Capítulo 42:

🍙 🍙 🍙 🍙 🍙

«¿Qué te crees que estás haciendo? ¡Para ya! Voy a llamar a la policía!» La voz frenética de Linsey llenó la habitación mientras cogía su teléfono.

Pero las amenazadoras figuras no le hicieron caso. Algunos siguieron saqueando la habitación mientras otros avanzaban hacia Kallie y Linsey, con sus intenciones claras. Linsey gritó, agarró a Kallie del brazo y la arrastró hacia la parte trasera de la librería.

Ambas mujeres conocían bien la disposición de la librería y se escabulleron por el laberinto de estanterías. Pero su huida se vio truncada: sólo había una salida, y estaba bloqueada. No importaba cómo maniobrasen, estaban atrapadas.

«¡Llamaré a mi hermano para que nos saque de aquí!» dijo Linsey con urgencia, guiando a Kallie a un estrecho rincón bajo la escalera.

En el estrecho espacio, Linsey susurró: «Estos tipos no están aquí para negociar. La policía no los detendrá a tiempo». Llamó frenéticamente a su hermano, Ethan, mientras Kallie alertaba discretamente a las autoridades a través de su teléfono.

El corazón de Kallie se aceleró, dándose cuenta de que este ataque podría estar dirigido a ella, no a Linsey. Tal vez fuera una venganza de Stella, Yvette o incluso Sarah. ¿Había arrastrado sin querer a Linsey a este peligro?

Las voces de sus atacantes resonaron en la librería. «Esas chicas se están escondiendo, pero no hay salida.»

«¡Acabemos con esto antes de que aparezca la policía!»

Kallie se congeló cuando el olor acre de la gasolina llenó el aire. El pánico se apoderó de ella y se aferró a la mano de Linsey justo cuando el chasquido de un mechero prendió fuego a la salida. Las llamas estallaron, sellándolas en el interior.

«Ugh… Ugh…» Linsey tosió violentamente, con los ojos llorosos por el humo. «¡Cogeré el extintor!», gritó, corriendo hacia él.

Pero Kallie sabía que era inútil. El fuego crecía demasiado rápido. Si intentaban combatirlo, sólo conseguirían empeorar las cosas. Las llamas no eran un accidente, sino un acto deliberado de malicia. Kallie sintió el aplastante peso de la culpa. No era la familia Brooks la que tenía enemigos, era ella. Su relación con Stella, Yvette y Sarah las había puesto en una situación tan peligrosa. Linsey estaba atrapada en el fuego cruzado de la venganza de otra persona.

La desesperación se apoderó de Kallie, pero cuando escudriñó a su alrededor, sus ojos se posaron en una pequeña ventana situada en lo alto de la pared del fondo. Con renovada urgencia, tiró de Linsey hacia ella, haciéndole un gesto para que subiera.

«Es demasiado alto para mí. Deberías ir tú, Kallie», argumentó Linsey, con voz temblorosa. «Tú estás más delgada y yo puedo darte un empujón».

Pero Kallie no podía soportar la idea de dejar atrás a Linsey. Ignorando su propia seguridad, Kallie levantó a Linsey hacia la ventana. Era su responsabilidad, ella había provocado el peligro. No podía permitir que Linsey sufriera por ello.

El humo se hacía más denso y era imposible hablar. Kallie instó a Linsey a darse prisa, empujándola silenciosamente hacia la ventana con todas sus fuerzas.

«¡Kallie, no puedo dejarte!» La voz de Linsey se quebró de emoción. «Volveré a por ti, te lo juro. Aguanta».

Con la ayuda de Kallie, Linsey alcanzó la pequeña ventana y la empujó para abrirla, la ráfaga de aire alimentó las llamas tras ellas. Cuando Linsey trepó por ella, se volvió, pero el humo ya se había tragado a Kallie.

Kallie se desplomó, tosiendo y jadeando. Buscó a tientas su teléfono y pulsó cinco veces el botón de bloqueo de emergencia, activando un SOS. Probablemente, su contacto de emergencia era Jake, pero ¿respondería?

A medida que se acercaban las llamas, Kallie se acurrucó en un rincón, abrumada por el humo. El tiempo parecía agonizantemente lento, cada segundo una eternidad. De repente, a través de la niebla sofocante, apareció una figura, abriéndose paso entre el fuego y el humo. Unos brazos fuertes la levantaron y la llevaron a través del diluvio de agua de las mangueras.

Los camiones de bomberos habían llegado y las llamas estaban siendo controladas. Linsey corrió hacia Kallie con lágrimas en los ojos.

«¡Kallie! ¿Estás bien? Por favor, abre los ojos».

Kallie parpadeó lentamente para disipar el humo, y su visión se aclaró lo suficiente como para ver la cara de Jake, llena de preocupación y alivio. Había venido a por ella. En medio del caos, su presencia parecía un sueño.

Mientras Kallie luchaba por incorporarse, tosiendo, se dio cuenta de que estaba prácticamente ilesa. El lugar donde se había escondido la había protegido de lo peor del humo. Dio las gracias a Jake, con el corazón henchido de gratitud.

Linsey le apretó la mano, con la voz entrecortada por la emoción. «Tenía mucho miedo. Ese fuego… fue horrible».

De repente, la voz de Sarah atravesó las secuelas y Kallie se apartó instintivamente de Jake, alejándose mientras Sarah se acercaba. Al observar la reacción de Kallie, Jake frunció el ceño con preocupación.

El miedo que se había apoderado del corazón de Jake al enterarse del incendio aún estaba fresco. Había corrido al lugar, desesperado por salvarla. Ahora, al ver que Kallie se alejaba a pesar de sus esfuerzos, una punzada de dolor parpadeó en sus ojos.

Reprimiendo sus emociones, Jake se volvió hacia Sarah, con voz fría. «Esos matones… Trabajaban para Stella, ¿verdad? ¿Tuvieron algo que ver?»

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar