Capítulo 684:

Un escalofrío recorrió a Keely y entró vacilante, ofreciendo una sonrisa tentativa. «Señora, no es eso. Sólo pensé que estaría cansada y no quería molestarla».

Cara clavó en Keely una mirada silenciosa y penetrante que le erizó la piel.

Navegando entre los restos esparcidos, Keely se acercó a Cara y empezó a amasarle los hombros, tratando de levantarle el ánimo. «Eres impresionante, de verdad. Tanta belleza y gracia. El señor Reeves no sabe apreciar tus méritos».

Cara soltó una carcajada burlona. «Ahórrate las palabras vacías. Sólo sirven para recordarme mi miseria».

Keely sacudió rápidamente la cabeza. «Soy sincera. ¿Recuerdas tus días de colegio en Burmoos? Tenías admiradores por todas partes, clamando por tu atención».

Un rastro de nostalgia se dibujó en el rostro de Cara.

Las palabras de Keely eran innegablemente ciertas. En aquel entonces, antes de todo esto, Cara había sido vibrante y llena de vida. Aunque no era sorprendentemente guapa, tenía facilidad para vestir bien y socializar, lo que le había granjeado una amplia red de amigos.

En aquella época, la familia Morgan aún no había alcanzado una fama significativa, pero Cara era una figura muy conocida para muchos. Numerosos hombres distinguidos se disputaban su atención, deseosos de ser elegidos por ella.

En aquella época, sin embargo, Cara no se interesaba por nadie, pues creía que sólo un hombre de méritos incomparables la merecía.

Pero entonces, todo cambió. Tras su rescate, las historias sobre Ernesto y Grifo empezaron a circular por su pueblo natal. La forma en que la gente la veía cambió. La miraban con desprecio y juicio. Incluso los comentarios de su familia se volvieron más duros. Sólo Clayton la apoyó y siguió defendiéndola.

A pesar de las dificultades, Cara seguía siendo muy exigente. Seguía creyendo que sólo merecía un compañero excepcional. Tener un compañero excelente a su lado obligaría a sus detractores a respetarla.

Sin embargo, Cara no podía evitar preguntarse por qué Jake no mostraba interés en ella, a pesar de todos sus esfuerzos. ¿Qué tenía ella que lo alejaba?

Al ver que Cara no perdía los estribos de inmediato, Keely aprovechó la oportunidad para ofrecerle unas palabras reconfortantes.

La tensión de Cara se relajó visiblemente. Golpeó suavemente la mano de Keely y comentó: «¡Ay! Después de todos estos años, eres la única que me entiende de verdad. Hasta Clayton se pone ahora de parte de Jake».

Una sombra de amargura brilló en los ojos de Cara al mencionar esto.

Keely la consoló. «Puede que tu hermano tenga sus razones, pero puedes contar conmigo para cubrirte las espaldas».

«¿En serio?» La esperanza parpadeó en los ojos de Cara.

Cara estrechó cálidamente la mano de Keely, pero sus siguientes palabras provocaron un escalofrío en Keely. «Entonces, hazme un favor. Mete un micrófono en el estudio de Clayton. No es que tenga segundas intenciones. Es sólo que ahora todo el mundo desconfía de mí, y necesito saber lo que él y Jake traman en privado.»

A Keely le flaquearon las piernas. «Señora, no es que no quiera ayudar, pero realmente no puedo manejar algo así. Además, si esto se descubre, estoy jodida».

Ante la negativa de Keely, Cara retiró rápidamente la mano y resopló. «Así que todas tus palabras anteriores eran sólo mentiras, ¿eh? ¿Te das cuenta de las consecuencias de mentirme?».

Keely se estremeció, sintiendo que la mirada helada de Cara la atravesaba.

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