuyo!».
Edward la miró fijamente con aquella mirada, como si estuviera a punto de comérsela. Ella exhaló un frío suspiro de miedo e inmediatamente miró a Mason, suplicando ayuda.
Mason se movió sin hacer ruido, se colocó frente a ella y le dio unas palmaditas en la palma de la mano.
Al ver la situación, Emma se tranquilizó un poco.
Edward miró a la pálida Elena y dijo, palabra por palabra: «Te lo dije, pase lo que pase, ¡Sólo la quiero viva!».
Jacqueline también temió que se echara atrás y respondió inmediatamente: «¡Bien! Entonces cooperaré contigo, ¡Y también debes prometerme que nunca romperás la promesa entre nosotros!».
«Claro». Dijo Edward de buena gana.
Jacqueline se rió, luego miró la hora y dijo: «Ya es hora, es hora de irnos para ahorrarnos sorpresas».
Edward asintió: «Voy a por el coche».
Jacqueline no tuvo la menor duda en ese momento y le entregó las llaves enseguida.
Éste la miró, antes de ir al coche caminó hasta la puerta de Elena y habló despacio: «Elena, sé que me odias, pero no me importa que me odies ……»
«¿Ah, sí?» Elena abrió la boca en señal de autodesprecio, sin saber si se estaba riendo o era otra cosa …… Edward se apretó la palma de la mano; no sé cuánta fuerza empleó para devolver por fin todas las emociones a su corazón.
Jacqueline se quedó atrás y se enfrentó a unas cuantas personas.
Emma vio que Edward ya no estaba allí y no pudo evitar decir con un atisbo de esperanza de nuevo: «Jacqueline, ¿Qué tal si volvemos a hablarlo?».
«¡No tengo nada de qué hablar contigo y, además, no tienes ninguna ventaja en tus manos!».
¡Es obvio que Jacqueline no se come su mierda y no se cree cada palabra que dice!
«¡Yo sí!»
Emma habló con urgencia: «Dame tiempo, te demostraré que puedo ayudarte, ¿Cómo vas a vivir el resto de tu vida en el futuro con este aspecto? ¿No asustarás a la gente si sales? ¿Qué te parece si mi padre y yo cuidamos de ti? Te haremos una vaca y un caballo».
«¡No hace falta!» Jacqueline la miró de reojo y se negó en redondo.
Dio un paso adelante y se puso la pistola contra la sien.
Mason una cara de pánico, justo antes de que haya acción los ojos de Jacqueline han mirado por encima, «Mason, puedes tomarlo con calma, siempre y cuando haya un poco de temeridad, mis manos no pueden garantizar que no temblará Oh …… »
«Tú ……» Mason apretó los dientes y se calmó, «¡Jacqueline, haré lo que quieras mientras nos dejes en paz!»
«¿Dejarnos en paz? ¡Ella es la verdadera asesina de mi hija! Cómo esperas que la deje en libertad!» Jacqueline le miró fijamente, y su voz se elevó unos tonos, ¡Con una frialdad infinita!
Todo el cuerpo de Mason se estremeció involuntariamente, no podía negarlo, pero tampoco podía quedarse de brazos cruzados y ver morir a Emma delante de él …… Emma apretó los dientes y replicó de mala gana: «Yo ncluso puedes perdonar a Elena, ¿Por qué no me perdonas a mí? Además, si no lo hubiera hecho, tú habrías muerto, y también Yolanda, ¡Así que de qué otra forma habrías tenido la oportunidad de vengarte!».
Si no fuera por su ……, ¡Hace tiempo que sería un fantasma solitario!
Las palabras de Emma parecieron tocar de inmediato las escamas de Jacqueline, sus manos ya habían apretado el gatillo y la pistola la apuntaba: «Entonces, ¿Esa es la razón por la que puedes matarla sin piedad y seguir diciendo estas cosas impunemente?».
Sólo porque puede dejarla vivir, así que la muerte de Yolanda está justificada, en el sentido, y no se equivoca en absoluto …… inconscientemente, Emma quiso asentir con la cabeza, pero no pudo evitar volver a sacudirla de inmediato cuando se encontró con su mirada sombría y aterradora.
Se rió y dijo rígida: «¿Cómo? La muerte de Yolanda también me dejó indefensa ah, además, no fue mi intención, sólo fui descuidada, de verdad …… después, han pasado cosas, tampoco tuve otra opción antes opté por ocultártelo ……»
Jacqueline la miró con esa mirada hipócrita y la mueca de desprecio de su rostro se hizo más profunda.
Mason le tiró con cuidado de la manga y la reprendió en un susurro: «¡Emma, basta!».
Si decía una sola palabra más, Jacqueline se moría de ganas de matarla, por no hablar de lo mucho que decía, ¡Seguía sin admitir sus propios errores, sólo para librarse de su propia responsabilidad!
Mason sabe mucho sobre la gente y sabe leer las caras de las personas, pero Emma es todavia joven y no nota nada malo, en cambio piensa que Mason se mete en su camino. Quiero vivir, aún soy joven, ¡No quiero morir!».
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