La exesposa muda del multimillonario -
Capítulo 747
Capítulo 747:
Todavía quedaban muchas cosas de las que Kallie tenía que ocuparse. Así pues, Edgar solo podía ofrecerle palabras de consuelo, con la esperanza de aligerar su corazón. Percibiendo sus intenciones, Kallie simplemente sonrió y dijo: «No te preocupes por mí. Lo llevo bien. De hecho, hasta soñé con Jake. Me aseguraba que estaba bien y me instaba a tener fe en él. Estoy bien. Si puedo verle en mis sueños, es más que suficiente. Al menos su rostro quedará grabado en mi memoria».
A Edgar se le partía el corazón a cada instante. Había sido testigo de las pruebas y tribulaciones a las que Jake y Kallie se habían enfrentado juntos. Armándose de valor, declaró: «Ten la seguridad de que, aunque sólo sea su cuerpo, te lo devolveré».
Kallie respondió con una suave sonrisa, prefiriendo el silencio a las palabras.
Kallie acarició con ternura a Elma, que yacía inmóvil en la cama del hospital. Habían pasado muchos días, pero Elma no mostraba indicios de despertar.
Ver la carita pálida de Elma hizo que el corazón de Kallie se retorciera de dolor. En aquel momento, lo único que pudo ofrecerle fue un suave beso en la mejilla de Elma. Si el destino se lo permitiera, cambiaría con gusto su vida por la de Jake y Elma, deseando su seguridad y bienestar.
Después de permanecer sentada durante lo que le pareció una eternidad, el mareo se arremolinó en la cabeza de Kallie como una tormenta. Kallie se levantó con la intención de echarse agua en la cara para disipar la bruma que le nublaba la mente.
Mientras se dirigía hacia allí, de repente vio una figura no muy lejos. Era… No era otro que Jake. Su sonrisa irradiaba calidez, como siempre. En cuanto vio a Kallie, se dirigió hacia ella con pasos rápidos.
«Jake». A Kallie le temblaba la voz cuando lo llamó, con un impulso desesperado de lanzarse a sus brazos. Pero justo cuando ella le tendía la mano, él se desvaneció en el aire. De repente, Kallie se sobresaltó al oír la voz de Elma resonando en la habitación del hospital.
Apresurándose, Kallie descubrió que Elma, que había estado en coma, por fin había despertado.
Elma miró a su alrededor, visiblemente desorientada. Al ver a Kallie, murmuró tímidamente: «Tía».
Lágrimas de alegría cayeron en cascada por las mejillas de Kallie, que se apresuró a envolver a Elma en un suave abrazo, con cuidado de no apretarla demasiado.
Al sentir a Elma entre sus brazos, Kallie supo que aquel momento era real, no un mero sueño. «Buena niña. No soy la tía. Soy tu madre, tu verdadera madre. ¿Puedes llamarme mamá?» Kallie miró expectante a Elma, que encontró su mirada con una expresión compleja en los ojos.
Al comprender la vacilación de Elma, Kallie no pudo evitar sonreír con nostalgia. Sin embargo, no se ofendió. Alisó con ternura el pelo de Elma. «No pasa nada. Aguantaré hasta el día en que me aceptes. Supongo que es culpa mía por precipitarme».
Elma se quedó sin palabras, incapaz de articular el remolino de emociones que llevaba dentro. El único recuerdo vívido que tenía era el de Cara secuestrándola a ella y a Sophie. Abrumada por la agonía y el terror que la invadían, poco a poco fue cayendo en la inconsciencia, sin recordar nada de lo que ocurrió después. Ahora, cuando por fin abrió los ojos, Kallie estaba aquí, diciéndole que era su madre.
Elma estaba convencida de que tenía que tratarse de un sueño fugaz. Tenía que ser falso. Si lo aceptaba como realidad, la sola idea de despertar de aquel agradable sueño la sumiría en la tristeza.
Fuera, la lluvia caía a torrentes, tamborileando contra las ventanas como un corazón inquieto. Mientras tanto, Jake se despertó sobresaltado, sus ojos se abrieron de golpe y se encontró envuelto en un entorno desconocido.
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