Infinitamente nuestra -
Capítulo 8
Capítulo 8:
Y así fue, Lanox levantó su mano y su dedo pulgar roso mis labios, ocasionando una ola de placer entre mis piernas, que no quedo desapercibida por su lobo, porque pude ver como sus ojos se oscurecían, al darse cuenta de mi excitación por él. Ambos nos levantamos y el tomo mi mano.
“Dirigí el camino mi hermano mate”, dijo sonriéndome.
Lo miré fijamente y me mordí los labios, lo guie hasta la cabaña y puse sentir su mirada en mi cuerpo, lo cual me hacía sentirme más orgullosa, siempre he sido mirada y deseada los hombres, sé que soy hermosa y altanera, eso les fascina y no he dudado en aprovecharme de mis encantos para conseguir lo que quiero.
Llegamos a su cabaña y abrí la puerta, solo para ser empuja y acorralada en la pared por Lanox, sus manos me tomaron de la cintura con fuerza, con pasión podría sentir como su lobo estaba tomando control, ambos locos de placer por mí.
“Desde el momento que te vi, que mi lobo y yo percibimos tu aroma, tu excitación al vernos, ya deseaba estar dentro de ti y hacerte mía, eres una tentación de la cual no me voy a reprimir”, me dice.
Sus labios encontraron la curva entre mi cuello y mis hombros, donde estará su marca y eso me hizo soltar un g$mido de placer, era una sensación diferente, ni siquiera en los brazos de Jackson me había sentido de esta manera.
Con Jackson todo era prohibido, excitante, salvaje aunque nunca me hizo suya, hemos tenido unos momentos de se%o oral inimaginable, pero ahora con Lanox con mi mate, es diferente todo es diferente y cada sensación me está llevando al paraíso.
Cada caricia, cada beso no puede explicar la sensación tan maravillosa que me hace sentir, que me hace querer cambiar y dejar todo lo que soy por él, por ser únicamente suya, quiero entregarme a él y nada me hará el no reclamar lo que es mío, es mi príncipe mi alfa.
Su mano estaba sostenido con fuerza mi cintura y la otra encontraba su camino por debajo de mi vestido para tocar ese lugar prohibido que era para él por derecho, mis brazos rodearon su cuello y me acerque más a él, no quería estar ni un centímetro lejos.
El bajo sus manos y las coloco sobre mi trasero, levantándome y mis piernas rodearon su cintura con fuerza, solo eso, basto para que él me llevara a su recámara y mi espalda fuera recostada en su cama.
Ambos estábamos poseídos por la pasión y el deseo de entregarnos por completo, Lanox comenzó a levantar mi vestido y yo extendí mis brazos para facilitárselo, me dejo solo en mis panties, ya que no traía bra y pude escuchar un gruñido venir de su pecho al darse cuenta de lo expuesta que estaba frente él.
Le ayudé a sacar su camisa y estaba desabrochado su cinto y pantalones, cuando me miró fijamente,
“No tenemos que hacerlo si no quieres, puede esperar”, me dijo con sinceridad en sus palabras, pero era yo al que no quería esperar, quería ser suya y que él fuera mío, sentía una sensación de que podía perderlo.
Akira estaba inquieta ansiosa por marcar lo que era nuestro, no me malinterpreten yo también lo deseaba, pero había algo, dentro de mí que me gritaba márcalo, sé su dueña como si presintiera que algo pasaría.
La miré fijamente y me Levanté un poco para que él tuviera una mejor vista de mis pechos, sabría que tendría el efecto que deseaba, porque bajo su mirada y podía dejar de verme desnuda frente a él.
Mis manos siguieron retirando su cinto y abriéndose camino dentro de su bóxer para tocar su miembro ya er%cto por mí.
“¿Por qué habría de esperar? Eres mi mate y yo soy tuya, así como tú eres mío, demuéstrame que eres mi alfa y que mi cuerpo es tuyo, tómame”, le dije con lujuria en mis palabras.
Lo miré fijamente y me mordí los labios.
“¿Acaso no quieres hacerme tuya?”, le dije sabiendo el efecto que esto tiene en los hombres y en mi mate y un alfa, es como retar su hombría y como era de esperarse cayó en juego, me estaba dando cuenta de lo fácil que era manipularlo por el deseo que sentía por mí, mate o no, él es hombre y sé perfectamente como manejarlos.
