La exesposa del CEO es una cirujana
Capítulo 158

Capítulo 158:

Cada vez que veía a un hombre mirando fijamente a Shantelle, Evan la sujetaba más fuerte por la cintura y anunciaba:

“¡Mi hermosa esposa! Mi esposa”.

A uno de sus inversionistas, que estaba mirando a su esposa.

El hombre le advirtió:

“Ojos en mí, Señor Rue”.

Al final, la pareja llegó al escenario de la sala de convenciones número dos, donde los esperaban todos sus amigos e invitados famosos. Después, la canción concluyó, ¡Y la entrada de la boda terminó con una explosión!

Explotaron los petardos y el confeti voló por los aires.

No solo eso, a cada lado del pasillo estallaron fuegos artificiales eléctricos que provocaron más rondas de aplausos.

Cuando se calmaron los abucheos, el presentador anunció:

“Para pronunciar el discurso de apertura, damas y caballeros, tenemos al novio, el Señor Evan Thompson”.

Evan agarró a Shantelle de la mano a pesar de que lo llamaban solo a él y la llevó consigo hacia al frente.

Desde allí, dijo:

“Gracias por venir. Antes de nada, me gustaría dar las gracias a la famosa diseñadora Sarah Kate y a su esposo por patrocinar la entrada de nuestra fiesta. Damas y caballeros, ¡Acaban de presenciar los diseños de la próxima temporada de Sarah Kate! Así que más tarde podrán decidir cuáles comprar en su boutique”.

A continuación, el hombre señaló la decoración, el lugar de celebración, las modelos y los vestidos.

Describió:

“Esta boda es mi sueño para mí esposa. La mayor parte de esto es para ella porque se merece lo mejor. El Evan Thompson que conocen no se dejaría ver exhibiéndose ante la multitud, como un modelo. Sin embargo, Evan Thompson, como el esposo de Shantelle, está dispuesto a demostrarles hasta qué punto dejaría su ego por ella y así es como me ven hoy, parado frente ustedes y expresando mi amor por ella”.

Evan pronunció unas palabras más y nombró a los valiosos invitados.

Entonces, de repente se emocionó y reveló:

“Verán”.

Girándose hacia Shantelle, la agarró por la cintura antes de seguir su discurso:

“Cuando Shanty y yo nos separamos, me dije que en cuanto volviera a encontrarla, me casaría con ella y sería para siempre”.

Recalcó:

“Le daré el mundo, una boda magnifica, el mejor vestido de novia, las mejores joyas, la mejor casa, lo mejor de todo y, por supuesto, todo mi amor y mi atención. En ese momento no sabía si eso llegaría a suceder. Hubo un tiempo en que pensé que seguiría siendo un sueño para siempre”.

“Sin embargo, aquí estamos. Al parecer, los deseos se hacen realidad, así que lo di todo en esta boda”.

Evan acercó a Shantelle entre sus brazos y le besó la mejilla.

Volvió a la multitud y declaró:

“Y no solo en esta boda. Siendo el rey de Rose Hills, yo declaro a mi esposa, la Doctora Shant, ¡Como la reina! ¡Porque la trataré así hasta mi último aliento! Y espero que todos los aquí presentes la traten igual”.

Shantelle se rio a carcajadas, al igual que sus amigos.

Wendell y Keith sacudieron la cabeza.

Sean animaba a Shantelle, diciendo:

“¡Reina Doctora Shant!”.

Fue como si Evan volviera a pronunciar sus votos, pero esta vez, dirigiéndose a la multitud.

Shantelle intentó ignorar sus palabras, sugiriendo a los invitados que no se tomaran en serio su orden.

Aun así, la mayoría de los invitados, especialmente sus empleados, consideraban a Evan como el más poderoso en Rose Hills.

No se atrevería a rechazar los deseos del hombre.

Para concluir sus palabras de bienvenida, Evan dijo:

“Gracias por unirse a la celebración de nuestra boda. Que empiece la fiesta. Por favor, disfruten de la comida, de la banda y de los demás entretenimientos que hemos preparado para ustedes. Va a ser la mejor fiesta del año”.

La cena fue espléndida. Toda la noche estuvo llena de entretenimiento.

Entre medias, Shantelle y Evan recorrieron los pasillos de la convención para charlar y tomarse fotos con sus invitados.

También hablaron con sus familiares en la sala de convenciones numero dos.

Cuando la pareja se encontró a Davy y Leila Scott, además de a sus hijas, todos halagaron a Shantelle.

¿Cómo iban a poner en duda la sinceridad de Evan cuando sus votos se hicieron ver a través de las pantallas LED gigantes?

Estaban plenamente convencidos de que Shantelle se había embolsado una mina de oro.

Después de los Scott, la pareja se dirigió a la mesa de Ariana Thompson-Smith. La tía de Evan se levantó rápidamente de su asiento.

Con todas las proclamas de amor de Evan hacia su esposa, ya no había nada que decir.

En su lugar, Ariana abrazó a Shantelle y dijo:

“Siento lo de nuestro pasado, Shantelle. Por favor no me culpes. En ese entonces solo me preocupaba por Evan”.

“Sin resentimientos en absoluto, tía”, dijo Shantelle con una sonrisa.

“Lo comprendo”.

Ariana se giró hacia Evan y le dijo:

“Me alegro, Evan, de que al final de todo pudiste encontrar tu felicidad”.

Evan abrazó a su tía y dijo:

“Gracias, tía”.

Paxton, el esposo de Ariana, también solo tuvo palabras bonitas que decir.

Le sugirió a Shantelle:

“Ahora que lo pienso, para que tu amor por Evan permaneciera después del divorcio, sin mencionar lo que pasaste criando a un niño sin padre, entonces tu amor debe ser puro y fuerte. Evan tiene suerte de tenerte, Shantelle, y como mi esposa, siento haberte cuestionado en el pasado”.

Shantelle nunca esperó la aprobación de la tía de Evan.

No le importaba, pero agradeció que Evan dejara claro a todo el mundo que esta vez no lo habían obligado en absoluto a Casarse.

Momentos después, Shantelle finalmente tuvo su momento de chicas con sus amigas. Sarah Kate y la abogada Scarlett se unieron a la conversación.

“¿Qué planes tienen para la luna de miel?”, preguntó Sarah Kate.

“Chicas, la clave de un matrimonio es la comunicación”, dijo Sarah Kate.

“¡Deben decirle a su hombre si dieron en el punto correcto!”.

Como si estuviera en la cama con su esposo, simuló diciendo:

“Eso es, lámelo justo ahí, suavemente, ¡Más rápido! ¡Más fuerte!”

“¡Tienes que provocar a sus hombres y mantener el fuego encendido! Y no quieren solo una pizca de fuego. ¡Quieren llevarlo hasta el infierno!”, gritó Kate, provocando más gritos alrededor de su mesa.

“¡Ay por cielos! ¡No puedo con esto!”, gritó Karise.

“Y yo aquí, pensando que era la mejor en ese campo”.

.

.

.