La exesposa del CEO es una cirujana
Capítulo 203

Capítulo 203:

“Si hay algo que aprendí la semana pasada es que los bebés orinan después de hacer caca.  Así que tienes que estar preparado para esa sorpresa.  Pones un pañal nuevo debajo del viejo, y solo entonces abrirás y empezarás a limpiar”

Evan cambió eficientemente a su hija y cuando sacó el pañal viejo de Amelia, ella orinó.

El hombre dijo:

“¿Ves eso?”.

“Maldita sea, ¿Así que tenemos que cambiarla otra vez?”, preguntó Wendell.

“Si”, respondió Evan.

“De verdad que necesito una suscripción de pañales”.

Cuando Amelia ya tenía un pañal nuevo, Evan la puso a dormir.

Marcus estuvo descansando sobre el pecho de Wendell.

Cuando el hombre sugirió acostar al bebé, Marcus empezó a llorar Le revisaron el pañal y, efectivamente, estaba sucio.

“Entonces, ¿Cuántas veces hacen caca los bebés?”, preguntó Wendell.

“Por ahora, creo que casi cada vez que toman leche”, admitió Evan.

“Creo que es porque aún son recién nacidos”.

“Maldición, Realmente necesitas una suscripción de pañales”, sugirió Wendell.

Wendell terminó ayudando a Evan a cambiar el pañal de Marcus, pero después de eso, el hombre sugirió:

“Deberías descansar un poco. Yo me encargo, Gracias por ayudarme”.

“¿Cada cuánto tiempo les das de comer?”, le preguntó Wendell.

“Cada dos horas”, reveló Evan.

“¿Así que van a tener que alimentarlos otra vez dentro de dos horas?”, preguntó Wendell.

“En una hora. Ya pasamos una hora”

“¡Maldición! Será mejor que descongele la leche”, dijo Wendell antes de ir a la cocina.

Al cabo de unos diez minutos, estaba de vuelta con dos botellas de leche.

En lugar de dormir en la habitación de invitados, Wendell descansó en el puf en la esquina.

Evan estaba medio dormido, pero al notar que Wendell seguía por allí, preguntó:

“¿No vas a la habitación de invitados?”.

“Nah, faltan cuarenta minutos para la hora de comer, lo que significa una hora y media para hacer caca, cambiar pañales y acunar a los bebés. Decidí quedarme, Para bien y para mal, ¿Recuerdas? “, dijo Wendell.

Evan se rio y dijo:

“Me alegro de tenerte, amigo”.

“Gracias por hacer esto, Evan”, dijo Wendell antes de que él y Evan entraran en la oficina del edificio de Servicios Internacional de Mano de Obra GEF.

Ese día era el nombramiento oficial de Wendell como presidente de la empresa. Evan lo acompañó porque su hermano mayor, Rowan, mostraba cada vez más escepticismo sobre su capacidad para ocupar el puesto.

¿Qué mejor manera de impresionar a todos sus empleados y ejecutivos que alardear de su conexión con el hombre más rico de Rose Hills?

Mientras caminaban por los pasillos, yendo de la primera a la segunda planta del edificio, las personas los miraban sorprendidos.

Las caras de sorpresa eran tantas que se debían al asombro de saber que su nuevo presidente tenía un amigo tan poderoso.

Además, Evan y Wendell se veían increíblemente elegantes con sus trajes a la medida. Los dos amigos compartían rasgos similares: tenían el cabello oscuro y eran altos, de hombros anchos y cuerpos atléticos.

En cuanto a sus atributos distintivos, Wendell tenía más barba que Evan.

Wendell tenía los ojos de color marrón claro en comparación con los intensos ojos oscuros de Evan.

Evan tenía una cara más esbelta y ovalada, mientras que Wendell tenía más mejillas y la cara en forma de diamante.

Evan tenía el cabello liso, mientras que Wendell lucia suaves rizos en la parte superior.

Cuando Wendell llegó finalmente a su oficina, Milan ya lo estaba esperando con su padre, el actual Director Ejecutivo de la empresa.

El padre de Wendell también estaba allí para apoyarlo.

Wendell notó que el padre de Milan se alegró de ver a Evan Thompson.

Sonreía y asentía en señal de aprobación.

Luego se giró hacia su hija y volvió a asentir, Después de intercambiar miradas con el Señor Gray, Wendell notó que Milan se cortó el cabello y también llevaba gafas.

Recordó cómo Rowan solia decirle a ella que se pusiera lentes de contacto.

Sonrió, pensando que ella se veía increíble con su nuevo corte y las gafas puestas.

Wendell pensó que su nueva apariencia era bastante refrescante.

‘Espera… qué demo…’, pensó Wendell, al darse cuenta de que estaba admirando a la exnovia de su hermano.

Entonces, Wendell desvió la mirada hacia el Señor Gray.

Lo saludó a él y al resto de los ejecutivos detrás.

…

Una vez hechas las presentaciones, Evan se excusó para volver con su esposa y sus hijos.

Le deseó lo mejor a Wendell y dejó claro que apoyaría la nueva etapa en la trayectoria profesional de su amigo.

Cuando Evan se marchó, Wendell entró en su oficina.

El Señor Gray lo siguió, junto con Milan y el padre de Wendell.

Con la puerta cerrada, el Señor Gray le dijo a Wendell:

“Milan, normalmente, no participa activamente en las operaciones de la empresa, se limita a recomendar clientes y a ayudarme, Sin embargo, ya que asumiste este cargo con tan poca antelación, la nombré como tu asistente ejecutiva”.

“Así, los dos podrán trabajar juntos”, dijo el Señor Gray.

Miró a Wendell y le advirtió:

“Pero ojo, ten cuidado. Recuerda quién es Milan para mí”.

“Por supuesto, Señor Gray, Lo entiendo”, reconoció Wendell.

“Quiero que hablemos de la boda pronto”, propuso el Señor Gray.

Se giró hacia su hija y le dijo:

“Recuerda hacer los cambios con el coordinador de bodas”.

“Ehh”.

Milan tragó saliva y dijo de mala gana:

“Papá, sobre la boda… verás, Wendell y yo…”

“¿Te estás retractando, Wendell? ¿Vas a ser como tu hermano, un hombre sin palabra? Cancelaré nuestra colaboración y te devolveré tus acciones”.

En un abrir y cerrar de ojos, el Señor Gray pasó de estar tranquilo a estar agitado.

“¿Crees que ya olvidé cómo tu hermano me subestimó y humilló a mi familia?”.

“¿Wendell”.

Detrás del Señor Gray, el padre de Wendell lo fulminó con la mirada.

Moviendo la boca, Susurró:

“¡Arregla esto ahora!”.

“Señor Gray, por favor, cálmese”, pidió Wendell.

No sabía por qué, pero en lugar de cancelar la boda por completo, propuso:

“Milan y yo simplemente pensamos que deberíamos esperar para poder conocernos mejor…”

“Ya se conocen desde hace un año”, rebatió el Señor Gray.

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