La exesposa del CEO es una cirujana
Capítulo 244

Capítulo 244:

Estaba claro que algo les pasó. Reese miró bajo las sábanas y, efectivamente, ¡Él también estaba completamente desnudo!

Claro, ella imaginó a menudo estar en la cama con Sean, pero no de esta manera.

En ese momento, le entró el pánico.

Buscó su ropa y se la puso.

Justo cuando estaba pensando qué hacer, tocaron la puerta. Se apresuró a abrirla y, en cuanto lo hizo, recibió una bofetada.

“¡Cómo te atreves! ¡¿Cómo te atreves a hacerlo con mi novio?!”, le gritó Brooklyn.

“¡Yo… no sé qué pasó!”, le dijo Reese.

“¿Sabes lo que pasó? Sean estaba borracho anoche, ¡Y tú lo usaste a tu favor! ¿Sabes lo que haría si se entera de que te aprovechaste de él?”, le preguntó Brooklyn.

“Te odiará. ¡Él nunca te quiso!”.

Brooklyn fulminó a Reese con la mirada y dijo:

“¡Pero te ayudaré! ¡Vete! No le diré ni una palabra a Sean”

“Pero él lo recordará”, dijo Reese.

“¡No se acordará! ¡Todo lo que recordará es que se despertó a mi lado!”, dijo Brooklyn.

“Esta es mi última advertencia, Reese. ¡Aléjate de Sean!”.

Unas horas después, Reese se reunió con Sean para cenar temprano en la misma casa. Reese estaba tan avergonzada que no sabía cómo enfrentarse a él.

El miedo se apoderó de su corazón y pensó que realmente se aprovechó de Sean y que él la odiaría.

Sin embargo, cuando Sean se acercó a ella, le preguntó:

“Oye, anoche recuerdo que estabas sumamente borracha. Creo que yo también estaba muy borracho. Recuerdo haberte cargado… estabas hablando…”

“Sí, Sean. Estaba hablando tonterías, pero eso es lo que hacen los borrachos”, lo interrumpió Brooklyn.

“La llevaste a su habitación y luego regresaste a la fiesta. Luego me invitaste a tu habitación, ¡Y tuvimos la mejor noche de nuestras vidas!”.

Brooklyn se giró hacia Reese y dijo:

“¿Adivina qué, Reese? ¡Sean y yo estamos oficialmente juntos! Quiero decir, ¡él debería asumir la responsabilidad después de llevarse eso!”.

Se rio entre dientes y agregó:

“¿No es cierto, bebé?”.

“Eh”.

Sean se rascó la cabeza.

Su cara se puso roja mientras decía:

“Sí, Reese. Nosotros… decidimos empezar a salir exclusivamente”.

“Venga, vamos a comer, Sean”, dijo Brooklyn, tirando de él de la mano.

Sean, sin embargo, le pidió un minuto.

Se giró hacia Reese y volvió a preguntarle:

“¿Segura que no tienes nada que decirme?”.

A Reese se le llenaron los ojos de lágrimas, pero le mintió, diciendo:

“¡Nada! Estoy tan feliz por ustedes que se me salen las lágrimas”.

…

Flash Back de Sean:

Sean se despertó, completamente cansado y con un dolor de cabeza.

Gruñó, se giró hacia el otro lado y vio a Brooklyn sonriéndole.

“Hola, bebé. Gran noche la de anoche”, comentó Brooklyn.

“¿Gran noche la de anoche?”, se preguntó Sean en su mente.

Sus cejas se fruncieron, tratando de recordar lo que pasó.

Sean recordaba bailar con Reese y coquetear con ella.

Pensó que era muy extraño de su parte.

Sean sentía un gran respeto hacia Reese.

Se preocupaba por ella y le encantaba su compañía, pero ¿Por qué estaba actuando de esa manera la noche anterior?

Ahora, Sean se preguntaba por qué estaba ahí con Brooklyn.

Su último recuerdo era llevar a Reese a la casa ya que ella estaba borracha.

En su cabeza, vio destellos de él besando a Reese, pero no estaba seguro de si era real. Lo demás era como un borrón para él.

Recordaba haber bebido, pero tenía una alta tolerancia al alcohol.

El número de copas que bebió no debió hacerlo olvidar la noche anterior. Las visiones en su cabeza tendrían más sentido sí se hubiera despertado junto a Reese.

Sin embargo, Brooklyn lo convenció por completo.

Le dijo: “Sean, Reese se emborrachó tanto que te llamó Aaron. ¡Creo que le gusta Aaron y te confesó su amor por error! ¡Jajaja! ¡Fue muy gracioso! De todos modos, la llevaste a su habitación y regresaste a la fiesta a buscarme”.

Ella le dedicó una sonrisa coqueta y dijo:

“Y entonces me quitaste mi virginidad. No quería que pasara con cualquiera, pero creo que tú eres alguien especial, así que está bien”.

Brooklyn besó a Sean y le dijo:

“Te amo, Sean”.

Sean hizo una pausa, aún conmocionado por todo.

Luego, entró en sí y reaccionó cuando Brooklyn le dijo:

“¿No vas a pedirme que sea tu novia oficialmente? Ya lo hicimos y todo el mundo sabe que nos estábamos viendo casualmente”.

Sean se aclaró la garganta y dijo:

“Eh… sí, supongo. Quiero decir, me gustas mucho, Brooklyn”.

Brooklyn sonrió y concluyó:

“Entonces, es oficial. Tú y yo estamos juntos”.

…

Al escuchar la historia desde el punto de vista de Reese, Sean se quedó en silencio, con la boca abierta por la sorpresa y se masajeaba continuamente las sienes con las manos.

Mientras lo asimilaba todo, Reese le preguntó:

“Sean, ¿Me crees? Por favor, dime que me crees”.

Sean la miró y dijo:

“Reese, por supuesto que te creo. Lo siento. Admito que no recuerdo lo que pasó esa noche, pero sí me pareció extraño. Aunque pensé en preguntarte en los días después de la fiesta de Keith, pero…”

“Brooklyn se quedó pegada a ti”, interrumpió Reese.

“Me di cuenta de que disfrutabas de su compañía, y luego, una noche, me invitaron a una cena especial en tu casa donde presentaste a Brooklyn a tus padres como tu novia”.

“Esa noche quería contártelo todo. Estaba convencida de que tenía que hacerlo, pero te vi sonriendo y riendo. Además, a tus padres les agradaba Brooklyn”, dijo Reese mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.

“Yo… yo no podía convertirme en esa persona que te arruinara todo, Sean. No podía hacerlo. Además, tú tampoco recordabas nada. La persona junto a la que te despertaste era Brooklyn y no yo. Sinceramente, yo también tenía miedo de parecer desesperada”.

“El día después de esa cena, Brooklyn fue en secreto a mi casa. Me amenazó de nuevo con la pensión de mi padre. Así que, cuando mi madre recibió la pensión de papá, pagamos las cuentas que debíamos y nos fuimos de la ciudad”, le contó Reese.

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