La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 50
Capítulo 50:
Volvió a guardar el teléfono en su bolso y acompañó a Evan afuera de su oficina.
Después de cerrar la puerta, se marchó y dijo:
“Hablaremos mañana”.
…
“Hola, debes ser nuevo aquí”.
Una chica con un elegante vestido de cóctel saludó a Evan en el bar de su hotel.
En lugar de atender sus correos electrónicos y descansar durante la noche, se dirigió al bar para ahogar sus penas.
Al escuchar a la mujer a su lado, Evan levantó la mano, mostró su anillo de casado y dijo:
“Estoy casado”.
“Oh, qué pena. Aunque eso no debería detenerte”.
“¡Aléjate de mí, maldita sea!”, respondió Evan.
Fulminó con la mirada a la mujer que se le acercaba.
Si, habían pasado muchos años, pero aún llevaba su anillo de casado.
En ese momento, Evan sintió lástima por sí mismo.
Shantelle ya lo había superado.
Ahora tenía un hombre especial en su vida, pero él seguía aterrado a ella.
‘Lucas…’, repitió el nombre en su mente.
Qué afortunado era.
‘Te amo’.
Evan recordó las palabras que Shantelle le dijo a Lucas.
Eran las mismas palabras que Shantelle solía decirle solamente a él, las mismas que ella repetidamente le dijo y, sin embargo, él nunca se lo dijo de vuelta.
Todo era su culpa, y él lo sabía perfectamente.
Se dio cuenta demasiado tarde de lo que Shantelle significaba para él.
Ahora solo podía sufrir las consecuencias de su error.
Si tan solo pudiera volver el tiempo atrás.
Otra ironía del amor es amar a alguien en el momento equivocado, o descubrir que amas a alguien después de que esa persona haya salido de tu vida.
“Evan, eres un maldito idiota”, se dijo en voz baja.
Se pasó la mano por la cara, sintiendo odio hacia sí mismo nuevamente.
Después de tomarse de un trago su copa llena de vino, Evan recordó la última vez que le preguntó a Keith por Shantelle.
¿Cómo se le había escapado a Keith que Shantelle estaba allí?
¿Cuándo empezó Shantelle a trabajar para el Hospital de Warlington?
¿Acaso Keith le mintió todo el tiempo?
En su cabeza se pensó varias probabilidades, pero también pensó en lo ocupado que había estado Keith últimamente.
Era posible que Keith ya no estuviera familiarizado con los nuevos Doctores.
Evan llamó a Keith, pero ocurrió lo mismo.
Seguía sin cobertura.
Evan aún tenía que conseguir de su secretaria el nuevo número de su amigo.
Acabó llamando a su otro amigo, Wendell.
“Evan, ¿Qué hora crees que es?”, preguntó Wendell.
“¿Por qué me llamas?”.
“La encontré… encontré a Shanty”, reveló Evan.
El silencio se extendió entre ellos hasta que Wendell finalmente respondió:
“Es una buena noticia, ¿No? Habla con ella, Evan. Cuéntale todo”.
“Creo que está en una relación. Maldición, puede que incluso esté casada”, dijo Evan.
“¿Crees?”, preguntó Wendell.
Evan explicó lo que había escuchado de la conversación telefónica de Shantelle, y entonces Wendell respondió:
“Bueno, Evan. La buscaste y anhelaste durante tantos años. No puedes dejarlo pasar. Al menos habla con ella y aclara las cosas. Si ella está casada y es feliz, lo único que puedes hacer es rendirte, pero al menos lo habrías intentado de esa forma, ¿No?”.
Al escuchar la idea de rendirse, a Evan se le apretó el pecho.
Sin embargo, reconoció que su amigo tenía razón.
Le respondió: “Hablaré con ella mañana”.
“Ah, y Evan. No estaría de más vestirte extremadamente guapo mañana. ¿Qué tal si te afeitas la cara?”, recomendó Wendell.
“Buena suerte”.
A las cinco de la mañana, Shantelle recibió una llamada de su superior.
“Doctor Hale”.
Shantelle contestó inmediatamente a su teléfono, sabiendo claramente el motivo de su llamada.
“Doctora Shant, ¿Ya tienes el perfil de tu nuevo paciente? Vamos a tener una reunión informativa antes de reunirnos con el paciente. Tendrá que ajustar su horario para ello”, dijo el Doctor Hale.
“De acuerdo, Doctor Hale. Pero por hoy, ¿Puedo irme a casa para llevar a mi hijo a la escuela? Volveré antes de las nueve de la mañana”, dijo Shantelle.
“Por supuesto. Hasta luego, Doctora Shant”, le autorizó el Doctor Hale.
Tras la conversación con su superior, Shantelle regresó a casa para preparar a su hijo para la escuela.
Ella no durmió nada, pero estaba acostumbrada a ello.
Trabajar muchas horas formaba parte de su día a día.
Le pidió al Chófer de la familia que los llevara al colegio.
En el coche, observó a su hijo y su rostro le recordó a quién se parecía.
Shantelle aún no se atrevía a hablarle a su hijo de su padre, pero sabía que no había mejor momento que éste.
Evan estaba en la ciudad.
Más le valía contárselo… pronto.
Dependiendo de su reacción, solucionaría otros problemas importantes, como el hecho de que Keith supo de lo de Lucas todo ese tiempo.
Mientras estaba en el coche, le envió rápidamente un mensaje de texto a Keith.
Él la había llamado la otra noche para darle su número temporal.
Keith todavía no podía recuperar su antiguo número ya que seguía en Europa.
[Keith, tenemos un problema. Evan está aquí. El tio Erick va a ser operado y yo soy su Doctora. Llámame cuando puedas. Hablemos].
De vuelta en el hospital, ella y su equipo quirúrgico fueron informados sobre el estado de salud de Erick Thompson.
Ese era otro motivo de preocupación para Shantelle.
Tenía tanto tiempo sin ver a los Thompson que se preguntaba cómo reaccionarían ante el hecho de que ella fuera a ser la cirujana de Erick.
“Doctora Shant, ¿Tiene alguna otra consulta antes de ver al paciente?”, preguntó el Doctor Hale.
“Mmmm, no”, respondió ella.
“Estoy bien”.
“Adelante, Doctora Shant, confiamos en usted. El Señor Thompson es un paciente de muy alto perfil. Puede recomendar nuestro hospital a otros pacientes adinerados. Quizá podría invertir en nuestro hospital”, dijo entusiasmado el Doctor Hale.
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