La indomable esposa del CEO
Capítulo 158

Capítulo 158:

Logan recibió una llamada de los Brown, que le pidieron que volviera para celebrar su cumpleaños con ellos. Pero Logan se negó en seguida, lo que irritó al abuelo George al instante.

Anna oyó su negativa y no pudo evitar defender a los Brown: «Logan, ¿Cómo puedes rechazarlos? ¡Son tu familia! ¿Cómo es que estás dispuesto a celebrar tu cumpleaños con esta gente en vez de con tu familia?».

Lo soltó sin pensar detenidamente, y su queja hizo que todos guardaran silencio durante un segundo.

Elena esbozó una sonrisa: «Como no sois su familia, podéis iros como queráis. No te obligaremos a quedarte aquí».

Anna se sintió avergonzada y su rostro palideció. Bajó la cabeza y se sentó junto a Zach sin decir una palabra.

Zach estaba ayudando a Sophia a vendar la herida. Entonces vio por casualidad los ojos enrojecidos de Anna. «¿Qué pasa?», preguntó él.

Anna negó con la cabeza, sintiéndose agraviada. Le preguntó con voz grave: «No debería haber venido aquí, ¿Verdad? Parece que aquí no me dan la bienvenida. ¿O he hecho algo malo?».

Zach no sabía qué contestar. Tenía razón en que aquí no le caía bien a nadie. Mantuvo deliberadamente la distancia y cambió de tema: «Has dicho que a tu padre le gustó el regalo que le hice, ¿Verdad? Acabo de comprar más y están guardados en mi coche. Ahora podemos llevárselos a tu padre».

«¿Y la fiesta de cumpleaños?» Anna estaba taciturna, pues se resistía a marcharse.

Zach la miró con gesto serio: «No creo que sea prudente que te quedes aquí. ¿Estás de acuerdo?»

Todos podían ver que Logan no la acogía en absoluto. Si insistía en quedarse aquí, nadie estaría contento.

A Anna le irritaba. Gruñó: «¿Qué quieres decir? ¡Zach! No me importa si les gusto o no, pero tú eres mi novio, deberías… »

«¿Alguna vez me has considerado tu novio, Anna?».

Anna se sintió sofocada por su actitud indiferente. Lo miró asombrada, pero la fría expresión de Zach la asustó como si al segundo siguiente fuera a romper con ella. Temía ser abandonada por él.

«Zach…» Anna intentó ser suave, abrazándole para mostrar su compromiso, «Sé que estás enfadado porque he venido aquí sin decírtelo. Pero Logan es mi amigo. Sólo quiero hacerle un regalo».

Sus palabras hicieron que le costara respirar. Pero se esforzó por serenarse. «Entonces salgamos de aquí y vayamos a visitar a tu padre».

«¡Qué bien! ¿Cuándo visitaremos a tu madre? Recuerdo que tu familia siempre quiere ver a tu novia, ¿Verdad?».

«Bueno…» Zach se volvió inconscientemente hacia Sophia. Pero ella estaba hablando con Elena sin prestarle atención: «Puede esperar. Mi madre está muy ocupada estos días. Ahora no tiene tiempo para verte. De todos modos, podemos visitarla en el futuro».

Anna le creyó y asintió: «De acuerdo. Tienes razón».

Así pues, fueron a ver a Elena y Logan y les dijeron que se marchaban. Cuando se marcharon, Sophia se inquietó. Elena le dio unas palmaditas suaves en la cabeza: «¿En qué estás pensando? ¿En Zach?»

«¡No!» Sophia negó de inmediato: «¡Es un mal tipo! ¡Un vividor! ¡Y me ha hecho daño varias veces! ¿Por qué pienso en él? ¡Yo mposible! Sólo quiero que me lo devuelva».

Al quejarse, se enfadó aún más.

Elena sonrió sin decir nada. Era mejor para Sophia que no le gustara Zach. De lo contrario, las cosas podrían complicarse.

Sophia notó su sonrisa, sintiéndose molesta: «¿Por qué lo mencionas?».

«Por nada. Sólo quiero recordarte que Zach no es tan simple como crees. No es bueno que te enamores de él».

«¡No lo haré!» Sophia apartó la mirada. Pero se sintió aún más incómoda por su advertencia.

Elena suspiró en silencio. Si Anna no fuera la novia de Zach, Sophia y él harían buena pareja. Sin embargo, las cosas no salían como ella deseaba. A Zach se le daba muy bien tratar con chicas. Tenía talento en el amor. Elena temía que Sophia perdiera y resultara herida en este juego.

El ambiente que les rodeaba era bastante extraño en aquel momento. Afortunadamente, Daisy se unió a su conversación y animó el ambiente. Sophia se sintió aliviada.

