La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 14
Capítulo 14:
Un grupo de matones violó a Nicole en la calle, todo porque él la dejó en el club LEX. Keith, su amigo, ni siquiera se molestó en disculparse en persona por no haber llevado a Nicole a casa.
Mientras él hacía el amor con Shantelle, Nicole sufría en la calle. Aún más, Evan se sintió obligado a ayudar a Nicole.
Pagó sus gastos médicos y sacó tiempo para visitarla a diario en el hospital.
“¿Evan? ¿Me escuchaste? El Doctor dijo que por fin me darán el alta en dos días”, repitió Nicole.
“Son buenas noticias”, respondió Evan.
“Ya que te encuentras mejor, ¿Qué te parece si hablas con la policía hoy? Tu declaración ayudaría a capturar a los que te hicieron esto”.
“Evan”. A Nicole se le llenaron los ojos de lágrimas de repente. Dijo:
“No quiero. No puedo. No soporto recordar lo que me pasó. Sé que el cielo se encargará de ellos, los castigará por lo que me hicieron”.
Agregó mientras lloraba:
“No quiero presentar cargos. No quiero que la gente me mire con asco, que me miren por encima del hombro y me compadezcan. Todo lo que necesito… Eres tú, Evan. Tú eres todo lo que necesito”.
“No vuelvas a dejarme atrás, en ningún lugar. Tengo miedo de lo que pueda pasarme, Evan”. Extendió la mano, dando a entender que quería tomar la de Evan.
Evan la agarró de mala gana. Se sentó junto a Nicole y le dijo:
“Pero tienen que ser castigados”.
“El cielo se encargará”, insistió Nicole.
“Evan, ahora solo te necesito a ti, por favor. Por favor, olvidemos lo que pasó”.
Evan frunció el ceño.
No podía dejarlo ir.
Puede que Nicole estuviera avergonzada, ¿Pero qué hay de otras mujeres que pudieran ser vi%ladas?
¿De verdad dejaría pasar este incidente y se arriesgaría a dejar libres a semejantes escorias para pasearse por la ciudad?
“Está bien. Por ahora, solo dejaré que te recuperes primero”.
Aunque Evan parecía estar de acuerdo, todavía tenía la intención de hacer un seguimiento con la policía. Si fuera necesario, buscaría a alguien que lo investigara en privado.
Además, Evan creía que, en casos de violencia y abusos, el fiscal de la ciudad siempre perseguiría el caso, incluso si la víctima decidía no presentar cargos.
“Evan, tengo miedo de estar sola. Esto no habría pasado si no me hubieras dejado sola en el club”.
Nicole lo miró con ojos lastimeros y dijo:
“Lo que pasó fue tan traumatizante que no sé si… Si podría dormir por la noche”.
“Incluso aquí en el hospital, con las enfermeras y los Doctores… Ha sido difícil descansar. Solo he podido dormir cuando vienes a visitarme después de tu trabajo”.
Con los labios temblorosos, Nicole continuó:
“Con todo esto, tal vez… ¿Podría vivir contigo temporalmente? Me siento mucho mejor y contigo cerca, estoy segura que podría dormir mejor”.
Ella agregó:
“¿Puedo… Puedo quedarme en tu villa?”.
“¿Vivir en mi villa? ¿Nuestra villa?”.
Los ojos de Evan se abrieron de par en par, pensando en el lugar todavía como su casa marital con Shantelle.
Levantó la ceja y abrió la boca, pero antes de que pudiera responder, sonó su teléfono.
Utilizó eso como excusa y salió de la habitación.
Cuando regresó a la habitación de Nicole, le dijo:
“Hay un problema en la empresa. Si no puedo venir mañana, enviaré a alguien para que te acompañe”.
Se marchó, sin querer responder su petición de quedarse con él en la villa.
Al día siguiente, Evan recibió un mensaje de Nicole.
[Evan, ¿Por qué está aquí tu criada? ¿No vienes a cuidarme?].
No quería hablar con ella ni verla, sobre todo después de que le propusiera quedarse con él en la villa.
Además, había problemas en la empresa de los que tenía que ocuparse. Su agenda iba a estar apretada hasta el día siguiente y necesitaba llegar a casa y descansar por la noche.
Pospuso su respuesta a Nicole para después, mucho después.
Eran ya más de las ocho de la noche cuando Howard, el chófer de la Familia Thompson, lo recogió en la oficina. A menudo, Howard lo llevaba cuando estaba completamente agotado por el trabajo.
Pasaron por delante de una tienda que vendía ropa de etiqueta y le llamó la atención un largo vestido de noche blanco que estaba exhibido.
“Howard, para”, ordenó Evan.
Sarah Kate. Era un vestido diseñado por una modista de la Ciudad de Braeton. Evan recordó cómo le gustaban a Shantelle los vestidos de esa diseñadora.
Salió del coche y entró en la tienda.
“Señor, lo sentimos, pero ya hemos cerrado”, le dijo la encargada de la tienda. Acababa de dar la vuelta al cartel cuando Evan entró.
“Por favor, soy Evan Thompson. Mi mujer es cliente frecuente de este lugar”, dijo él.
“Puedo pagarle cualquier cantidad”.
“Ah, sí, la Señorita Shantelle”. La encargada de la tienda frunció el ceño y dijo:
“Hace tiempo que no la veo”.
Mirando a Evan, preguntó:
“¿Qué puedo hacer por usted, Señor Thompson?”.
Evan preguntó:
“Ese vestido de enfrente. ¿Es una edición limitada?”.
“Si, Señor. Es una edición limitada. Solo hay cuatro del mismo diseño. La propietaria de la marca, la Señorita Sarah Kate, tiene uno. Uno ya ha sido comprado. El otro está en Londres, todavía disponible para la venta”, dijo la mujer con orgullo.
“Entonces, lo quiero para Shantelle”, dijo Evan.
“Pero no ahora. Envíeselo el mes que viene, por favor. Será su cumpleaños en diciembre”.
“Sabes su talla, ¿No?”, preguntó Evan.
“Ah, sí, Señor Thompson. La Señorita Shantelle perdió mucho peso en los últimos meses. Fue hace más de un mes que vino. Lucía muy triste. Pero espero que ahora esté bien”, murmuró la encargada sin pensarlo mucho.
Esto hizo que Evan se sintiera triste. Tragó saliva y respondió:
“Sí, claro. Problemas en el negocio. Por favor, ajuste el vestido según la última talla de Shantelle que tenga en el registro”.
Evan le dio a la Señora su tarjeta y dijo:
“Gracias por encargarse de todo. Mi asistente estará en contacto para asegurarse de que se realice la entrega”.
Recordando que la tienda podría entregarlo a su villa, agregó:
“Y… Tendrá que enviarlo a otra dirección”.
Antes de salir de la tienda, Evan echó un vistazo al vestido exhibido en el escaparate. Se le dibujó una sonrisa en la cara al imaginarse a Shantelle con eso puesto el día de su cumpleaños.
Pasó otro día más y Evan estaba más ocupado que nunca.
El Grupo de Empresas Thompson tenía varios negocios, pero el más importante era la Naviera.
Recientemente habían conseguido un cliente ruso que transportaba coches desde una costa cercana hasta Rusia. Era el negocio más importante, pero también el más difícil.
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