Capítulo 280:

La pareja quería que los gemelos se acostumbraran a leer cuentos a una edad temprana para desarrollar el hábito de la lectura.

Lucas estaba en la habitación todo el tiempo, escuchando a Shantelle o ayudando a Evan a perseguir a Marcus.

Cuando terminó el cuento, Amelia ya tenía sueño.

Shantelle alimentó a Amelia y le cantó una canción.

Amelia se quedó dormida enseguida.

En cuanto a Marcus, él era otra historia.

No paraba de correr, de pedirle a su papi que lo cargara y de mover el cuerpo para volver a bajar al piso.

“Déjalo que camine. Al final se cansará”, sugirió Shantelle.

“Yo lo seguiré, papi. Tú puedes sentarte y descansar”, se ofreció Lucas. Y así, durante los minutos siguientes, Shantelle y Evan se limitaron a observar a Lucas mientras se aseguraba de que Marcus no se chocara contra las esquinas ni se metiera los juguetes en la boca.

Cuando vieron que Marcus bostezaba, Shantelle tomó el relevo y cargó a Marcus.

Al igual que hizo para que Amelia se durmiera, Shantelle le cantó a su hijo y le dio leche.

Evan quería llevar a Marcus a la cama, así que Shantelle se lo pasó.

El hombre se quedó junto a la cuna de Marcusy le frotó la espalda.

Acarició el cabello de Marcus, sabiendo que a su hijo le gustaba que le hicieran eso para dormir.

Evan pensó que su hijo era adorable y no pudo evitar mirarlo fijamente.

Marcus seguía medio dormido en ese momento, Evan no sabía por qué, pero miró a Marcus a los ojos y siguió admirándolo.

De repente, la mirada de Marcus se posó sobre él, y sus ojos se abrieron.

Entonces, Marcus le sonrió y dijo:

“¡Papa!”.

¡El hijo de Evan se despertó otra vez!

“¿Por qué sigue despierto?”, preguntó Shantelle, Evan levantó a Marcus, y empezó a mecerlo ligeramente para que se durmiera.

Se volteó hacia Shantelle y admitió:

“Yo… Yo… lo miré a los ojos”.

“Ay, Evan. Ya sabes como es. Nunca mires a un bebé dormido a los ojos”, dijo Shantelle.

Evan respondió:

“Lo sé. Yo… Solo estaba admirando su carita y acabé mirándolo a los ojos, y entonces él me devolvió la mirada. Y ¡Bam! Estaba despierto otra vez”.

Detrás de ellos, Lucas se rio y propuso:

“Trabajemos juntos, Mamá, Papá. A veces, con la Señora Shaw, nos hacemos los dormidos junto a Marcus”.

Lucas señaló el sofá cama.

Era de los que se podían desplegar para convertirlo en una cama de tamaño normal.

Shantelle cargó a Marcus mientras Evan arreglaba el sofá cama. Todos se recostaron en el sofá cama con Marcus en medio.

Lucas se hizo el dormido y Evan también.

Shantelle tarareaba una canción para Marcus, le daba palmaditas en la pierna y de vez en cuando le frotaba la espalda.

Al principio, Marcus intentó jugar con sus padres, sonriendo y haciendo caritas, pero cuando Evan y Shantelle no reaccionaron, bostezó y se recostó junto a su madre.

Finalmente, Marcus se quedó dormido.

Cuando Shantelle dejó a Marcus en la cuna, Lucas dijo:

“¡Lo logramos! ¡Lo logramos juntos, mami, papi!”.

“Gracias Lucas, por ser un buen hermano con tus hermanitos. Y gracias por ayudar a papi y a mami”, dijo Evan.

“Te amamos por ser un hermano cariñoso y un hijo tan bueno con nosotros”.

Lucas sonrió a Evan y le contestó:

“De nada, papi. Amo a mis hermanitos y quería devolverles el favor a ti y a mami”.

Al escuchar las palabras de Lucas, Evan se echó hacia atrás y le preguntó:

“¿Devolvernos el favor?”.

Lucas asintió.

Para entonces, Shantelle regresó hacia donde estaban sentados.

El niño dijo:

“Si, Papi, Mami. Por las veces que me cuidaron cuando estaba enfermo. Me hicieron sentir fuerte y nunca estaban cansados”.

Lucas levantó los brazos y mostró sus biceps.

Afirmó:

“¡Ahora que Lucas es fuerte, ayudaré a cuidar de mis hermanitos para que Papi y Mami no estén cansados!”

Evan se quedó petrificado.

Sintió que el pecho se le ponía pesado, al darse cuenta del esfuerzo de su hijo por devolverles el favor.

Delante de ellos, Shantelle empezó a llorar.

Inmediatamente besó la mejilla de Lucas y dijo:

“Hijo, no necesitas devolvernos nada. Te cuidamos porque te amamos, pero gracias por tenemos en cuenta a nosotros también. Tu papi y yo te amamos tanto”.

“¡Yo también los amo, papi y mami!”, dijo Lucas antes de abrazar a sus padres.

Evan y Shantelle se acomodaron en la cama sonriendo, claramente conmovidos por las palabras de Lucas.

El hombre besó a su esposa y la abrazó mientras se acurrucaban en la cama.

Evan le dijo:

“Gracias por darme un hijo tan maravilloso, esposa mía, por criarlo para que sea un chico bueno y cariñoso. Gracias por mis preciosos hijos y por uno más que viene en camino. Tengo mucha suerte de tenerte”.

Shantelle se giró hacia Evan y le besó los labios.

Luego, le contestó:

“Lucas es quien es ahora también gracias a ti. Puede que llegaras tarde a ser su padre, pero le enseñaste lo que es ser un padre responsable y cariñoso”.

“No importa lo mayor y alto que Lucas llegue a ser, sé que siempre admirará a su padre y ese eres tú, Evan”, agregó ella.

“Gracias, Shanty. Me encanta cuando me haces sentir especial en cuanto a los niños”, admitió Evan.

“Por eso, te voy a comer”.

Shantelle no esperaba que lo hicieran esa noche, pero lo aceptó como un premio.

Naturalmente, ambos hicieron el amor.

Después de su sesión, volvieron a abrazarse en la cama.

Shantelle miró a su marido y le dijo:

“¿Sabes qué más hizo especiales a tus hijos? Tienen tus genes. Por eso son tan adorables”.

Evan sonrió satisfecho y le preguntó:

“¿Quieres que te coma otra vez?”.

A Shantelle se le escapó una carcajada y dijo:

“Sí, pero mejor mañana”.

La pareja volvió a reírse, halagándose mutuamente hasta que finalmente conciliaron el sueño.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar