Capítulo 365: 

«Dame un tiempo para pensar». Susurró ella.

Dejó de lado su habitual firmeza, su tono suelto le hizo ver el amanecer de la esperanza: «¿Cuánto tiempo?».

Si era demasiado tiempo, temía perder la paciencia.

«No lo sé». Chloe se sentía confundida. Obviamente debería estar así, pero anoche estaba como descontrolada.

«Tres días. ¿Es suficiente?». La había estado molestando durante mucho tiempo. ¿No era suficiente para ella? Pensó que era un poco largo para tres días.

Pero aprendió a negociar en el acto con él. «Una semana. No puedes molestarme, no puedes mostrarte delante de mí. No me llames y no me envíes mensajes de texto o todo se cancela. Tú también deberías pensar en esto».

En una palabra, estaba cortando su contacto, Aoba apretó los dientes: «Bien. Una semana será. No te quitaré ni un segundo, pero no puedes añadirme ni un minuto más. Estoy esperando a que me condenes a cadena perpetua, encarcelándote en esta posición”.

De camino a casa, nadie habló.

Pero él se obstinó en agarrar la mano de ella y colocarla en su regazo.

En el edificio, él siguió subiendo un piso más mientras ella salió del ascensor.

Nada más entrar en la casa, vio a Oliva sentada en el sofá, ocupada con el trabajo que había traído.

Se acercó corriendo y gritó con todas sus fuerzas, sobresaltando a la Señora Steele, que estaba lavando los platos en la cocina.

Salió corriendo preguntando: «¿Qué? ¿Qué pasa?».

Oliva la miró, viendo unas sospechosas marcas rojas en el cuello de Chloe.

Le hizo un gesto a su madre y le dijo: «Nada, mamá. Tú sigue con tus cosas».

«¿Por qué tan reservada?», La Señora Steele las miró con suspicacia y luego volvió a la cocina.

Oliva llevó a Chloe al dormitorio y cerró la puerta.

Le abrió el cuello y chasqueó la lengua: «¿De qué tamaño es el mosquito que te pico? No viniste a casa anoche. ¿Con quién te divertiste?».

Había muchas evidencias, no pudo evitar burlarse.

Chloe volvió a gritar a Oliva: «Me acosté con él. ¿Qué debo hacer?».

«¿El de arriba?». Oliva señaló el techo.

«Quién más si no es él. Dime qué debo hacer». Chloe estaba muy avergonzada. No podía creer que estuviera en un romance así.

«¿Qué deberías hacer? Nada». Oliva no pudo evitar reírse. Al fin y al cabo, estos dos seguían mezclándose entre sí.

«Estoy hablando en serio. ¿Por qué bromeas conmigo?». Chloe la golpeó.

«¿No han estado siempre enfrentados? ¿Cómo es que de repente terminaron en la cama?».

Viendo los montones de resultado en su cuello y clavícula, la batalla de anoche parecía bastante intensa.

«¿Cómo podría saberlo? Todo iba bien hasta que de repente Bruce Lynn dijo que quería volver a casarse conmigo…».

Antes de que Chloe terminara de hablar, Oliva Steele exclamó: «¿Volver a casarse?».

¿Acaso ese hombre había entrado en razón? Aunque en realidad esperaba que Chloe eligiera a Aoba.

«Que se case con quien quiera menos conmigo. Yo estoy muy bien sin él, no creas que no sé qué tiene un plan en mente, el cree que le puedo ser útil y quiere aprovecharse de eso». Resopló Chloe.

«¿Para qué quiere usarte?».

«Idiota. ¿Qué relación tenemos? ¿Cuál es tu relación con Alan Hoyle? ¿Cómo no puedes pensar en esto?». Al decir eso, Oliva se dio cuenta.

«Pero ¿Qué pasa si no está pensando en eso?».

«Si realmente tiene buenas intenciones, me cambiare el nombre por la cosa más ridícula que se me ocurra».

Chloe le contó lo sucedido ayer.

Oliva se sintió aliviada, esta mujer había dejado atrás por completo el pasado. ¿Ese b$stardo de Bruce Lynn se atrevió a pedirle que se volvieran a casar? No era que Chloe no pudiera encontrar un hombre.

Pero viéndola con ese aspecto, parecía que estaba un poco indecisa con Aoba.

«Oliva, cariño, mi amor. Dime qué debo hacer». Chloe le movió el brazo.

«Pues nada».

Oliva sintió que no tenía ningún buen consejo. Un paso adelante podría ser un abismo, un paso atrás podría perder la felicidad. Ahora, el problema de Chloe probablemente también estaba aquí. Todo era culpa de la Vieja Señora Hoyle.

«Realmente quiero golpearme a mí misma». Dijo Chloe, y luego realmente se golpeó el rostro.

«Oye». Oliva la detuvo y le tomo la mano: «¿Qué estás haciendo? Te estás lastimando tu misma».

«Mi cabeza debe de haber perdido un tornillo anoche». Chloe se tiró frenéticamente del cabello.

«¿Hay tornillos en tu cabeza?».

«No, pero, tengo nervios». Oliva puso los ojos en blanco: «No hace falta que te expreses así».

«Oliva, estoy triste». Chloe recogió los pies, se sentó en la cama y se abrazó las rodillas con rostro de pena y mirada perdida.

Oliva suspiró suavemente: «No puedo ayudarte con tus sentimientos. Pero, si está preocupada por la Señora Hoyle, podemos trabajar juntas en esto. Piensa en como dos mujeres manejamos a una misma suegra, probablemente sea bastante animado. Todo depende de lo que sientas por Aoba, piensa por ti misma».

«Oh, claro. ¿Esa vieja bruja te ha causado problemas? ¿Cómo vas a lidiar con ella?». Preguntó Chloe.

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