Capítulo 419:

La sonrisa desapareció de la cara de Joanna. Desenroscó el tapón de la botella y vertió toda el agua delante de Kallie. El agua cayó al suelo, sin que Kallie recibiera ni una gota. «Vamos. Arrodíllate y chúpala», se burló Joanna, con la voz llena de rencor.

Kallie permaneció quieta, en silencio, clavando en Joanna una mirada fija y gélida. A pesar de su aspecto desgastado y pálido, sus ojos seguían siendo penetrantes y fríos. Joanna sonrió de mala gana.

«¿Por qué? ¿Por qué alguien acudió a ti aún estando en semejante situación? Es trágico, de verdad. No puede llevarte con él. Le he puesto condiciones. Le dije que si quiere llevarte, debe revelar su verdadero yo.

Tal vez otros están en la oscuridad, pero no estoy ciego. Aproveché algunos de los contactos de mi madre para descubrir sus secretos. ¿El Sr. Jack? ¿El capo del hampa? ¿El temido magnate? Es el que mató a su madre y fue expulsado de la familia Reeves. Sí, ese es Jake Reeves».

El corazón de Kallie se hundió. Joanna había descubierto la verdadera identidad de Jake. Sin embargo, no era sorprendente que Joanna lo hubiera conseguido. Joanna continuó: «Ahora, ¿crees que te elegirá a ti o a él mismo?».

Kallie cerró los ojos, con voz firme. «No importa a quién elija. Mi destino es irrelevante. Afirmas que fue Jake quien mató a su madre. Eso es mentira. Sin embargo, lo que has hecho es real. Si me matas, estarás firmando tu propia sentencia de prisión. No estaré sola en este viaje hacia el final».

Joanna estaba agitada. Todavía le importaba. Se arrepintió de sus acciones en el instante en que empujó a Charlee por las escaleras. Pero su ira y amargura prevalecieron.

Si Charlee no hubiera decidido echarla, ella no habría arremetido con rabia. Todo se debía a que Charlee no la había querido y cuidado lo suficiente.

Tras el regreso de Kallie, Joanna aireaba con frecuencia sus quejas sobre el pasado de Kallie con Ethan, y lo hacía abiertamente en presencia de Charlee. Sin embargo, siempre hablaba con un tono desapasionado. «Ethan y tú estáis casados.

Deberías centrarte en tu propia vida. Dudo mucho que Ethan te engañe. Además, todo eso es pasado. Darle vueltas parece un poco excesivo, ¿no crees? Si hubiera algo entre Ethan y Kallie, habrían actuado hace mucho tiempo.

Además, Ethan no parece el tipo de persona que socializa excesivamente en estos días. ¿Qué tienes realmente en mente? ¿Ha olvidado cómo ser indulgente? ¿Por qué esta falta de confianza en Ethan? Parece que todas mis enseñanzas fueron en vano. Me has decepcionado de verdad».

Esas palabras atormentaron a Joanna cuando vio a Charlee yaciendo ensangrentada pero aún respirando. En ese momento, la mente de Joanna pareció congelarse, abrumada por un escalofriante desapego. No pidió ayuda ni intentó ayudar a Charlee. Se limitó a ver morir a Charlee.

Más tarde, el arrepentimiento de Joanna fue inmenso, no por haber matado a su propia madre, sino por haber destrozado su propia vida. Convencida de que había actuado antes de su fin, Joanna atrajo astutamente a Kallie al lugar de los hechos. ¡Qué ingenua era Kallie!

¿Realmente esperaba que la familia Martel la buscara? ¿Acaso Kallie no se conocía a sí misma? Sin embargo, justo cuando Joanna meditaba sobre estos pensamientos, Jake declaró su intención de llamar a la policía, justo delante de ella.

Abrumada, Joanna sintió que el miedo se apoderaba de ella. No quería encontrar su final ni enfrentarse a ninguna consecuencia por sus malas acciones. Kallie mantenía una actitud aún más tranquila que Joanna.

Perdiendo la paciencia, Joanna se agachó y agarró con fuerza la barbilla de Kallie. «Ahora he cambiado de opinión. Eres tú quien debe morir. ¿Por qué no te quedaste en el extranjero? ¿Por qué tuviste que volver? ¡Has destruido mi vida y mi matrimonio! Así que muérete por mí», gruñó.

Joanna le metió un poco de medicina en la boca. Angustiada, Kallie intentó escupirlo, pero sus dedos temblaban demasiado para inducirle el vómito. Cuando Joanna vio que Kallie había tragado el medicamento, una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro.

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