Capítulo 276:

El resto regresó a la villa de Sean, con la esperanza de continuar donde dejaron la fiesta. Sin embargo, cuando llegaron, faltaba otra pareja.

Solo Reese estaba allí, esperándolos. Evan le preguntó:

“¿Dónde están Wendell y Milan?”.

“¡Aahh! ¡Qué bonita! Tiene el cabello oscuro”, dijo Shantelle mientras sostenía a la recién nacida.

Estaba acomodada en el sofá de la habitación privada del hospital, a pocos metros de Milan.

“Ambos tienen el cabello oscuro”, comentó Evan.

Estaba sentado junto a Wendell mientras él cargaba en brazos a su hijo.

“¿Conservaron la sangre del cordón umbilical?” les preguntó Shantelle.

“Si. Después de la experiencia de Lucas, nos apuntamos inmediatamente al banco de cordón umbilical”, confirmó Milan.

“Me parece maravilloso”, respondió Shantelle con un quiño.

“Nunca sabemos si hará falta, y tú tienes dos”.

Al parecer, Wendell y Milan se marcharon de repente durante la fiesta de propuesta de matrimonio de Sean porque Milan sintió molestias abdominales.

No dio a luz esa noche, pero los gemelos corrían el riesgo de venir antes de tiempo.

Así pues, Milan estuvo en reposo absoluto en el hospital durante un mes hasta que dio a luz.

Evan y Shantelle fueron su primera visita.

El hombre llamó a Lucas desde casa y le enseñó a los bebés.

A Lucas le brillaban los ojos de alegría durante la videollamada.

Dijo: “¡Vaya! ¡Más niños con quien jugar!”.

“Más bien hermanos y hermanas para cuidar, hijo”, lo corrigió Evan, alentando las risas en su habitación, sobre todo de Shantelle.

“Ay, pobre Lucas. Tu papi solo está bromeando”, comentó Milan desde la cama del hospital.

“No, no estoy bromeando, Lucas”, insistió Evan.

“Tú eres el mayor, así que te toca velar por todos”.

“Está bien, Tía Milan”, dijo Lucas.

“Seré el hermano mayor”.

“¿Ya tienen nombre?”, preguntó Evan.

“Yo los nombré, papá”, reveló Lucas.

“El Tío Wendell me prometió que podría hacerlo”.

“Espero que hayas escogido bien, hijo”, le dijo Evan.

“La niña será Maxine, y el niño John Adams”: dijo Lucas, con las cejas levantadas una y otra vez en señal de diversión.

“¿Ves? Bonitos, ¿No te parecen?”.

“¿Están seguros de que quieren que Lucas elija los nombres?”, le preguntó Shantelle.

“Maxine siempre estuvo en mi lista”, reveló Milan.

“Y creo que John Adams es un nombre genial”, sugirió Wendell.

“Creo que Lucas es bueno eligiendo nombres”.

“Ay, chicos”.

Shantelle preguntó nuevamente:

“¿Están seguros?”

“¡Nos encantan las sugerencias de Lucas!”, dijeron simultáneamente Milan y Wendell, haciendo saltar de alegría a Lucas.

Cuando terminó la videollamada, Shantelle no pudo evitar decir:

“Gracias por hacer que Lucas se sienta importante. Gracias por tratarlo como si fuera suyo”.

“Y no solo a Lucas, por supuesto”, dijo Evan.

“Podría decir lo mismo de Amelia y Marcus”.

“Y por eso, los amamos. Recuerden que estamos dispuestos a velar por sus gemelos en cualquier momento, así como lo hicieron durante nuestros tiempos difíciles”, proclamó Shantelle.

“Lo recordaremos”, dijo Wendell.

“Y no seré tímido al respecto”.

Evan y Shantelle también se quedaron el tiempo suficiente hasta que llegaron sus otros amigos.

Keith y Karise vinieron después de su chequeo Reese y Sean llegaron de últimos.

Se tomaron fotos en grupo y Karise las subió ansiosamente a sus redes sociales, etiquetando a todo el mundo.

Puso un pie de foto:

[¡Felicidades a Milan y Wendell! ¡Y enhorabuena a nosotros por tener más ahijados! Cuando tienes amigos tan unidos, tienes un sinfín de ahijadas y ahijados a los que querrás toda la vida. ¡Me encantan!].

Después de que Milan diera a luz, cada pareja se ocupó de sus respectivas vidas.

Keith y Karise cuidaron de su bebé mientras visitaban regularmente a Charles y Helen en casa.

La noticia de tener otro nieto entusiasmó a Charles y lo puso más optimista sobre su tratamiento.

Sean y Reese estaban ocupados preparando su boda.

Naturalmente, Milan y Wendell empezaron sus noches en vela, cuidando de sus nuevos seres queridos, John Adams y Maxine.

Por otra parte, Shantelle y Evan se esforzaban por quedar embarazados.

Las cosas iban muy bien para la maravillosa pareja.

La salud de Lucas seguía mejorando.

De hecho, el Doctor le dio el visto bueno para que su hijo estudiara en una escuela normal.

Sus gemelos, Marcus y Amelia, eran muy alegres y juguetones.

Estaban llenos de vida y aliviaban el estrés de la pareja cuando volvían a casa cansados del trabajo.

El plan era tomarlo todo con calma.

Que viniera lo que viniera, como decía Shantelle, sin embargo, con el paso de los días y las semanas, Evan y Shantelle seguían sin poder quedar embarazados.

Les resultaba extraño ya que mantenían relaciones se%uales sin protección durante algún tiempo.

Una noche, mientras la pareja estaba recostada en la cama, Shantelle dijo:

“Quizá no debamos volver a quedar embarazados. Quizá nos quedamos embarazados al principio porque lo hacíamos por Lucas”.

Evan apretó a Shantelle contra su pecho.

Le acarició los labios, la punta de la nariz y la frente, y dijo:

“Aunque quiero tener otro hijo, estoy muy satisfecho con nuestra familia Así que tanto si tenemos otro hijo como si no, estoy bien”.

“Además, ahora tengo cinco ahijados. Es suficiente para mantenerme ocupado”.

Mirando a su esposa, le preguntó:

“Shanty, tendrás que recordarme sus cumpleaños. Puede que se me olviden. Sean y Reese tienen otro hijo en camino, con lo que serán seis o más. Más los nuestros, son demasiados”.

“¡Pfft!”.

Shantelle se rio y dijo:

“¿Y si nuestros amigos tienen más hijos? ¡Cielos! ¡No puedo ir a nuestras futuras reuniones! Va a ser como un campamento para niños”.

“Va a ser entretenido”, comentó Evan.

“Pero volviendo a nosotros…”.

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