La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 68
Capítulo 68:
“¡Shanty, cuidado!”.
La moto golpeó a Evan, quien terminó boca abajo en el suelo.
“¡Evan!”, gritó Shantelle mientras la moto huía de la escena.
“¿Seguro que estás bien?”, preguntó Shantelle mientras levantaba la camiseta de Evan por detrás.
Había una gran marca roja por encima de su cadera, lo que sugería que la sangre se había acumulado en esa zona, formando un horrible moretón. No solo eso, también se había raspado la frente, y él mismo admitió estar herido en el brazo.
“Estoy bien. Me protegí la cabeza, solo me duele el brazo”, dijo Evan mientras dirigía la mirada hacia su brazo derecho.
“Aun así, puedo moverlo”.
Hace unos momentos, tras el encuentro con el motociclista, el equipo de seguridad del hospital intentó correr tras él, pero no consiguieron alcanzarlo. Llevaron a Evan a la Sala de Emergencias para que lo revisaran, Insistió en que estaba bien, pero Shantelle no le dejó irse. Después de todo, él fue quien la salvó de la colisión.
Shantelle se dirigió a una enfermera de la Sala de Emergencias.
“Hazle una TAC, para estar seguros”, pidió.
Evan se levantó a la fuerza de la cama del hospital.
“Shanty, no. Estaré bien. Lo que me gustaría hacer es hablar con el guardia de seguridad y quizá ver la grabación de vigilancia. Estoy seguro que esa moto estaba yendo por ti”, dijo.
“¿Quieres dejar de pensar en los demás y concentrarte en ti mismo?”, respondió Shantelle.
“No seas desobediente y hazme caso, yo soy la Doctora aquí”, ordenó Shantelle.
Se giró hacía la enfermera y le repitió la orden.
“Hazle la tomografía ahora”.
Evan no tenía elección. Las órdenes de la Doctora eran definitivas, y Shantelle no le permitiría marcharse. Además, le agradaba bastante la repentina preocupación de Shantelle.
“Al menos me alegro de que yo te siga importando”, comentó mientras se trasladaba a una silla de ruedas.
Mientras llevaban a Evan a la sala de radiología, Shantelle regresó a su oficina. Se había dado cuenta de que había olvidado su teléfono personal cuando salió con Evan, después de que su supuesta consulta se convirtió en una cena.
Cuando Shantelle entró en la cocina, se sorprendió al encontrar a la Doctora Park, atendiendo una llamada desde el teléfono fijo.
“Sí, la siguiente paciente en línea es Bri…”.
“Doctora Park, ¿Qué está haciendo aquí?”, preguntó Shantelle con la ceja levantada.
“¿Con quién está hablando?”.
Shantelle notó cómo la Doctora Park palidecía. Sus ojos se abrieron de par en par.
“Doc… Doctora Shant, ¿Está bien?”.
“¿Por qué no lo estaría?”, preguntó Shantelle, totalmente desconcertada.
“Oh, quiero decir… ¡Regresó! Pensé que ya se había ido y escuché sonar su teléfono. Como su oficina seguía abierta, decidí contestar”, explicó la Doctora Park.
Shantelle retrocedió en su memoria. Recordó darle instrucciones a la enfermera encargada para que cerrara con llave su oficina, pero quizá fue un error por parte de la enfermera. En parte, también era su propia culpa por haber salido apurada con Evan.
“¿Quién está en el teléfono?”, preguntó Shantelle nuevamente.
“Emm… Es el centro de órganos. Ellos… tienen un corazón disponible”, reveló la Doctora Park.
“¡Ay, Cielos! ¿Qué estamos esperando aquí entonces?”, gritó Shantelle.
Inmediatamente se hizo cargo de la llamada y confirmó lo mismo. Tras obtener los datos del donante y cotejarlos con los de los pacientes en lista de espera, respondió a la persona al otro lado de la línea.
