La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 107
Capítulo 107:
Al igual que Evan, Shantelle también había alcanzado su clímax. Evan estaba golpeando todos los lugares correctos, hasta que otro org%smo le llegó. Se sintió aún mejor su climax porque el miembro de Evan estaba dentro de ella. Ella g!mió.
“Ay, cielos, Evan. Mmmmm”.
“¡Ahh! cielos, ¡Ahh!”.
Evan metió y metió hasta que retorció sus caderas sin prisa. Se quedó allí por un tiempo indeterminado, permaneciendo enterrado dentro de Shantelle.
Evan le besó la espalda, el cuello y las mejillas.
“Te amo. Te amo muchísimo. Quiero hacer el amor contigo todos los días de mi vida”, dijo.
Evan volteó a Shantelle para ponerla boca arriba. Se montó encima de ella y la llenó de besos una vez más.
Shantelle le devolvió el beso con gusto, sintiéndose satisfecha. Estuvieron así durante minutos, mordisqueándose los labios como si no hubiera mañana.
Poco después, Shantelle volvió a sentir la punta de su p%ne tocando su rosa. Se apartó del beso.
“¿Evan? ¿En serio?”.
“Muy en serio”, dijo Evan mirándola fijamente con anhelo.
“Nosotros… nunca llegamos a tener una segunda ronda antes”, recordó Shantelle.
“Bueno, esposita, ahora es diferente. Quiero una segunda, tercera y tal vez cuarta ronda”, declaró Evan.
“¿Vamos?”.
Antes de que Shantelle pudiera responder, él ya la había p%netrado y ella se sintió llena de nuevo.
“¡Aaahhh!”.
“Shanty. Shanty, ¿Dónde estás? ¡Shanty, regresa! ¡Por favor!”. El sueño de Evan sorprendió a Shantelle.
El agarre de Evan alrededor de su cintura se apretó y su cuerpo desnudo se presionó contra él.
“¡Evan! ¡Evan!”, exclamó Shantelle, tratando de despertarlo.
“Evan, estoy aquí”.
Evan se despertó de un tirón, con los ojos en blanco y la respiración agitada. Abrazó con fuerza a Shantelle, llamándola repetidamente por su nombre.
“Shanty, Shanty”.
Se giró hacia ella y la abrazó con fuerza.
“No vuelvas a dejarme, por favor. No puedo soportarlo”.
Shantelle le devolvió el abrazo. Puso sus brazos alrededor de su cuello.
“Tranquilo, estoy aquí. No me voy, Evan. Solo fue un sueño. Estoy aquí”.
Evan tardó algo de tiempo en calmar sus emociones.
“Últimamente no he tenido pesadillas, pero las tenía muy a menudo durante los dos primeros años, luego de que te fuiste”, reveló.
“Últimamente duermo mejor”, reveló Evan.
Sus palabras hicieron que Shantelle se preguntara cuánto le había costado a Evan dormir por las noches durante todos esos años.
Ella también tuvo ese tipo de noches, por ejemplo, cuando Evan le rompió el corazón. Sin embargo, cuando se enteró de que estaba embarazada, sus hormonas la ayudaron a descansar.
Shantelle le dio un beso en la mejilla.
“Pues ahora dormirás mucho mejor”, le dijo.
“¿Prometes quedarte conmigo toda la noche?”, preguntó Evan suavemente.
Shantelle rio entre dientes.
“En algunas noches”, respondió.
“Me parece bien”, respondió Evan con un movimiento de cabeza”.
Evan se dio cuenta de que estaba a punto de amanecer. Miró el reloj.
“Estoy hambriento”, dijo.
Era obvio. Se quedó haciendo el amor con Shantelle hasta la una de la madrugada, llegando hasta la cuarta ronda. Evan se dio cuenta de que eran las cuatro y media, así que le sugirió que desayunaran temprano.
“Lucas debería despertarse pronto. Comamos primero, y luego te comeré a ti de postre antes de regresar a tu casa”.
“Pero, ya no tengo ropa”, le recordó Shantelle.
La noche anterior él le había arrancado la blusa.
Evan señaló con la cabeza.
“Tienes mucha ropa dentro del armario”, le dijo.
Shantelle recordó que la Señora Shaw le había comentado lo mismo. Bueno, verlo en persona sería mucho más creíble.
‘¿De verdad guardó toda mi ropa?’, pensó.
Se levantó, cubriéndose con una manta, dejando a Evan desconcertado.
Preguntó: “¿Qué haces? Ya te he visto desnuda. He probado cada parte de tu cuerpo. ¿Por qué te tapas?”, preguntó.
Shantelle puso los ojos en blanco antes de dejar la manta en el suelo. Cuando entró en el vestidor, se sorprendió al ver toda la ropa que había. Era más de la que recordaba. Había tanta que Evan apenas tenía espacio para la suya. Vio varias prendas que no le resultaban familiares.
“¿Estas son nuevas?”, preguntó.
“Si, te compro ropa de vez en cuando”, dijo Evan caminando detrás de ella.
Entró en el vestidor para agarrar una camisa y un pijama.
“Pero, ¿Cómo sabías que volvería aquí?”, preguntó Shantelle.
Evan se echó a reír y la abrazó por detrás. Le besó la mejilla.
“Pues no estaba seguro, pero nunca dejé de tener esperanzas”.
“Bajaré primero”, dijo Evan.
Tras escucharlo salir de la habitación, Shantelle buscó unos pantalones cortos y una blusa que recordaba que Evan le había comprado cuando se casaron.
Estaba a punto de irse cuando un vestido blanco en particular llamó su atención.
“Oh, guau”, comentó Shantelle.
Era un vestido de Sarah Kate. Se mordió los labios, recordando cómo ella solía ser tan exigente a la hora de comprar vestidos de la misma diseñadora. Sin embargo, esa dejó de ser su prioridad cuando se fue de Rose Hills.
Aun así, compró uno o dos vestidos, pero como Warlington no tenía una boutique de Sarah Kate, no había seguido la tendencia.
Le echó un ojo a los vestidos y encontró algunos de edición limitada. Parecía que se le iban a caer los ojos por cómo se quedaba perpleja con cada vestido que sacaba.
“Qué hermoso”, dijo Shantelle al ver un vestido azul.
Algunos vestidos necesitaban ser ajustados a su talla, ya que Shantelle había adelgazado, pero no mucho. Se miró al espejo.
“Este resalta el color de mis ojos, pero el vestido blanco es tan elegante”, dijo.
Shantelle se sentía como una princesa, ya que tenía muchos vestidos para elegir y, sin embargo, no sabía de ninguno de ellos hasta ese momento.
“Me encanta este”.
“¿No puedes decidir cuál ponerte?”.
Evan apareció detrás de ella.
“Tendremos una sesión de fotos de ropa formal más tarde. ¿Qué tal si usamos blanco y azul?”
A Shantelle le brillaron los ojos de alegría. Le sonrió a Evan.
“Gracias, Evan. Son preciosos. Algunas son incluso más impresionantes que los que me regalaste hace poco”, dijo.
“No estaba seguro de que los quisieras, ya que son viejos”, dijo Evan.
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