Capítulo 128:

“Ya es mi turno de darle un abrazo al pequeño Evan”, dijo Wendell, extendiendo sus brazos hacia Lucas.

Abrazó al joven con fuerza y le dio un besito en la cabeza.

Wendell hizo una pequeña oración antes de soltarlo. Luego, le entregó a Lucas su regalo. El chico lo desenvolvió con entusiasmo.

“¡Guau, es una cámara dron!”, gritó Lucas.

“Para capturar cada momento, desde cualquier ángulo, pequeñín”, dijo Wendell antes de pellizcar la mejilla de Lucas.

Había pasado más de un mes y ese día era el cumpleaños de Lucas.

En lugar de una gran celebración para el Lucas con un nuevo apellido, solo tuvieron una pequeña reunión entre amigos y familiares.

Sin embargo, a pesar de ser una reunión íntima, no todos acudieron.

Keith le regaló a Lucas una póliza de seguro completa para los tratamientos relacionados con su caso, además de un par de zapatos de su marca favorita. Cuando se los dio a Lucas.

“Tu Tía Karise no pudo venir, está enferma, así que no puede verte”, le dijo.

Todos estaban reunidos en la mesa del comedor de la villa de la pareja.

Acababan de terminar de comer y habían empezado a darle sus regalos a Lucas. Después de Keith, los abuelos presentaron sus lujosos regalos.

William y Eleanor le regalaron a Lucas un reloj deportivo, mientras que Erick y Clara regalaron a Lucas una pulsera y un collar de jade curativo.

Finalmente, cuando llegó el momento de que la pareja entregara a Lucas su regalo, Evan desapareció y el niño buscó frenéticamente a su padre.

“Papi fue a buscar tu regalo”, dijo Shantelle.

Pronto, todos pudieron escuchar el sonido de un pequeño motor acercándose al comedor.

¡Evan iba montado en un kart de marca Ferrari!

“¡Guau!”.

Los ojos de Lucas se abrieron de par en par y todos los invitados se rieron cuando Evan tocó la bocina y detuvo el kart.

“Pues a mí me gustaría montar en eso”, comentó Wendell, agregando más risas a la sala.

“Parece divertido, papi”, comentó Lucas.

“¡Ya te tocará en unos minutos!”, dijo Evan.

Durante el resto de la velada, los familiares y amigos se tomaron fotos con Lucas.

Después, Lucas dio una vuelta por la entrada de la villa, montado en su nuevo kart Ferrari. Miguel y la enfermera de Lucas lo vigilaron todo el tiempo.

Desde el patio de la villa, Evan y sus amigos, junto con Shantelle, observaron a Lucas desde lejos.

“A mí no me parece que esté enfermo”, comentó Wendell.

“Es porque lo detectamos con tiempo”, respondió Shantelle.

“Si no lo hubiéramos detectado mientras su condición desmejoraba, habría sido terrible”.

“Menos mal que eres Doctora, Shantelle”, dijo Sean.

“Pregunté por Europa durante mi último viaje de negocios. Ha habido casos en los que la anemia aplásica se curó por sí sola. Los Doctores llegaron a la conclusión de que otros factores podrían haber afectado a la médula ósea”, informó Keith.

“Con suerte, Lucas no necesitará ningún trasplante de médula ósea ni de células madre de sangre del cordón umbilical. Aunque también he escuchado historias exitosas sobre tratamientos con células madre de sangre de cordón umbilical”.

“Si, con suerte”, dijo Shantelle.

“Para nosotros, tener otro hijo es preparamos para el peor de los casos”.

“Y, por supuesto, Lucas siempre ha querido un hermano”, agregó Evan, justificando sus razones.

Shantelle asintió.

“Si, también es verdad”, admitió Shantelle sonrojada.

Se giró hacia los amigos de Evan.

“No ha parado de pedir un hermano”, confirmó.

“Entonces, ¿Shanty ya está embarazada?”, preguntó Sean con una sonrisa burlona.

Evan y Shantelle intercambiaron miradas.

Evan sonrió

“Eso esperamos. Nos hemos… Esforzado mucho”, contestó Evan.

“Es demasiado pronto para saberlo”, dijo Shantelle.

“Quiero decir, hicimos una prueba la semana pasada, pero solo llevamos intentándolo poco más de un mes, así que quizá dentro de dos semanas más tengamos noticias”.

“¿Quién iba a pensar que volverían a estar juntos? Viéndolos así… nuestra preciosa Shanty volviendo a ser la misma de antes, cuando se sonrojaba al lado de Evan”, se burló Sean.

“Y Evan siendo controlado es demasiado raro de ver”, comentó Keith.

“¿Es eso cierto, Shanty? ¿Controlas a Evan? ¿Quién tiene la última palabra en esta relación?”, preguntó Wendell.

‘¿Estoy en control de Evan?’, Shantelle se lo pensó.

Se preguntó si era ella quien tomaba las decisiones en su relación.

Claro que Evan le había cedido el mando en más de un sentido.

Sin embargo, teniendo en cuenta que era él quien necesitaba ganarse su confianza, era lo justo.

Ella sonrió.

“Me deja tomar las decisiones para demostrar su amor”, respondió.

“De parte de un amigo que ha visto a Evan en sus peores días, Shanty, quiero darte las gracias por darle una oportunidad”, dijo Wendell.

“Estoy seguro de que no volverá a hacerte daño. Porque si lo hace, seré el primero en darle un puñetazo en la cara”.

“¡Yo también!”, se ofreció Sean.

“Definitivamente le romperé la nariz”.

“Evan perderá su único tesoro”, dijo Keith antes de girarse hacia el hombre.

“Así que sé que te apreciará esta vez”.

“Me alegro de poder contar con ustedes, chicos”, dijo Shantelle, reconociendo a los muchachos.

Se sentía extraño para Shantelle escuchar las palabras de Keith, pero tal vez él había comenzado a tomarse en serio la idea de seguir adelante, y por eso, ella estaba agradecida. Sonrió a Keith.

“Entonces, ¿Tú y Karise?”, le preguntó.

“Esta reunión no es sobre mí, pero sí, he estado pasando mucho tiempo con tu amiga, Shanty. No me preguntes todavía adónde va esto. Todavía lo estoy averiguando”, admitió Keith.

“¿Y ustedes, chicos? ¿Evan? Van a tener otro hijo, ¿No? ¿No se van a casar?”, preguntó Wendell.

“¿No crees que ya es hora?”.

Todos quedaron en silencio hasta que Evan se aclaró la garganta.

“Bueno”, dijo.

“¡Mami, quiero bañarme ya!”, llamó Lucas de repente desde la sala, dándole a Shantelle una excusa para escapar de aquel incómodo momento.

Cuando Shantelle dejó a Evan y a sus amigos, Evan tuvo la oportunidad de explicarse.

“Tengo miedo de pedírselo”, dijo mirando a sus amigos.

“¿Qué?”, preguntó Keith.

“¿De qué tienes miedo, Evan?”.

“Ya se lo había propuesto antes, ¿Recuerdas? Me rechazó”, explicó Evan.

“Aunque ahora es diferente. Nos hemos hecho muy cercanos. Aun así, siempre tengo miedo de que me rechace”.

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