Lanox tomó mis manos y me empujo hacia la cama, tomó su cinto y lo sacó de un solo movimientos, tomó sus pantalones y los bajo junto con su bóxer, tomó su miembro en su mano y le dio unos movimientos de arriba hacia abajo, había visto otros, pero él era enorme y muy ancho.
Con sus manos arrancó mis panties de un golpe y ya estaba desnudas frente a él, me miro con lujuria.
“Por tu mirada en mi p$ne, puedo ver que no es la primera vez que ves uno”, dijo visiblemente furioso.
“¿Ya has entregado lo que es mío mate?”, me pregunto y pude percibir su ira en su voz.
Solté una leve sonrisa caprichosa.
“No mi alfa, eso aún es tuyo, pero no te voy a negar que he sentido otras caricias, quizá ahora que te he encontrado me hagas olvidar lo que otros han hecho con mi cuerpo”, le dije.
Él se posicionó sobre mí y entre mis piernas de manera posesiva, casi salvaje.
“¿Quién fue? Porque lo voy a matar por haber tocado lo que es nuestro”, dijo mientras mordía mi labio inferior sacando un poco de sangre.
“No tienes de que preocuparte, él ya encontró a su mate y no es un peligro para ti”, le dije sonriéndole.
Lanox tomó su miembro y lo posiciono en mi entrada, rozándome para hacerme g$mir más, torturándome.
“Ahora eres mía, tu cuerpo es mío y te voy a hacer gritar mi nombre y cuando me pidas que me detengas, seguiré con más fuerza, hasta que no puedas caminar por semanas”.
Se acercó a mis labios y me beso con pasión, siguió trazando un camino por mi cuello, bajando a mis pechos y pesando cada uno de los, mordiéndolos y succionándolos, no estaba siendo nada cuidadoso, me estaba tomando como me gustaba de manera posesiva.
Siguió bajando hasta encontrar mi parte más íntima, la que estaba esperando por él y no pude evitar soltar un gemido al sentir su aliento en mi entrada, su lengua comenzar a succionar mi cl!toris, encendiendo cada parte de mi cuerpo en un éxtasis imparable.
Mi espalda de arco y mis dedos de los pies, se doblaban de placer, de esta sensación que jamás había sentido.
“Te voy a hacer olvidar todo y solo recordar lo que te hago sentir, eres mía”, dijo Lanox casi gruñendo de forma posesiva, su lobo presente en cada caricia que me daba.
Su lengua no era piadosa, me lamía y me estaba volviendo loca.
“Lanox, si así”, grito sin poder contenerme y podía ver que él estaba satisfecho por la manera en que me tenía sometida ante él.
“No he terminado, no puedes correrte hasta que yo te lo diga”, me dijo, pero las palabras no salían de mi boca.
“Usa tu voz hermosa, necesito que me contestes”, me dijo y se detuvo para obligarme a contestarle.
“Entendí, Lanox, pero no te detengas, por favor”, dije suplicando y no me reconocí, Akira estaba sometida jamás la había sentido así, escuché un gruñido venir de su pecho.
“No soy Lanox, soy Lance su lobo, pequeña mate y esta noche también serás mía”, dice.
Sus ojos eran oscuros y sus manos tocaban mi cuerpo con rudeza, comencé a sentir en mi estómago una fuerza, que no podía contener más.
“Lance por favor”, dijo suplicándole.
Pude sentir sus labios sonreír en mi v$gina.
“Déjame probarte mate, dame tu elixir”, me dijo y sin pensarlo más, me dejé llevar y solté un grito de placer que jamás había sentido en mi vida.
Miré a Lance y él se levantó escalando mi cuerpo, besando cada parte de mi piel, hasta que su miembro se posicionó en mi entrada.
“Ahora sabrás lo que es pertenecerle a un alfa”, dijo y sin dejarme asimilarlo comenzó a entrar en mí.
“Por la Diosa, eres muy estrecha y deliciosa”, gruñó de manera animalística y siguió entrando en mí.
“Lance no te detengas”, dije.
“No pienso hacerlo pequeña mate, hoy me perteneces y voy a reclamar lo que es mío”, responde.
Sus manos estaban posicionadas en mi cadera, empujándome fuerte hacia él, sus labios comenzaron a lamer mi cuello y sabía que estaba por marcarme y me sentí inmensamente feliz y Akira saltaba en mi mente de alegría y orgullo, porque estaríamos completando nuestra unión.
Sus caninos se extendieron y pude sentir como tocaban mi piel como si fueras agujas, pero de pronto se detuvo.
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