Capítulo 725:

Con la respiración agitada, Kallie retrocedió instintivamente, murmurando: «¿Señorita Morgan?».

Ante las palabras de Kallie, el comportamiento de Cara se suavizó inesperadamente. Su dureza habitual se fundió en una sonrisa serena. «Señorita Nixon, qué coincidencia».

Aunque la sonrisa y la mirada suavizada de Cara parecían reconfortantes, un inquietante escalofrío persistía, dejando a Kallie inquieta.

«Saludos, señorita Morgan». Tras una breve vacilación, Kallie se inventó rápidamente una excusa. «He venido a recoger unos medicamentos para Calvin. Me voy, a menos que necesite algo». La mente de Kallie se agitó con preocupación. Si Cara se enteraba de que el verdadero motivo de su visita era ver a Elma, seguramente se armaría un lío.

Esta vez, sin embargo, Cara no montó una escena. Se limitó a clavar en Kallie una mirada profunda y escrutadora.

Cuando Kallie empezó a pasar junto a ella, Cara murmuró inesperadamente algo inquietante: «Haz un esfuerzo por visitar a Elma con más frecuencia, o podrías perder la oportunidad de verla algún día». Kallie giró involuntariamente la cabeza hacia Cara.

Cara tenía un aire de autosatisfacción cuando se tapó la boca y soltó una risita.

Kallie detectó una amenaza velada en las palabras de Cara. Le molestaba que Cara utilizara a Elma como palanca, pero se limitó a replicar en tono frío: «Señorita Morgan, recuerde que Elma es su hija». La sonrisa de Cara se volvió significativa, pero no dijo nada.

Kallie apartó la mirada de Cara y siguió su camino. En parte esperaba que Cara tomara alguna medida, pero Cara se limitó a observar su marcha con una sonrisa escalofriante.

Afortunadamente, las puertas del ascensor se cerraron, evitando que Kallie tuviera que soportar por más tiempo la intimidante sonrisa de Cara.

Kallie había planeado enviarle un mensaje de advertencia a Jake, pero se dio cuenta de que no tenía su información de contacto. Tal vez fuera mejor así. Estaba decidida a no provocar ningún problema entre Cara y Jake. Temía que la culparan a ella.

Cuando el ascensor se detuvo en la primera planta, Cara desvió la mirada. Suspiró y sacudió la cabeza.

Sin que Kallie lo supiera, Cara llevaba un cuchillo de fruta a la espalda.

La incomodidad de Kallie momentos antes era una reacción visceral a una amenaza percibida. No se trataba de que Kallie pensara demasiado las cosas. Por un instante, Cara pensó en atacar a Kallie con el cuchillo y acabar con la vida de ambas.

Sin embargo, tras reflexionar, Cara desechó la idea. Una muerte así sería demasiado sencilla para Kallie.

Cara estaba decidida a llevar a Kallie a la desesperación total, asegurándose de que Kallie nunca volviera a amenazar su relación con Jake.

Con un nuevo plan en mente, los labios de Cara se curvaron en una leve sonrisa. Dejó que el cuchillo cayera al suelo y se dirigió a la sala de hospitalización de Elma.

Dentro, Jake estaba sentado junto a la cama de Elma, contando un cuento. Elma estaba a punto de dormirse cuando Cara apareció de repente en la puerta.

La inesperada entrada sobresaltó tanto a Elma como a Jake.

La frente de Jake se arrugó de preocupación, y su voz salió cortante, casi áspera. «¿Qué haces aquí?»

Escrutó a Cara de pies a cabeza, con una mezcla de sospecha y fastidio en su mirada. «¿Por qué vas vestida así?».

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