Capítulo 207:

Ambos soltaron una risita. Entonces, sonó otro pitido y Wendell volvió a escribir en el teléfono, diciendo:

“Cancelar suscripción”.

“¡Jajaja! ¡Ahora está muy molesto!”, dijo Milan, con los ojos alegres mientras se reía con Wendell de los mensajes que le envió a Rowan.

Detrás de ellos, Shantelle y Karise intercambiaban miradas.

Karise abrió sus palomitas y dijo suavemente:

“Bueno, esto es interesante”.

“Ya te digo que es bastante interesante, parecen que están en su propio mundo”, sugirió Shantelle mientras mantenía el tono bajo.

Karise empezó a comerse las palomitas y dijo:

“Qué adorable. ¡Me estoy sonrojando con ellos! Nunca había visto este lado de Wendell”.

“Bueno, eso es porque cuando él estaba con Salome, ella frecuentemente creaba drama”, comentó Shantelle.

“Y sabes qué, el padre de Milan quizás también notó eso”.

Extendiendo la mano y señalando a los dos, Shantelle agregó:

“Me refiero a esta escena de aquí… Porque ahora el Señor Gray finalmente accedió a posponer su boda”.

“Uff, así que técnicamente siguen prometidos”, dijo Karise.

“Según sus padres, sí, pero como puedes ver, no parecen tener ningún problema con ello. Ellos también pasan mucho tiempo juntos”, reveló Shantelle.

Se giró hacia Karise y le dijo:

“Dame un poco. Una escena tan adorable como esta requiere palomitas”.

Karise se rio entre dientes y comentó:

“Si. Esto es como una película para mí, ¡Me encantan!”

Shantelle sonrió, masticó una palomita y, tras tragarla, contestó:

“A mí también”.

Los días pasaron.

Mientras la relación de Wendell y Milan florecía, Marcus y Amelia crecían, y Shantelle y Evan se enfrentaban a uno de sus miedos.

Lucas se enfermó y su fiebre subió a 39.5 grados.

La pareja no sabía la razón. Aplicaron estrictamente: el protocolo sanitario en casa, pero de igual manera se infectó su hijo.

Eleanor y William tuvieron que mudarse temporalmente a su Casa mientras Lucas estaba en el hospital.

Ayudaron con el cuidado de los gemelos. El recuento sanguíneo de Lucas bajó drásticamente y tuvo que recibir una transfusión de sangre.

También recibió otra dosis de inmunoglobulina por vía intravenosa, que le permitió luchar contra la infección.

Después de diez días en el hospital y tras la infusión de anticuerpos, la fiebre de Lucas finalmente remitió.

Evan y Shantelle finalmente pudieron descansar decentemente.

Ambos se acurrucaron en un pequeño sofá junto a la cama del hospital de Lucas. Desde allí, Shantelle le dijo:

“Evan, siento que Lucas se puso así”.

“¿Por qué lo sientes? No es tu culpa”, respondió Evan.

Le dio un beso en la frente a Shantelle y le dijo:

“Cielos nos dio estas pruebas para superarlas, y sé que, juntos, saldremos de esta”.

“No sé si podremos seguir adelante con nuestros planes de irnos de viaje si Lucas sigue enfermo”, dijo Shantelle.

“Entonces, no iremos. Lucas es lo más e por mucho que quiera comerte como loco, puedo… comerte como a un bebé”, dijo Evan.

Shantelle se rio y pregunto:

“¿Cómo funciona eso? Cómeme como un bebé”.

Abrazando a Shantelle con fuerza, él dijo:

“Significa que tendré que controlarme mientras lo hacemos en la comodidad de nuestra habitación”.

Mientras la pareja estaba en el hospital, Wendell recibió una llamada de la Señora Scott.

Eleanor le pidió un gran favor y Wendell accedió de buena gana, conociendo la difícil situación de la familia.

Por desgracia, eso significaba cancelar la cena que planeó con Milan.

Cuando Milan entró en su oficina, cargando su bolso, ella reveló:

“Estoy lista”.

“Milan, me temo que hay un cambio de planes”, reveló Wendell.

“Lo siento, no podemos ir a nuestra cena especial”.

“Oh”, dijo Milan mientras miraba al suelo.

La decepción era tan evidente por el ceño fruncido que tenía Milan en la cara, lo que hizo que Wendell sintiera que la había defraudado.

Entonces propuso:

“Te juro que es por algo importante, pero si te animas, quizás quieras acompañarme a…”

“¿A dónde?”, le preguntó Milan.

“Se trata de un trío. Contigo cerca, se convertirá en un cuarteto”, sugirió Wendell, dejando que la imaginación de Milan se activara.

“Estás bromeando, ¿Verdad”?”, le preguntó Milan.

A Wendell se le escapó una risita y luego dijo:

“¿Quieres venir?”.

Dos horas más tarde, Milan se encontraba en una habitación donde Wendell y ella estaban supuestamente envueltos en un supuesto cuarteto.

Ella estaba cargando a la pequeña Amelia, que estaba eructando contra su pecho. Para ayudar a cuidar de los gemelos, tuvo que bañarse en el cuarto de baño de Wendell, vistiendo su camiseta larga y sus pantalones cortos de ciclista.

Milan dijo:

“¿Esta es tu idea de un cuarteto?”.

Ella se rio y agregó:

“Por un segundo estaba preocupada”.

En su pijama, Wendell estaba dando de comer a Marcus.

Estaba sentado junto a Milan cuando ella comentó lo del cuarteto.

Él sonrió satisfecho y respondió:

“Y aun así, viniste. Viniste a pesar de tu mente sucia”.

Milan se empezó a reír, pero enseguida se calló cuando la pequeña Amelia empezó a llorar,

Ella dijo:

“Un ochenta por ciento de mí sabía que no sería nada”

“Lo que significa que el veinte por ciento de ti esperaba hacer travesuras conmigo”, respondió Wendell, provocando las risas nuevamente.

“Basta, por favor”, dijo Milan.

Se le aguaron los ojos de la risa.

“Para que conste, por definición, un cuarteto significa un grupo de cuatro personas. No tiene por qué significar travieso”, le dijo Wendell.

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