La exesposa del CEO es una cirujana
Capítulo 226

Capítulo 226:

Evan sintió que se le apretaba el pecho.

Comentó:

“Sean diría algo así”.

Wendell asintió y respondió:

“Estoy de acuerdo”.

…

Al día siguiente, todo salió a la luz.

Las autoridades consiguieron los videos de vigilancia de las cámaras de tránsito y se podía ver claramente cómo una camioneta se chocó a propósito contra el coche de Sean.

Después de golpear por detrás al coche, la misma camioneta retrocedió y se chocó nuevamente contra el coche de Sean.

Esto provocó aún más daños en el coche de Sean.

Los agentes de tráfico informaron de cómo el conductor de la camioneta afirmó perder el control de los frenos, pero ¿Cómo pudo haber retrocedido, detenerse y volver a echar para delante si perdió el control?

Luego surgió otra pregunta:

¿Qué impulsó al conductor desconocido a chocar su camioneta contra el coche de Sean?

Una revisión de los antecedentes del conductor reveló posteriormente que el hombre estaba relacionado con Griffin Hernan.

No hacía falta ser un genio para sumar dos más dos.

Wendell y Evan estaban en la estación de policía, viendo cómo todas las evidencias apuntaban a su Director Financiero.

Evan estaba furioso por dentro mientras estaba parado delante de la mesa y se pasaba repetidamente las manos por la cabeza.

Miró a su amigo y le preguntó:

“¿Tu padre todavía podría ayudarme con la orden de detención? La quiero ya, ¡Ya, ya, ya!”.

Wendell asintió y respondió:

“Lo llamaré”.

De algún modo, Griffin Hernan captó lo que estaban planeando.

Ese día no se presentó a trabajar y su teléfono estaba ilocalizable.

Cuando la policía revisó su casa, el Señor Hernan y su esposa no aparecían por ningún lado.

En contacto con el alcalde de la ciudad, Evan ordenó puntos de control en todas las salidas.

Llamó a la cadena de televisión local y los alertó del desfalco de su Director Financiero y de cómo estaba huyendo de la ciudad.

Al mismo tiempo, la cara de Griffin se emitió por todos lados. También se le advirtió a las compañías aéreas que no aceptaran como pasajeros a Griffin y a su esposa.

A las doce de la noche, Evan seguía sin saber dónde se metió su Director Financiero, así que anunció a toda la ciudad que iba a dar una recompensa de un millón de dólares a quien pudiera señalar dónde se escondía Griffin.

Todo se compartió a través de emisoras locales y en la página oficial de la empresa en las redes sociales.

Gracias a todos los recursos que Evan dispuso en la búsqueda de Griffin, el Director Financiero fue finalmente encontrado al amanecer.

El personal de un motel informó de que el Señor Hernan y su esposa se registraron en una de sus habitaciones utilizando identificaciones falsas.

Griffin Hernan y su esposa fueron encerrados al día siguiente y sus bienes fueron congelados.

A las ocho de la mañana, Evan fue a ver a Griffin en la cárcel.

Le dijo: “Si tenías problemas de dinero, si necesitabas dinero, te lo habría dado sin pensarlo dos veces. Solo tenías que pedírmelo. ¿Sabías que tenía un plan de dos millones de dólares destinados para tu jubilación, Griffin?”.

Evan apretó los dientes y las manos.

Sus labios temblaban cuando continuó diciendo:

“¡Olvida el desfalco, intentaste matar a mi amigo! Y por eso, ¡Sufrirás! ¡No solo acabas de perder tu pensión, sino que además incriminaste a tu esposa! El Chófer era… ¿Tu pariente lejano? ¡Ahora envejecerá en la cárcel!”.

“No, por favor, Evan. Por favor, perdóname, Fui codicioso. Pensé que era poco dinero y que ni siquiera te darías cuenta”, le suplicó Griffin.

“¿Y el accidente automovilístico? Te pido perdón. ¡Tenía miedo de perderlo todo!”.

“Te lo repito: ¡No se trata del dinero, sino de la vida que intentaste eliminar!”, respondió Evan.

“¡Sufre las consecuencias de tus acciones porque nunca te perdonaré!”.

Evan se marchó de la estación de policía y fue directamente a ver a Sean.

Dentro de la Unidad de Cuidados Intensivos, Evan no pudo evitar sentirse emocional.

Se culpaba por la situación de Sean.

Ay, cómo deseaba ahora no haberle pedido a Sean que revisara las finanzas de la empresa mientras estaba aislado con Lucas.

¿Cómo se sentiría Lucas si se enterara de esto?

Tomó la mano de Sean, la apretó con fuerza y le dijo:

“Amigo, lo siento. Si hubiera sabido que esto pasaría, te habría dejado disfrutar de tu vida de recién casado. Maldición. Me siento tan culpable”.

“Por favor despierta, Sean. Porque si no lo haces, puede que me odie durante mucho tiempo”, dijo Evan.

…

“Eso es, Lucas. Levanta el balón así”, dijo la fisioterapeuta.

“Dobla la rodilla. ¡Buen trabajo! Ahora vamos con la otra rodilla”.

La fisioterapeuta guio a Lucas a la posición correcta y le dijo:

“Ahora levanta el balón”.

Era normal que los pacientes que pasaron por quimioterapia se sintieran agotados en los meses siguientes a su tratamiento.

El joven Lucas no era la excepción.

Para ayudarlo a recuperar su energía, el Doctor Patel recomendó que Lucas tuviera sesiones regulares con un fisioterapeuta.

Lucas ya estaba realizando ejercicios de estiramiento cuando la fisioterapeuta le dijo a Shantelle:

“Doctora Shant. La próxima vez puede traer una videocámara para grabar la rutina de Lucas, incluyendo los masajes. Le será útil cuando regrese a casa. Usted o el cuidador de Lucas puede seguir con su terapia”.

“Es una buena idea, aunque no nos importaría contratarte”, le respondió Shantelle.

La terapeuta se rio y dijo:

“Sí, también es una opción. Quisiera tomarme un descanso de hacer terapia oncológica”.

“Sabes, me resultas familiar”, dijo Shantelle.

“¿Nos conocemos?”.

“Sí, nos conocemos”.

La terapeuta parecía tímida antes de admitirlo.

“Mi familia trabajaba para los Ross. Sean Ross y yo éramos buenos amigos. La vi dos veces cuando estaba casada con el Señor Thompson”.

“Oh, espera. Déjame recordar, Creo que tu nombre era el de un caramelo”, dijo Shantelle mientras trataba de recordar.

“Sabía que me resultabas familiar”.

La terapeuta se rio entre dientes, pero Shantelle lo recordó:

“¡Reese! ¡Eso es!”.

“Sí, Reese Kenedy”, respondió la terapeuta.

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