La esposa inocente del presidente calculador -
Capítulo 130
Capítulo 130:
Ella levantó ligeramente la vista y vio sus ojos persistentemente fríos, el fondo de sus ojos estaba lleno de su propia sombra.
Cuando le dio un vistazo, se le aguaron los ojos. No era su rudeza lo que le hacía doler el corazón, sino el valor que le faltaba.
«Dime, ¿Eres tú mi Chica?». Él le pellizcó de repente el cuello con extrema alegría, sus ojos estaban muy rojos, le preguntó con fiereza.
Oliva olió el aroma de su cuerpo, alargó la mano y quiso tocarle el cabello, pero él se dio la vuelta de repente, dejó su mano colgando en el aire y se quedó sin saber qué hacer.
«Lárgate, no quiero volver a verte». Pareció fingir que no la veía, recogió la ropa que había en el suelo y se la tiró, luego ella se puso su ropa.
Dijo tan bruscamente esas palabras y subió las escaleras sin darle tiempo a hablar.
Había calefacción en la habitación, pero Oliva tuvo de repente una sensación de frío en las manos y los pies. La determinación con la que se decidió a decir todo fue como si le dieran un golpe abrupto, de modo que no pudo recuperar su mente durante un rato.
¿Por qué se sintió tan triste en lugar de estar relajada cuando llegó este momento? Quería detenerlo, pero era ella la que lo rechazaba todo el tiempo. Ahora que él la había dejado ir, ¿Qué posición tenía ella para confesarse con él?
Resultó que una vez que algo se perdió, se perdió de verdad.
Cuando Oliva salió de la villa, el viento frío sopló sobre ella una y otra vez, recordó que su abrigo todavía estaba en la habitación de el en ese momento.
Quiso volver para tomar su abrigo, pero se detuvo antes de darse la vuelta. Ella le había respondido que sí, pero al momento siguiente él le dijo que no quería volver a verla.
La prueba de paternidad también había sido alterada por alguien y eso demostraba que Annie no era pariente de él, tal vez sus creencias se habían tambaleado. Si volvía en ese momento, temía que fuera un acto ridículo.
Alan se quedó arriba y la vio irse. El tiempo afuera era bastante frío, pero aquella mujer se negaba obstinadamente a darse la vuelta para buscar su abrigo.
Oyó que ella decía que sí, que había tenido razón todo el tiempo, de repente no creyó en sus ojos.
Cuando las personas estaban enamoradas, siempre eran propensas a las alucinaciones.
Quiso confirmarlo con claridad, pero le dijo que se fuera cuando abrió la boca.
Tal vez, en su subconsciente, temía que ella volviera a negarlo y que realmente no fuera la persona que él buscaba. Si realmente lo admitiera, lo detendría o lo seguiría escaleras arriba.
Sin embargo, no lo hizo. Incluso con este frío tan intenso, se negó a volver a buscar su ropa. Lo evitaba como si evitara la peste y caminaba sin tristeza, era tan desalmada, que parecía que sólo el hombre del Watting Bar era su preocupación.
Alan observó cómo su delgada figura desaparecía en la inmensa noche, después de un largo rato, descolgó el teléfono de la mesa. «Dave, sea cual sea el método que utilices, averigua todo que puedas de Ivy para mí. Por cierto, también comprueba quién ha destrozado el Waitting Bar esta noche».
Ese hombre no era tan simple como parecía, tal vez usaba el bar para encubrir su identidad. Un hombre que podía borrar su pasado limpiamente, ¿Podría ser simple?
Naturalmente, Dave aceptó la orden. Alan añadió: «Además, averigua quién es el padre biológico de Annie».
Dave vaciló al otro lado del teléfono: «Señor Hoyle, ¿Sigue sin poder disipar sus dudas sobre la Señorita Steele?».
Alan dio un vistazo por la ventana al cielo oscuro y dijo: «Creo en mi intuición».
Dave no supo qué responder, pero se limitó a decir: «De acuerdo».
Aunque Dave había visto a su jefe tener presente a esa mujer durante tantos años, no podía apreciar del todo la amargura que tenía; sólo sentía que, si esa mujer rechazaba tanto a un hombre encaprichado, lo perdería.
Alan colgó y marcó otro número.
El otro extremo del teléfono, se escuchó una extraña carcajada antes de que hablaran: «Maestro Hoyle, me he enterado de que se ha fijado la fecha de su boda con la Señorita de la Familia Meyer”.
Alan resopló levemente: «Quédate con el regalo, ya te dejaré dármelo algún día. Pero ahora, tienes que estar atento a los movimientos de la familia Meyer».
Aquella persona se rió en voz baja: «¿No estás seguro de mi capacidad para hacer las cosas? No olvides tu promesa».
«Yo no suelo prometer nada, pero una vez que lo hago, lo cumplo». Pero en este mundo, siempre había algunas personas que traicionaban fácilmente sus promesas.
Esa persona se echó a reír con ganas: «De acuerdo, con eso, voy a hacer que tu boda sea muy dinámica. ¿Crees que es mejor que robe a la novia o al novio? Creo que robar al novio debería ser más impactante. El famoso Presidente del Grupo Hoyle era en realidad g$y, piénsalo, sería muy interesante».
Alan puso mala cara: «Sólo a ti se te ocurre algo tan terrible».
«No subestimes esta forma, a veces tiene efectos inesperados. Cuando te veas forzado y no tengas nada en ese momento, no te olvides de acudir a mí, te ayudaré», dijo el hombre en tono sugerente.
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Nota de Tac-K: Pasen una linda linda tarde, que sea un día estupendo, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (>‿=)✌
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