La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 98
Capítulo 98:
En esos sueños, Shantelle regresaba a su vida. Se besaban y hacían el amor innumerables veces. Ahora, se estaba convirtiendo poco a poco en una realidad y él no desperdiciaría ni un minuto. Atesoraría a Shantelle, la pondría en un pedestal y le haría sentir su amor.
En la cima de la rueda de la fortuna, siguieron besándose. Sus bocas se separaron rápidamente y sus ojos se cerraron. Sus manos se aterraron con facilidad al cuello del otro, profundizando el beso mientras sus cabezas se movían de un lado a otro.
Cuando llevaban casi un minuto besándose, Evan abrazó a Shantelle por la cintura. Le pidió que se sentara en su regazo y así fue como ella hizo.
El rostro de Shantelle seguía rojo, con el cuerpo acalorado por el ardiente beso. Cuando se sentó en el regazo de Evan, lo besó de nuevo, saboreando su sabor, sus manos en su cara y sus mandíbulas.
Mientras se besaban, escuchó a Evan g$mir varias veces. Entonces sintió que algo se levantaba y le tocaba el trasero. Shantelle lo ignoró. Sabía que era normal que un hombre se excitara con un beso. Por otro lado, se alegró de saber que sus besos habían excitado mucho a Evan.
Siguieron besándose, a pesar de sentir que sus labios se entumecían. Sus lenguas bailaban despreocupadamente y Shantelle juró que ya tenía las mandíbulas húmedas.
Con el entusiasmo con que lo hacían, sintió que le explotaban fuegos artificiales en el estómago y que el corazón le bombeaba desenfrenadamente. Entonces, por primera vez en mucho tiempo, se sintió excitada en su interior.
¿Cuándo fue la última vez que se sintió así? Hace mucho tiempo que no lo experimentaba y, sin embargo, volvía a hacerlo con el mismo hombre.
¿Cómo se las había arreglado el destino para volver a juntarlos? Shantelle g!mió en su boca y su cuerpo se estremeció de placer. No podía describirlo. Se sentía tan bien, tan bien que creía estar en el paraíso. Era sin duda el beso más ardiente que había compartido con Evan.
No se comparaba a nada. Finalmente, después de una eternidad, Shantelle se separó, quedando completamente sin aliento.
Mientras apoyaba la frente en la de Evan, él seguía frotándole la mejilla con el pulgar.
“Shanty, te amo mucho, muchísimo. Quiero estar contigo para siempre. ¿Me aceptarías de nuevo?”, le dijo.
Antes de que Shantelle pudiera responder, unos fuegos artificiales estallaron en el oscuro cielo. Shantelle se sorprendió, pero en cuanto vio los hermosos colores y los fuegos artificiales en forma de corazón, se dio cuenta de que eran obra de Evan.
Sonrió a Evan y le dio un rápido beso en los labios.
Explotaron más y más fuegos artificiales y lo siguiente que vio Shantelle fueron unas letras formándose en el cielo.
‘¿Quiere casarte conmigo otra vez?’, decían.
Shantelle tragó saliva y se quedó boquiabierta.
Los ojos de Shantelle se agitaron. Su corazón entró en pánico al leer aquellas palabras.
‘¿Matrimonio?’
Cuando recobró el sentido, vio que Evan le tendía un anillo de compromiso. Era un precioso anillo de zafiro. Durante su último matrimonio, Evan nunca le había dado un anillo de compromiso.
Eso se debió a que Erick Thompson los obligó a casarse rápidamente. Por supuesto, como la boda fue contra la voluntad de Evan, él no le dio un anillo de compromiso. Ver a Evan dándole uno ahora ciertamente derritió su corazón.
“Shanty, no sabes lo difícil que fue para mí en alejarme de ti y de Lucas. Quiero que estés conmigo, que vivas conmigo. Perdóname por ser tan atrevido, pero nada me gustaría más que estar contigo. ¿Quieres hacer este viaje conmigo para siempre y casarte conmigo de nuevo?”, preguntó Evan.
