La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 8
Capítulo 8:
Si su padre se enteraba de que fue su decisión, ¡Se volvería a armar un alboroto! Se lo agradeció a Shantelle en el fondo de su corazón.
“Tía, tío, tengo que irme”. Shantelle secó sus lágrimas y dijo:
“Adiós”.
“Adiós, Shanty. Te queremos, cariño. Buena suerte con todo”, dijo Clara, despidiéndose con la mano.
Shantelle pasó junto a Evan, sin fijarse en él ni un segundo. No actuaba como lo usual en absoluto.
Evan se preguntó en silencio:
“¿De verdad acaba de ignorarme?”.
Una gran parte de Evan estaba estupefacta. Ella nunca lo ignoraba. Notando cómo ella seguía caminando sin mirarlo, dijo:
“Intenté llamarte”.
“¿Ah sí?”. Shantelle enarcó una ceja y respondió suavemente:
“Cambié mi número”.
Y sin más, Shantelle se marchó. Ni siquiera se despidió ni le dio a Evan su nuevo número.
…
Un mes después.
“La Señorita Shanty me dijo que le agradeciera por el certificado de divorcio”, dijo Howard, el Chófer de la Familia Thompson, a Evan.
Con su dinero y sus contactos, Evan consiguió rápidamente los certificados de divorcio. Oficialmente, ya era un hombre libre.
Después de aclararse la garganta, Evan preguntó:
“¿Eso es todo? ¿No dijo… Algo más?”.
“Nada, Señor. Simplemente lo aceptó y regresó a lo que estaba haciendo. Los Scott parecían estar ocupados”. Howard se encogió de hombros.
“Sus criadas entraban y salían de la casa, llevando cajas. Quizá estaban limpiando la casa”.
Mencionó Howard con voz elocuente.
“Ya veo, gracias”. contestó Evan, internamente decepcionado.
“Ah, Howard”.
Evan buscó una caja de regalo dentro de sus cajones y se la entregó:
“Esto es para tu hijo”. Sonrió.
“Recuerdo que le gustaba el béisbol. Wendell estaba vendiendo algunas de sus cartas coleccionables. Pensé que a Clark le encantaría esto”.
Howard tenía una enorme sonrisa en la cara. Respondió:
“Gracias, Señor. Es usted muy considerado”.
“Ni lo menciones. Solo me acordé”, contestó Evan.
Luego de eso, Howard salió de la oficina.
Un poco molesto por el silencio de Shantelle, Evan siguió con su trabajo. Mientras lo hacía, no dejaba de recordarse a sí mismo que ésta fue su decisión y que era lo mejor para los dos, para él y para Shantelle.
Por la noche, recibió una invitación de su amigo Sean. Querían tomar unas copas en el club. Al mismo tiempo, recibió un mensaje de texto de Nicole.
“Evan, vamos a celebrar. Recibí mi primer sueldo de la biblioteca, pero no tengo amigos con los que celebrarlo. Por favor, Evan”
Evan se sintió totalmente responsable. Había estado ocupado con el trabajo y no había visitado a Nicole tampoco. Por esto, acabó invitándola al club.
En lugar de una habitación privada, como solían hacer usualmente, Sean reservó una mesa apartada en el club. Keith y Wendell ya estaban allí.
“Hey, Eva”.
Sean se quedó con la boca abierta al ver a Nicole. Dijo:
“Oh, hola Nicole”.
“Hola chicos, espero que no les importe que me una”, Nicole dijo con una sonrisa amable.
“No, tranquila. Está bien”, respondió Sean con incomodidad.
“Te acuerdas de Wendell y Keith, ¿Verdad?”.
“Sí, me alegro de volver a verlos”, respondió Nicole.
La música sonaba alto en el club. El DJ puso una música más animada y algunos invitados empezaron a bailar.
Por otro lado, el grupo de Evan disfrutaba de sus bebidas, hablando de negocios y demás.
“Sabes, Nicole, sinceramente me pareciste muy familiar, incluso la primera vez que Evan te presentó con nuestro grupo”, expresó Wendell.
“¿Nos hemos visto antes?”.
“Mira, quizá sea cosa mía, pero tus ojos me parecían familiares”, agregó Wendell.
Nicole sonrió y dijo:
“No, no puede ser. Era la primera vez que estaba aquí, en Rose Hills, hace dos años”.
“Woah, ¿No es esa Shanty?”, preguntó Sean al ver a una chica con un se%y vestido blanco que se ajustaba perfectamente a su cuerpo. Su cabello rubio se agitaba mientras bailaba con otras tres chicas.
“¡Ey no!”, siseó Wendell.
Keith, por su parte, silbó y dijo:
“¡Vaya, sabía que tenías un cuerpo se%y debajo de esos Jeans y vestidos largos!”.
“Anuncio para todos!”.
Otra chica de cabello corto y negro agarró el micrófono del DJ.
“¡Les presento a mi amiga, Shantelle Scott! ¡Estamos celebrando su divorcio! ¡Es una chica se%y que está soltera y lista para bailar!”
Evan respiró hondo y se le ensanchó la nariz. Sus ojos hervían de furia de confusión.
…
Unas horas antes, ese mismo día.
“¡Shanty! ¿Estás emocionada por tu fiesta de despedida?”, dijo Karise con alegría. Su corta melena negra saltaba de alegría ante la idea.
Shantelle acababa de llegar a casa de su mejor amiga.
La había llamado días antes para informarle de que su familia se marchaba definitivamente de Rose Hills.
Lloraron por teléfono, pero poco después hablaron del brillante futuro que le esperaba a Shantelle. Fue más que suficiente para levantar su estado de ánimo.
“¡Shants!”, gritó Celeste, otra chica pelirroja.
“¡No puedo creer que mi chica buena esté en un club!”.
Felice, la otra amiga de Shantelle, voló desde otra ciudad para verla ese día.
“¡Te voy a enseñar a bailar nena!”, le dijo ella con emoción.
Karise, Celeste y Felice eran amigas de la universidad de Shantelle, a quienes había descuidado desde que se casó con Evan. Su mundo giraba en torno a Evan y se había perdido toda la diversión de su último año en la universidad.
Las cuatro amigas se pusieron vestidos y se maquillaron en casa de Karise antes de partir hacia el club más exclusivo de la ciudad, LEX.
Inmediatamente, cuando encontraron una mesa, todas pidieron sus bebidas. Shantelle no bebía mucho, pero sus amigas si, sobre todo Felice y Karise.
“¡Ten, un mojito!”.
Felice le dio otra copa.
“Ármate de valor, nena. Te encontraremos un buen hombre. Y por supuesto, un hombre más joven. Evan es viejo. Te mereces a alguien más guapo”.
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