La exesposa muda del multimillonario -
Capítulo 517
Capítulo 517:
Jake se había limitado a dar instrucciones a sus hombres para que se encargaran de Jenny. Todos en su círculo sabían que Kallie era el amor de su vida, así que no tuvieron piedad con Jenny. Sin embargo, Jenny no podía responsabilizar a Kallie; solo podía maldecir su propia estupidez.
Cuando Jenny vio que Jake se quitaba la máscara, sus ojos se abrieron de golpe. Su voz, rasposa por la incredulidad, preguntó: «¿No se supone que nunca debes quitarte esa máscara?».
Jake se limitó a mirar fríamente a Jenny y la despidió. Kallie tampoco tenía ningún deseo de entablar conversación con Jenny.
Sophie puso los ojos en blanco exageradamente y declaró con un deje de determinación: «Sólo se quita la máscara cuando está con mi madre porque se siente cómodo con ella. Pero se niega a hacerlo con cualquier otra persona. Si no fuera por mi madre, probablemente nunca le verías la cara». Jenny sintió una punzada en el corazón al oír esto. Estaba claro que Sophie lo había dicho intencionadamente. A pesar de su juventud, estaba lejos de ser estúpida.
Tyrone regresó, y Sophie esperaba ansiosamente ese momento. Sin embargo, hizo caso omiso de todos. Aunque Kallie hizo todo lo posible por consolar a Sophie, su ánimo seguía bajo. Sophie culpó a Jenny de encerrar a Tyrone y drogarlo, haciendo que se olvidara de ellos.
Comprendiendo las insinuaciones de Sophie, Jenny se mofó maliciosamente: «¿Por qué tanta petulancia? Dudo que tu madre y Jake acaben juntos. Te mereces quedarte sin padre».
¡Aplauso! Kallie bajó la cuchara con fuerza. Su mirada hacia Jenny era penetrante. «¿De verdad crees que no me atrevería a tocarte sólo porque tienes a mi abuelo bajo tu control?».
Desconcertada, Jenny buscó la protección de Tyrone. Pero antes de que pudiera llegar hasta él, los guardaespaldas le cerraron el paso. Tyrone siguió comiendo, ignorando por completo el calvario de Jenny. En su mundo, lo único que importaba era tener a Jenny a su lado.
La cara de Jenny primero se puso roja de ira y luego palideció de miedo. No tuvo más remedio que arrodillarse y ofrecer disculpas a Sophie. Cuando Jenny se puso en pie y observó la habitación, su mirada no contenía más que un claro resentimiento y hostilidad hacia los tres observadores.
Más tarde, esa misma noche, tanto Kallie como Sophie sufrieron fuertes dolores de estómago. Jake, que aún no se había marchado, se apresuró a acudir a su lado al recibir la angustiosa noticia. Al ver sus rostros cenicientos, sintió una oleada de pánico, la primera en su vida. Sin embargo, Jake recuperó pronto la compostura y ordenó a Trent que los llevara rápidamente al hospital.
Mientras se marchaban, un destello de determinación brilló en los ojos de Jake. No tardó en llamar a Edgar, indicándole que llegara enseguida y vigilara a Jenny.
Gracias a su oportuna llegada al hospital, Kallie y Sophie se recuperarían tras recibir tratamiento. Sin embargo, el embarazo de Kallie complicó las cosas; estuvo a punto de abortar. Jake había sospechado que Kallie estaba embarazada cuando la vio en el hospital ese mismo día. Sin embargo, en ese momento, ella estaba baja de ánimo y no mostraba ningún deseo de verle.
Suponiendo que quería interrumpir el embarazo, Jake sintió una oleada de tristeza, pero respetó su decisión. Tumbada en la cama, Kallie sufría tanto que el sudor la empapaba y su rostro se tornaba ceniciento. Sin embargo, se aferró a la mano de Jake, murmurando palabras sin darse cuenta: «Mi bebé. Salva a mi bebé».
Jake, claramente conmocionado, no pudo contener su incredulidad. «¿Estás segura de que quieres quedarte con el bebé?».
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