Shantelle se rindió en los brazos de Evan, abrazándolo con fuerza.
“Evan, nunca pensé que volvería a abrirme a la posibilidad de tener una relación, pero estoy tratando de todo corazón. Pasar tiempo contigo ha sido tan increíble hasta ahora”, dijo ella.
Luego se apartó.
“¿Pero matrimonio? ¿Evan? Lo siento, pero no estoy preparada”, continuó.
Ella vio como la cara de Evan palidecía y cómo se fruncieron sus cejas. Le acarició la mandíbula.
“¿Recuerdas cómo nos casamos la última vez? Nunca pasamos por el noviazgo, lo cual, creo, contribuyó en gran medida a que nuestro matrimonio fracasara. Yo también tuve la culpa por estar de acuerdo con el Tío Erick, sabiendo que tú no querías casarte entonces”, le dijo
“Pero Shanty, ahora es diferente”, reclamó Evan.
“Quiero casarme contigo y he lamentado perderte durante muchos años. Ahora más que nunca, quiero estar contigo, despertarme a tu lado y verte sonreir cada día. Quiero volver a casa con Lucas y contigo”.
“Evan…”, dijo Shantelle arrugando la frente.
“Por favor. No aceleremos las cosas”.
Tras su respuesta, Evan cerró con tristeza la caja de terciopelo y volvió a guardársela en los pantalones. Estaba completamente decepcionado consigo mismo. Evan tenía la idea de que Shantelle lo rechazaría.
Después de todo, ella le había dicho que no estaba preparada para un compromiso, pero él tenía muchas ganas de tentar a la suerte. Tenía que hacerlo, por su salud y por Lucas.
Ya iba a cumplir treinta y cinco años, la edad adecuada para casarse. Tenía todo un imperio para mantener la familia que deseaba y mucho más. Había experimentado el más profundo dolor y había aprendido de él… por las malas.
Evan estaba más que preparado para sentar la cabeza. Era muy diferente cuando se casó prematuramente con Shantelle muchos años atrás.
“Lo siento, Shanty. No sé por qué te lo propuse. De hecho, ese era el plan B. El plan A era mantener esto como una simple cita, pero pensé que te había hecho tan feliz, que pensé que…”, explicó Evan.
“Pensé que podría hacerte mía”, continuó con un suspiro.
“Y lo hiciste. Me hiciste tan feliz”.
Ella mantuvo los brazos alrededor de su cuello.
“Pero el matrimonio es otro asunto, Evan. Es un compromiso ante el cielo y la ley del estado. ¿Y si descubres algo nuevo sobre mí y cambias de opinión?”, le dijo.
“No cambiaré de opinión”, insistió Evan.
“Ya te conozco bien”.
“Pero han pasado muchos años, Evan. Ambos hemos cambiado. Aún tenemos que descubrir cosas nuevas sobre nosotros y aprender a lidiar con ellas”.
Shantelle respiró.
“Por favor, Evan. No aceleremos las cosas… sin embargo, estoy abierta a la idea de que estemos juntos oficial y exclusivamente”, pidió.
“¿Juntos oficial y exclusivamente?”, repitió Evan.
“¿Quieres decir como novio y novia?”.
Shantelle asintió con una sonrisa.
“Si, como novios”, repitió.
Evan se aclaró la garganta.
“Nunca había tenido novia, solo esposa”, dijo.
A Shantelle se le escapó una risita.
“Bueno, yo tampoco he tenido novio nunca, solo esposo. Supongo que necesitamos experimentar eso”, respondió ella.
Hubo un momento de silencio, en el que Evan se limitó a suspirar.
“Puedo vivir con eso. Al menos puedo llamarte formalmente mía. Aunque insistiré en llamarte esposa”, respondió finalmente.
Shantelle lo pensó.
“Por mí, está bien”.
“Sin duda lo diré”, respondió Evan.
Se aclaró la garganta
“Y puedes llamarme esposo o esposito”, sugirió.
Shantelle soltó una risita.
“¿Cuándo aprendiste esas palabras tan dulces, esposito?”, preguntó Shantelle.
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