La exesposa muda del multimillonario -
Capítulo 668
Capítulo 668:
Atrapada entre el sueño y la vigilia, los ojos de Kallie se abrieron de golpe y se centraron en Jake.
«¡Jake!» Kallie jadeó, su voz fina y distante, como si creyera que aún estaba soñando.
«Quédate quieta», le ordenó Jake con el ceño fruncido, tratando de mantener cierta distancia para pensar con claridad.
Sin embargo, al verla tambalearse en el borde de la cama, su determinación vaciló. Con un suspiro, se acercó a ella para tranquilizarla, con acciones más suaves que sus palabras.
Envuelta en su reconfortante abrazo, Kallie sintió que el calor se extendía por ella, calmándola considerablemente.
Sin embargo, no pudo reprimir el reflejo de su cuerpo. Levantó las manos, agarró el cuello de Jake e intentó levantarse para darle un beso.
La tez de Jake se tiñó de un carmesí intenso, sus orejas no se salvaron, su reacción fue inusualmente tímida. Su voz, áspera y con una advertencia apenas disimulada, rompió el silencio. «No te muevas. Si sigues así, tendré que echarte». Sin embargo, su advertencia cayó en saco roto.
Kallie, sin inmutarse, empezó a tirar de su ropa.
«Deja de moverte», imploró Jake, con la voz teñida de impotencia.
Kallie se detuvo para mirarle, con los ojos parpadeando rápidamente. De repente, las lágrimas brotaron y se derramaron. Sintiéndose totalmente agraviada, cerró los puños y los golpeó débilmente contra el pecho de Jake. Sus golpes eran repetitivos pero carecían de fuerza, su energía parecía drenada por la droga.
«Jake, ¿qué quieres decir? ¿No me reconoces?» sollozó Kallie, con la voz quebrada por la emoción. «¿Has olvidado con qué ansia me perseguías, pidiéndome que nos volviéramos a casar? ¿Has olvidado cómo suplicaste que yo y nuestro hijo te aceptáramos?». En ese momento, el peso de sus sentimientos de injusticia la abrumó y lloró incontrolablemente, agarrando la camisa de Jake.
Jake estaba desconcertado por sus palabras. Sin embargo, al igual que aquella noche en el bar, la visión de sus lágrimas le destrozó el corazón. Sentía como si realmente la hubiera ofendido.
Sin darse cuenta, Kallie acabó sentada en el regazo de Jake, acunada en su abrazo, susurrando: «Aunque esto sea sólo un sueño, lo aceptaré. Porque en mis sueños, puedo verte».
Jake la miró y, movido por un impulso que no podía explicar, alargó la mano para quitarle las lágrimas.
Kallie le cogió la mano y levantó la mirada hacia la suya.
Poco a poco, sus labios se encontraron.
Al contacto, algo se rompió en la mente de Jake. Su resistencia se derrumbó. Cada segundo que pasaba la acercaba más.
Bajo la influencia de las drogas, Kallie le correspondió con el mismo fervor.
El sentido común de Jake se desvaneció y la empujó suavemente hacia el único sofá de la habitación. Recorrió con los dedos su delgada cintura y la besó con ardiente pasión.
Kallie forcejeó, con las palmas de las manos presionando débilmente el pecho de Jake en un intento de apartarlo.
Los dedos de Jake ya habían empezado a desabrochar la ropa de Kallie. Le consumía un deseo desbordante que no dejaba lugar a la reflexión. Sus ojos ardían de intensa lujuria.
Justo cuando Jake estaba a punto de ir más lejos, sonó un fuerte golpe en la puerta.
El golpe rompió el momento, reverberando en los oídos de Jake. De repente, fue sacado de su aturdimiento, sobresaltado al ver a Kallie despeinada y con la cara roja en su abrazo.
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