“Efectivamente, tenemos un donante compatible. La paciente que sigue es Jean Lace. Llamaremos a la paciente para confirmar si acepta las condiciones para el corazón”, dijo.
Shantelle hizo otra llamada. La paciente de la lista de espera aceptó las condiciones del corazón y Shantelle ordenó a su equipo que se preparara para la operación, Sería el segundo trasplante de corazón de Shantelle.
Durante el primero, su padre la había acompañado durante todo el proceso. En años anteriores, había asistido a su padre en tres trasplantes de corazón, uno de los cuales involucraba tanto al corazón como a los pulmones.
Después de la llamada, Shantelle fue de un lado a otro en los minutos siguientes, dando instrucciones a su equipo. Sin embargo, la Doctora Park lucía estupefacta. Asentía y parecía entender las órdenes de Shantelle, pero sus pies no se movían.
“¿Doctora Park? ¿Está bien?”, preguntó Shantelle finalmente.
La Doctora Park palideció.
“Emm… yo… Doc. No creo que pueda asistirla hoy. No me siento bien”, respondió.
“De acuerdo, se lo pediré a otro cirujano”, decidió rápidamente Shantelle.
“Llama al Doctor Varma. Es su oportunidad para asistirme con un trasplante de corazón”, le dijo a su enfermera.
“¡Sí, Doctora Shant!”, respondió la enfermera.
Mientras el equipo de Shantelle preparaba la sala de operación, ella regresó rápidamente a la Sala de Emergencias y verificó que Evan no corría peligro. Shantelle se sintió aliviada.
“Qué bueno que estás bien”, le dijo a Evan.
“No, gracias a cielos que tú estás bien”, le contestó Evan.
“Shanty, esa moto te apuntaba a ti”.
“Ya me dijiste eso, pero no sé por qué lo haría. De todos modos, ¿Podemos hablar de esto más tarde? Tengo una operación urgente de trasplante de corazón. El corazón llegará en menos de una hora. Está siendo transportado por aire desde una ciudad cercana. El paciente llegará en cualquier momento. ¿Te importaría cuidar de Lucas? Iré a buscarlo por la mañana”, preguntó ella.
“Por supuesto”, confirmó Evan.
“Es una operación importante”.
La agarró del brazo.
“Que te vaya bien, Shanty. Buena suerte”, le dijo.
“Gracias”, contestó luego de sonreír
Ella respondió agarrando su muñeca.
“Y gracias por salvarme antes, Evan, dijo.
“Doctora Shant, la necesitan en la Sala de Operaciones Uno. Doctora Shant, la necesitan en la Sala de Operaciones Uno”, anunció el altoparlante del hospital.
“Esa soy yo. ¿Seguro que puedes encargarte?”, preguntó ella.
“Claro”, respondió Evan.
Shantelle ordenó rápidamente que le dieran el alta a Evan y le recetaran analgésicos y antiinflamatorios. Dio instrucciones a las enfermeras de la Sala de Emergencias para que colocaran a Evan en una silla de ruedas antes de finalmente salir de la sala.
“Señor, no podemos darle las grabaciones de vigilancia. Tenemos que seguir el protocolo a través de la dirección”, aconsejó el jefe de seguridad de guardia a Evan.
“Estarán aquí mañana”.
En lugar de ir al hotel, Evan fue directamente a buscar al jefe de seguridad del hospital. Cuando lo encontró, vio que estaba junto con el guardia que había perseguido al motorista. Lo miró y
“¡Tú! ¡Tú viste cómo esa moto casi atropella a la Doctora Shant! Si no la hubiera apartado, ¡Quién sabe lo gravemente herida que estaría!”, le dijo.
“Es verdad, Señor”, respondió el guardia.
“Lo hizo intencionadamente, ya que huyó del lugar”.
La moto acabó golpeando a Evan, pero él era más fuerte y fornido. También tenía mejores instintos que Shantelle. Sabiendo el posible impacto que tendría el atropello, se protegió la cabeza para no golpearse contra el pavimento.
Pero, ¿Y si…?
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