La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 27
Capítulo 27:
Sentía los ojos llorosos. Evan tuvo que resoplar, abrumado por lo que le estaba ocurriendo.
A pesar de todo lo que había pasado entre ellos, Shantelle seguía pensando en él. La culpa lo invadió.
Apretó el anillo con fuerza en el puño antes de intentar ponérselo.
Al hacerlo, sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta de que todavía llevaba puesto su anillo de matrimonio. Había formado parte de su atuendo diario durante dos años, y no se atrevía a quitárselo.
Durante un segundo, se quedó mirando su anillo, pensando:
‘¿Acaso era tan difícil quitármelo? ¿Por qué no me lo he quitado?’.
Evan se rio un poco. Dudaba de sus razones.
Finalmente, tras ponerse el anillo de la prosperidad, dijo en voz baja:
“Gracias, Shanty. Te veré cuando regrese”.
…
“Evan, estoy seguro que mañana podremos llegar a otro acuerdo”, sugirió el Señor Romanov.
“Es bueno que hayas decidido visitarme. Al menos así puedes comprobar lo serio que me tomo nuestra alianza de los próximos años”.
El Señor Romanov se había llevado a Evan de visita, guiándolo de una sala de exposición a otra.
“Espero que el año que viene haya más de cien embarques, así que podemos negociar un precio justo en el que ambos estemos contentos”.
Evan se echó a reír. Respondió:
“Sí, así haremos”.
Estaban hablando mientras paseaban por la enorme sala de exposición de coches del Señor Romanov. De repente, se les acercó una mujer de cabello castaño oscuro.
Era alta, esbelta y tenía un rostro elegante, con ojos marrones.
El Señor Romanov la llamó:
“Ah, Alina. Ven a conocer al Señor Thompson”. Agregó:
“Señor Thompson, ya que está divorciado, sería bueno conocer a otras mujeres. Alina es una de nuestras principales modelos para el”.
“No estoy interesado en conocer a nadie, Señor Romanov”, interrumpió rápidamente Evan.
“Ay, vamos”. El Señor Romanov señaló a la chica y dijo:
“¿No es preciosa?”.
Evan miró a la chica y la vio sonreírle. Se fijó en su ropa y no le gustó lo reveladora que era. Volvió su atención al Señor Romanov y dijo:
“Prefiero una mujer más reservada”.
Evan ya llevaba unos días en Rusia. El viaje fue principalmente por negocios, pero también aprovechó el tiempo para reflexionar, sobre todo acerca de Shantelle.
De vez en cuando, el Señor Romanov le presentaba a mujeres, ya fuera una empleada o una conocida, pero en su mente solo se encontraba comparándolas con Shantelle.
‘No me atrae en absoluto ‘, pensó.
‘Prefiero a las que saben cocinar. Mi exesposa me preparaba las comidas’.
Tras obsérvala por otro momento, dijo:
“Por lo que veo, te interesa la moda, ¿No? A mi exesposa le interesa la biología”.
Por muy atractivas o exitosas que parecieran las mujeres, a Evan no le gustaba ninguna. Era como si no pudieran compararse con su exesposa.
En otra ocasión, el Señor Romanov invitó a Evan a cenar con su familia. Conoció a su hijo, que, después de cenar, necesitaba ayuda con las tareas.
Evan y el Señor Romanov estaban tomando café cuando el chico entró en la habitación.
“Papá, mamá no sabe de esto, y la semana pasada estuve enfermo así que me perdí la clase. Es de biología”.
El Señor Romanov preguntó:
“¿Y la niñera no te puede ayudar? Tengo un invitado, hijo”.
“Ella no sabe de esto”, se quejó Valentín.
El Señor Romanov intentó ayudar a su hijo, pero como había pasado tanto tiempo desde la escuela, lo único que pudo decir fue:
“Bueno, intenta con… El internet”.
Evan se rio desde el otro lado de la mesa. Se ofreció a ayudar:
“Déjeme intentarlo. ¿De qué se trata tu tarea?”.
“Moléculas biológicas”, dijo el joven.
Evan respondió:
“Ah, proteínas, carbohidratos, lípidos y ácidos nucleicos. A ver cómo puedo ayudarte”.
Pasaron los minutos y Evan compartió sus conocimientos sobre las moléculas biológicas.
“Las proteínas reparan y construyen los tejidos de tu cuerpo, permiten las reacciones metabólicas y coordinan las funciones corporales. Por eso es muy importante incluir proteínas en tu dieta”.
Mientras Valentín tomaba notas, el Señor Romanov asentía con aprobación.
Cuando el chico terminó, sonrió y agradeció a Evan. Luego se fue a organizar sus notas.
“Gracias, Evan. No sabía que te gustara tanto la biología”, comentó el Señor Romanov.
“Es por mi esposa… Quiero decir, mi exesposa”. Evan hizo una pausa. Luego agregó:
“Ella siempre incorporaba la biología a nuestra vida cotidiana. Era estricta con mi dieta y me recordaba cómo funciona cada molécula del cuerpo. Cada día era una nueva lección aprendida con ella”, Evan quedó pensativo, luego agregó:
“Ella… Se habría dedicado a la medicina si no nos hubiéramos casado tan pronto”, agregó Evan.
Evan recordó cuando Shantelle hablaba de fotosíntesis mientras señalaba dónde debían ir las plantas del jardín.
En aquel entonces le parecía innecesario, pero su villa acabó teniendo una gran cantidad de flores que los vecinos siempre envidiaban.
El Señor Romanov respondió:
“Debe de ser una mujer impresionante. No me extraña que sigas tan atado de tu exesposa. Lástima que ya estés divorciado”.
Evan se echó hacia atrás. Pensó a sí mismo:
‘¿Yo? ¿Atado a Shanty? ‘.
Tenía que admitir que una parte de él quería verla y definitivamente no le gustaba cómo ella había cortado toda comunicación con él.
‘Supongo que… ¿La extraño? ‘.
‘La extraño…’, repitió en su cabeza.
Evan reconocía que nunca había estado así con ninguna otra mujer, ni siquiera con Nicole, que creía que le gustaba en el pasado.
Sentía pena por Nicole, pero aparte de eso, nunca la echó de menos ni la anheló. Evan raramente salía con chicas durante sus años universitarios.
Cuando lo hacía, era para una simple cena. Nunca volvía a contactarlas por una segunda cita.
Tras darse cuenta de esto, Evan estaba más decidido a ver a Shantelle cuando regresara.
Quería entender lo que le estaba pasando.
Después de terminar su cena con el Señor Romanov, Evan llamó a su asistente en Rose Hills.
Cuando James contestó, le indicó:
“James, envía un ramo de rosas a Shanty, a la dirección de los Scott”.
Tragó saliva antes de agregar:
“Pídele al florista que ponga una tarjeta de ‘Lo siento’“.
El silencio se prolongó durante unos segundos hasta que James respondió:
“Oh, Señor. Me alegro de escucharlo. La Señorita Shanty me parecía encantadora. Lo haré a primera hora de la mañana”.
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