Daisy se sentó junto a Elena: «¡Elena, ahora dime qué regalo le darás a Logan!».

«No lo tengo». Ella frunció el ceño.

«¿Qué?»

«¡El regalo!» Elena hizo un mohín. Al segundo siguiente, se dio cuenta de que había hecho demasiado ruido. Comprobó atentamente si Logan y David la habían oído. Por suerte, ahora no estaban en el salón. Habían ido antes al estudio.

Daisy mostró su descontento: «Hace un momento hablaban de un proyecto, así que subieron. Qué adictos al trabajo».

Elena se sintió aliviada. Al cabo de un rato, Jacob volvió. Elena se levantó en seguida y tiró de él hacia el rincón. Jacob le dio la caja con anillos: «Señora. Está hecha siguiendo tus instrucciones. Y no le digo ni una palabra al Señor Brown».

«¡Gracias!» Elena cogió la caja y la abrió. Era igual que se había imaginado, e incluso mejor. Estaba muy sorprendida.

«¡Vaya!»

Daisy se dio cuenta de que hablaban en un rincón y la siguió para ver qué pasaba. Entonces vio por casualidad los anillos, lo que la sorprendió mucho: «¿Lo has diseñado tú?».

Era demasiado tarde para que Elena lo ocultara, así que tuvo que admitir: «Sí».

Los gritos de Daisy atrajeron a Sophia, que también se acercó a ellas. El rostro de Elena se sonrosó, ya que estaba emocionada y feliz: «Bueno, la idea se me acaba de ocurrir. No sé si le gustará o no».

«¡Seguro que le gustará!» dijo Daisy, mostrando su envidia, «Qué triste. yo no tengo talento para diseñar. Puedo pedirle a David que me haga uno. Uno único!»

Sophia se quejó: «¿Así que tengo que depender de mí misma porque soy soltera?». inmediatamente cogió a Elena del brazo: «¡Escucha! Cuando me case, ¡Tendrás que diseñarme los anillos!».

Elena no pudo evitar reírse: «¿Confías en mi gusto?».

«¡Por supuesto!» Levantó la cara, mirando a Elena llena de esperanza. Elena asintió: «Entonces deberías esforzarte por conseguir primero un novio…». Sophia soltó un gran suspiro y bajó la cabeza… En ese momento, Jacob vio venir a Logan: «¡Señor!».

Elena escondió inmediatamente los anillos detrás de ella. Sophia y Daisy también se pusieron delante de Elena para ayudar a guardar el secreto.

Logan enarcó las cejas y preguntó: «¿Qué haces? ¿Algo malo?

¿Por qué parecéis todos tan raros y nerviosos?».

«¡Por nada! Mi ídolo. Absolutamente nada!» Sophia fue la primera en explicarse. Parecía inocente con su carita de niña. Nadie pensaría que estaba mintiendo.

Pero Logan no la creyó. Miró a Elena: «¿De verdad?».

Elena asintió enseguida con la cabeza: «¡Por supuesto! ¿Cómo podríamos hacer algo malo detrás de ti? Sólo estamos sorprendidos de que hayas aparecido de repente».

Logan se rió: «¿Acaso doy miedo?».

Se metió la caja en el bolsillo, salió y asintió con seriedad: «¡Sí!».

A veces parecía frío e indiferente, y daba miedo cuando se enfadaba.

Logan frunció el ceño y se preguntó si alguna vez la había asustado de verdad. Sin embargo, Elena temía que siguiera preguntando y se encontrara con su sorpresa, así que lo sacó: «¿Así que terminaste de hablar con David?».

«Sí». Logan asintió y miró a Jacob, tratando de obtener la respuesta de su ayudante.

Jacob también estaba asustado. Le ponía muy nervioso que Logan le preguntara de repente. Y tendría que contestar, lo que le obligaría a faltar a su palabra con Elena.

Elena se dio cuenta y dijo en un tono descontento a propósito: «Si sigues mirando así a Jacob, pensaré que te has enamorado de él».

Logan se rió entre dientes: «¿De qué estás hablando? No envidias a Anna, sino a Jacob. ¿Es una broma nueva?».

Él sonrió encantadoramente; a ella se le aceleró el corazón al mirar su apuesto rostro. Bromeó: «Sé que Anna no te interesa, pero Jacob es diferente. Vosotros dos siempre estáis juntos…»

«Tonterías». Realmente quería saber qué pensaba ella exactamente en su mente.

Por supuesto, Elena sabía que él no tendría ninguna aventura con Jacob. Sólo quería que él no se enterara de la sorpresa.

Logan le pellizcó suavemente la mejilla: «Te buscaré un entrenador. Deberías hacer ejercicio y aprender a protegerte».

«¿Por qué? ¿Qué ha pasado?»

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