Capítulo 205:

“¡Jajaja!”

Milan se rio a carcajadas.

Sus ojos se entrecerraron de diversión y dijo:

“Es la cosa más tonta que he hecho en mi vida, ¡Pero me la pasé bien!”

Wendell también se echó a reír y dijo:

“No me importa lo que piensen. A partir de ahora, esto debería ser nuestra actividad”.

Cuando Milan lo miró confundida, Wendell corrigió:

“Ya sabes, algo amistoso. Nuestra actividad amistosa”.

Milan se echó a reír.

Su cara se puso roja mientras reconocía:

“¡Si, por supuesto!”.

“Hola chicos, tengo una visita”, anunció Wendell mientras entraba en la mansión con Milan.

“Milan se unirá a nosotros para entrenar”.

Shantelle sonrió mientras Evan le lanzaba a Wendell esa mirada de ‘tenemos mucho de qué hablar’.

“Wendell me habló de los requisitos, y juro que estoy tan sana como un caballo”, declaró Milan.

“Espero que no les importe que me una a su rutina de fin de semana”.

“¡Claro que no!”, respondió Shantelle.

“Aunque en realidad, solo los chicos: Evan, Wendell y mi hijo, están haciendo ejercicio de verdad. Como me hicieron una cesárea con los gemelos, por ahora solo puedo caminar un poco, pero por supuesto, eres bienvenida”.

Se acercó a Milan, le dio una palmadita en el hombro y le dijo:

“Nos alegramos de tenerte. De hecho, mientras Wendell siga viviendo con nosotros, puedes venir todos los fines de semana”.

Mientras acompañaba a Milan a la parte trasera de la casa, se giró hacia Wendell y le quiñó un ojo.

Wendell se sorprendió y le dijo con movimiento de la boca a Shantelle:

“No sé de qué estás hablando”.

“Vamos, Wendell”, llamó Evan.

“Vamos a empezar”.

“¡Papá, estoy listo!”, anunció Lucas mientras corría por las escaleras hacia la planta baja.

En la parte trasera de la mansión, Evan tenía un pequeño gimnasio.

Contaba con varias máquinas de cardio, pesas y equipos de boxeo que le permitían a él y a su esposa ejercitarse cómodamente sin salir de casa.

Mientras Shantelle se limitaba a usar la caminadora, Evan dirigía al grupo con una rutina de estiramientos.

Después, formaron sus propios grupos.

Evan enseñó a Lucas los fundamentos del boxeo mientras Wendell ayudaba a Milan a repasar lo básico, En tan solo media hora, Lucas estaba lanzando golpes y gritando emocionadamente.

“¡Ja! ¡Ja!”, decía Lucas en voz alta con cada puñetazo que daba contra el saco de boxeo.

“¡Buen trabajo, Lucas!”, comentó Shantelle.

Wendell y Milan también elogiaron a Lucas, Milan dijo:

“¡Lucas tiene talento natural! Tengo que alcanzarlo”.

Con una carcajada, Wendell comentó:

“Desde luego que sí. El entrenador de tu club te enseñó lo básico, pero no te enseñó la postura correcta”.

Dirigió a Milan a otra sección del gimnasio y sugirió:

“Vamos, te enseñaré”.

Wendell se puso en posición y le dijo:

“Mantén los pies debajo de los hombros y gírate hacia el objetivo. Pon tu pie no dominante delante de ti y apunta en un ángulo entre treinta y cinco a cuarenta y cinco grados hacia tu objetivo. Pon el pie dominante detrás de ti, así”.

“Alinéate con tu objetivo para estar cómoda, pero mantén el pie trasero abierto. La potencia de lanzamiento proviene de la parte inferior del cuerpo, no de la superior, así que debes adoptar una postura fuerte antes de lanzar cualquier puñetazo”.

Wendell simuló un puñetazo, gruñendo con cada empujón.

“¡Ja! ¡Ja!”.

Por otro lado, Milan hizo todo lo posible por concentrarse en las instrucciones de Wendell.

Sin embargo, estaba totalmente distraída.

Sus ojos no podían apartarse de sus bíceps definidos, el contorno de su amplio pecho bajo su ropa de entrenamiento, de cómo sus ojos se veían al dar cada golpe y de cómo algunos de sus rizos caían sobre sus ojos.

“¿Me expliqué?”, preguntó Wendell.

“¡Cielos! ¿Qué fue lo que dijo?”. Milan intentó ocultar su pena.

Se aclaró la garganta y dijo:

“Suelo aprender rápido, pero te agradecería mucho enseñaras otra vez”.

“Pero… Pero antes de que lo hagas, déjame…”

Milan no terminó la oración e hizo lo que estaba deseando hacer durante los últimos minutos, con los dedos, colocó unos mechones de cabello de Wendell detrás de su oreja.

Después, se quedó mirando fijamente los ojos castaños de Wendell. Era como si el tiempo se hubiera detenido y ambos se miraron.

Finalmente, Wendell soltó una risita y dijo:

“Igual se me van caer, ¿Sabes?”.

“Cierto”.

Milan consiguió escuchar esa parte, por lo menos.

Ella se encogió de hombros y contestó:

“No lo sé. Solo tenía ganas de hacerlo”.

Tras aquel incómodo momento, Wendell volvió a dar instrucciones.

Ayudó a Milan a posicionarse, guiando sus brazos y piernas. Sus pieles se tocaron en el proceso.

Pronto, Milan intentó dar el golpe. Con la guía de Wendell, fue capaz de lanzar fuertes puñetazos.

En ese momento, Lucas y Evan terminaron.

Shantelle también se excusó diciendo:

“Mis bebés me llaman. Los veré más tarde. Tómense su tiempo”.

Luego, solo quedaron Wendell y Milan.

Después de trabajar en su postura, Wendell propuso de repente:

“¿Estás cansada?”

“Mmm”.

Milan se lo pensó y dijo:

“Claro”.

Una vez más, Wendell hizo alarde de sus habilidades.

La forma en que posó y levantó la pierna en el aire hizo que Milan se quedara boquiabierta.

Después de mostrarle a Milan unas cuantas técnicas, Wendell le dijo:

“Tu turno”.

“¿Qué? ¿Ya? No aprendí lo suficiente”, dijo ella, pero al final, Wendell acomodó su postura sujetándola por la cintura.

“Empieza con una postura de pelea”, le ordenó él.

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