La exesposa muda del multimillonario
Capítulo 531

Capítulo 531:

Elaine se acercó furiosa, apartó la cortina de un tirón y fulminó a Kallie con la mirada. «¿Cuál es tu problema? Ha hecho algo Saniya para molestarte?».

Kallie mantuvo la calma y acercó a su asustada hija. Sus ojos se encontraron con los de Elaine, firmes e inquebrantables. El aire entre ellas se volvió tenso y Elaine, a pesar de su agresividad inicial, retrocedió instintivamente.

Kallie sonrió suavemente, con voz tranquila pero firme. «Creo que ésa es una pregunta para la señorita Mason. ¿Cómo la ofendimos exactamente mi hija y yo para que sienta la necesidad de convertirnos en su objetivo?».

«Usted…» El enfado de Elaine estalló, pero antes de que pudiera soltar una frase completa, Kallie la cortó. «Señorita Webster, he notado que usted es alguien que valora la justicia. No sería tan protectora con Saniya si no creyera que necesita que la defiendan».

Elaine, sorprendida por el repentino elogio, vaciló. Las palabras de Kallie eran desarmantes y, a su pesar, Elaine no pudo responder. Abrió la boca como si fuera a hablar, pero tras una larga pausa, simplemente la cerró, insegura de cómo proceder.

Kallie continuó, con tono mesurado: «Soy una mujer corriente. La señorita Mason, en cambio, es una figura pública. ¿La cortina? Era para proteger su intimidad y no para causar problemas. Lo mencioné delante del director y de la cámara, y nadie se opuso, ni siquiera Saniya. Entonces, ¿por qué ahora, después de todo eso, de repente afirma que lo estoy utilizando para avergonzarla?».

Kallie se detuvo un momento, dejando que sus palabras calaran hondo, y luego añadió: «No he hecho nada para provocarla. La única razón por la que he llegado tarde hoy es porque no estoy en el chat de grupo. No saqué el tema en cámara por respeto a las dos, sabiendo que estáis en el punto de mira del público. Sin embargo, en lugar de gratitud, la señorita Mason ha estado usando eso como excusa para atacar a mi hija».

Elaine se quedó muda, su anterior agresividad se desvaneció. Frunció el ceño, su frustración visible, y luego, sin otra palabra, sacó su teléfono. Como había previsto, sólo quedaban tres personas en el grupo.

Elaine recordó cómo había configurado antes el chat de grupo y le había pedido a Saniya que añadiera a cualquiera que no estuviera presente. Pero ahora, estaba claro. A pesar de que el espectáculo ya había comenzado, Kallie nunca había sido agregada.

La mirada escéptica de Elaine se desvió hacia Saniya, que no tardó en inquietarse. La desesperación parpadeó en los ojos de Saniya mientras los ponía en blanco, buscando claramente una salida. En un tono tembloroso y sollozante, soltó: «Aunque eso sea cierto, no puedes confabular con la tripulación para meternos en la misma habitación. ¿Intentas intimidarme? La puerta está cerrada, y no hay monitor… Sólo soy una pequeña estrella. ¿Qué podía hacer?».

Kallie no pudo evitar reírse. El intento de Saniya de cambiar de tema era transparente, y aunque inteligente, no lo suficiente como para sostenerse. «Eres lista», replicó Kallie con calma. «Pero no lo bastante. Fuiste tú quien insistió en echar a suertes la asignación de habitaciones, delante de la cámara, alegando que sería justo. Yo no tenía ningún problema en compartir habitación con la señorita Clifford, pero tú insististe en el sorteo».

Kallie hizo una pausa, con la mirada fija mientras hablaba. «Entonces, si supuestamente estaba conspirando con el equipo, ¿cómo encajaría en eso el sorteo al azar que sugeriste?». El silencio se apoderó de la sala.

Sophie, captando la tensión, imitó la expresión lastimera de Saniya y susurró: «Mami, esa señora es tan mala. ¿Por qué sigue intentando intimidarme? Tengo miedo».

Kallie sonrió suavemente, pasando una mano por el pelo de Sophie. «Cariño, no escuches a mujeres así. Han perdido su dignidad».

El comentario cayó como un golpe directo, sin dejar lugar a malas interpretaciones.

.

.

.