La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 62
Capítulo 62:
“Te extrañé tanto, Shanty. Te eché tanto de menos que hasta me dolió. Gracias Shanty, por lo de hoy. Espero que sientas mi sinceridad, que sepas que no estoy tramando nada”, contestó.
Shantelle no dijo nada. Lo apartó suavemente.
“Será mejor que te vayas, Evan. No te olvides de mañana, a las ocho”, le dijo.
“Aquí estaré”, dijo Evan.
“Cuídate”.
“Lo he estado haciendo”, respondió ella.
Shantelle no dijo más, solo entró en la casa y cerró la puerta. Evan recogió a su madre del hospital para que pudiera llevarla al hotel a descansar mejor. La Señora Shaw permaneció en la sala de espera de la Unidad de Cuidados Intensivos.
“Mañana moverán a tu padre a una habitación privada. Se despertó a inicios de la noche”, comentó Clara.
Luego, miró a Evan y frunció el ceño. Su hijo no le estaba prestando atención, solo sonríela como un tonto mientras miraba por la ventana.
“Hijo, ¿Me estás escuchando? ¿De qué hablaste con Shanty?”, le preguntó.
De repente, a Clara se le ocurrió una idea. ¿Qué otro motivo podía tener su hijo para sonreír? Solo podía ser debido a Shantelle.
“¿Se reconciliaron? ¿Están juntos de nuevo? Por favor, di que sí”, preguntó inmediatamente.
“Eh, ¿Qué cosa, madre?”, preguntó Evan, desconcertado.
“Te pregunté si tú y Shantelle están juntos de nuevo”, repitió Clara.
“No, madre, eso aún está por decidir. Depende si ella me da la oportunidad”, contestó Evan riendo entre dientes.
Al instante, Clara hizo una mueca.
“Entonces, ¿Por qué sonríes como si ya hubieras ganado? Acabas de darme falsas esperanzas”, preguntó.
Una vez más, Evan se echó a reír. Abrazó a su madr.
“Tengo una gran noticia, madre”, le informó.
“¿Qué es?”, preguntó Clara.
“Shanty y yo tenemos un hijo juntos”, anunció ella.
Los ojos de Clara se abrieron de par en par.
“¡Repítemelo, Evan!”, gritó.
“Shanty y yo tenemos un hijo. Se enteró de que estaba embarazada después de irse de Rose Hills. Por desgracia, decidió ocultarlo, pero ahora creo que hay esperanzas. Tengo un hijo, madre, y es exactamente igual a mí”, dijo Evan firmemente.
“Madre, eso significa que eres abuela”, agregó Evan.
“Abuela”.
La palabra reverberó en la cabeza de Clara y su corazón se aceleró.
“¿Soy… soy abuela?”, dijo.
Miró a su hijo a los ojos y enseguida se le llenaron de lágrimas.
“¿De verdad?”, preguntó.
“Si, mamá. Se llama Lucas”, reveló Evan.
“Todo este tiempo estuve celoso de mi propio hijo. ¿Quién lo hubiera adivinado?”.
“Ay, hijo. Tienes que trabajar duro. Tienes que ganarte el corazón de Shanty”, le dijo Clara.
“¡Mi nieto no puede estar sin su padre y su madre juntos!”.
Clara agarró la mano de Evan.
“Prométeme que harás todo lo posible por recuperar a mi nuera”, le pidió.
Evan respiró profundamente.
“Madre, ese era mi plan desde el principio”, respondió.
Shantelle soltó un fuerte suspiro. Llevaba casi un minuto sosteniendo su teléfono.
“Shanty, es solo un número de teléfono”, dijo Evan.
“Tendrás que ponerte en contacto conmigo por nuestro hijo Lucas”.
“Evan, no atenderé llamadas que no tengan que ver con mi hijo, así que no te hagas ilusiones”, aclaró Shantelle.
Una risita salió de los labios de Evan.
“No pensaba hacerlo”, respondió.
Shantelle puso los ojos en blanco. Le dio su número personal y guardó el de Evan en su teléfono. Después, le dio otro número.
“Este es mi número del trabajo. Llámame solo en casos de emergencia”.
“Gracias, Shanty. Guardaré tu número como si fuera un tesoro”, dijo él con una sonrisa.
Shantelle contuvo las ganas de volver a hacer una mueca.
“Todavía no ha comido. Insistió en desayunar contigo”, reveló ella.
“¿Es eso cierto, Lucas? ¿Quieres desayunar con tu abuela y conmigo?”, preguntó Evan, mirando hacia su izquierda, donde Lucas se aferraba a su cintura.
“¿Abuela? ¿Otra abuela?”, preguntó Lucas, con sus ojos brillando ante la idea.
“¿Está emocionada por verme?”.
“Si. No pudo levantarse temprano para venir a recogerte. Estaba agotada luego de cuidar de tu abuelo”, respondió Evan.
Shantelle sonrió ante la idea de que Clara conocería a su hijo.
“¿Cómo reaccionó la tía Clara?”, preguntó.
“Ay Shanty, sabes que mi madre te adora. Siempre lo ha hecho”, respondió él.
“Probablemente la verás más tarde en el hospital. Tal vez puedan hablar abiertamente en ese momento. Tiene mucho que decir, pero en resumen, está feliz por Lucas”.
“Gracias”, respondió Shantelle.
Miró a su hijo.
“Pórtate bien, Cuida de tu abuela”, le recordó.
“¡Si, mami!”, respondió Lucas.
“¡Adiós! ¡Nos vemos mañana por la tarde’“, se despidió diciendo.
Entonces, Shantelle dirigió su mirada hacia Evan.
“No le des demasiados dulces, por favor. Nada de gaseosas, y tampoco le compres cosas demasiado exageradas”, le recordó.
“De acuerdo”, reconoció Evan antes de acompañar a Lucas al coche.
Justo antes de irse, Evan sacó unas rosas rojas del coche y se las dio a Shantelle, sorprendiéndola por completo.
“Es solo un pequeño gesto, por haber cuidado de Lucas todos estos años”, le explicó.
Cuando Shantelle se quedó mirando las flores.
“Por favor, tómalas”, le suplicó Evan.
“Mami, qué dulce es papi… regalándote rosas”, dijo Lucas mientras se asomaba desde el coche.
Shantelle aceptó las flores.
“No tienes que hacer esto la próxima vez”, dijo.
Evan y Lucas se despidieron. El coche se alejó de la entrada y salió a la calle. Shantelle no supo cuántas veces suspiró, a la vez que se recordaba a sí misma que debía confiar su hijo a Evan. Al fin y al cabo, Evan era su padre.
“¡Doctora Shant! ¡Doctora Shant!”.
Shantelle se giró y vio a la Señora Gonzales, la madre del joven al que había operado unos días antes. La estaba persiguiendo por los pasillos del hospital.
“Sí, Señora Gonzales, ¿Qué puedo hacer por usted?”, preguntó ella.
“El hombre que dijo que pagaría la cuenta del hospital de mi hijo… ¿Podría hablar con él?”, preguntó la Señora González.
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