Capítulo 570:

Limitada en lo que podía comunicar, los gestos de la mujer eran frenéticos y llenos de desesperación. «Señorita, tenga fe en usted misma. No son gente de fiar. No crea ni una palabra de lo que dicen. No vale la pena arriesgar su vida por nosotros. No valemos eso».

Kallie negó con la cabeza. «No existen las personas menores o mayores. En Avalon, sólo se trata de que el jefe contrate empleados. Todo el mundo nace igual. Están aquí para trabajar. No tienen derecho a hacerte daño ni a dictar tu destino».

La mujer miró a Kallie, con el rostro nublado por la confusión, sin comprender del todo el concepto de igualdad. Probablemente procedía de un lugar donde las divisiones sociales estaban muy arraigadas y las mujeres prácticamente no tenían derechos. Kallie se lo explicó con sencillez, y un destello de esperanza brilló en los ojos de la mujer.

La mujer acarició la cabeza de su frágil hija e hizo un gesto de impotencia, como diciendo: «Si no hubiera nacido de mí, quizá habría venido a este mundo en ese país que ha mencionado, que parece mucho más bonito».

Kallie contuvo cualquier palabra que pudiera alimentar falsas esperanzas, consciente de que escapar de aquí podía ser un sueño lejano.

En otro lugar, tras un mes en coma, Jake abrió por fin los ojos. Lo primero que vio fue a Edgar, que tenía lágrimas en los ojos.

Jake frunció el ceño. No entendía por qué Edgar estaba tan alterado.

«¡Papá!» Justo entonces, Sophie irrumpió en la habitación. Al ver a Jake despierto, empezó a sollozar.

Jake sintió una oleada de conmoción. Recordaba vívidamente que, antes del coma, Sophie se había negado rotundamente a llamarle papá, dirigiéndose siempre a él como Jake.

Jake ansiaba responder, pero sentía la garganta dolorosamente seca y dolorida. Hizo una pequeña pausa antes de preguntar: «Sophie, ¿dónde está tu madre? ¿Y por qué de repente me llamas papá?».

Sophie permaneció callada, con los ojos brillantes de lágrimas no derramadas. Edgar le había advertido que no hablara del destino de su madre.

A Sophie le dolía el corazón por Kallie. Echaba muchísimo de menos a Kallie. Una oleada de inquietud se apoderó de Jake al ver la reacción de Sophie. Sabía que tenía que controlar sus emociones, consciente de que cualquier tensión podría impedir su recuperación.

Jake pidió a Edgar que acompañara a Sophie a la salida.

Cuando llegaron los médicos y las enfermeras, Jake aprovechó la oportunidad para averiguar cuánto tiempo llevaba inconsciente.

El médico, con rostro grave, reveló la cruda verdad. Jake llevaba un mes en coma y, en un momento dado, los médicos habían declarado que se encontraba en estado vegetativo.

Esta revelación provocó una sacudida de ansiedad en Jake, porque parecía incapaz de controlar lo que estaba ocurriendo. Tenía la fuerte sensación de que habían ocurrido muchas cosas en el último mes.

Edgar entró justo cuando los médicos y las enfermeras se marchaban. Al ver la expresión preocupada de Jake, Edgar se dio cuenta de que ya no podía ocultarle más secretos.

Edgar se colocó junto a la cama de Jake y se arrodilló. «Señor Reeves, no salvaguardé a la señorita Nixon, y lo lamento profundamente».

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