Fuera de control
Capítulo 190

Capítulo 190:

Jonas golpeó fuertemente el escritorio con las manos. Se enfureció aún más cuando vio lo tranquila y confiada que estaba Sophia frente a él. «¿Qué es lo que acabas de decir? Que te vas a casar con Hugh? Soy su padre y ¡nunca estaré de acuerdo con eso!».

Pero cuando por fin lo pensó todo, lo que Sophia acababa de decir le liberó de su mayor preocupación.

Estaba inseguro y ansioso por saber si Colin y ella seguían sintiendo algo el uno por el otro. No era ningún secreto que Sophia se había ido a Milán hacía tres años. De hecho, pagó a muchas personas para que observaran y acecharan a Colin y Sophia. Resultó que, aunque Colin había estado en Milán, nunca se había desvivido por buscar a Sophia.

Pero esto no bastaba para disipar su ansiedad. Ahora que las dos personas estaban a punto de casarse respectivamente e ir cada uno por su lado, se sentía completamente aliviado de que no se vieran más.

«No es tu decisión».

¡Sophia estaba tratando de señalar que Hugh no escuchaba a su padre en absoluto ahora!

Jonas se frotó los ojos y se rascó la cabeza: «¿Por qué te estás volviendo tan zorra?».

… ¿Cómo se estaba volviendo tan zorra? Sophia puso una expresión fría en su rostro. «Ya que tenemos opiniones diferentes, no hay necesidad de seguir hablando. Esto es completamente inútil. Volveré al trabajo si no tienes nada más que decir».

Cuando ya tenía la mano en el pomo para abrir la puerta, se volvió. «Jonas, ¿fuiste tú quien dejó inválido a mi padre hace tres años?».

Jonas no tuvo que mentir esta vez: «¡Claro que sí! Fuimos Gregary y yo. Fue Gregary quien llamó!»

Sophia apretó los puños de tanta rabia. Lo sabía. ¡Era él o Gregary! «¡¿Entonces por qué me pidió que me divorciara de Colin?!» ¿Lo hicieron sólo para forzar una relación entre Colin y Dorothy? Ella siempre pensó que no era tan sencillo.

«¿Por qué? Te lo diré, pero no ahora». Cuando estuviera seguro de que Colin se casaría de verdad con Dorothy, podría decírselo.

Sophia volvió a su despacho. Mientras bajaba, recibió una llamada de Hugh.

«Iré a la fiesta de cumpleaños de Marcella en nombre del Grupo Pei, ¿podrías… ser mi pareja? ¿Por favor?» Como Hugh conocía su relación con la familia Lien, dudó antes de llamarla. Pero en realidad no quería encontrar a otra mujer. Por eso llamó a Sophia para probar suerte.

Como era de esperar, Sophia se negó: «¡No quiero verlos! Lo sabes, Hugh».

«Sophia, no tienes que evitarlos así. Deberías dejarlo totalmente». Hugh admitió que era egoísta, pero sólo quería que Sophia supiera que Colin se casaría con Dorothy y que ella no podía cambiar nada.

Si iba con él a la fiesta, vería a Colin y Dorothy muy cariñosos. Hugh sabía que ella sentiría el dolor, pero podría ayudarla a superar el pasado.

Siempre podía ver en sus ojos que no era feliz en absoluto. A Sophia le costaba respirar de nuevo. Pensar en Colin y Dorothy siempre la inquietaba. ¿Qué iba a hacer si no quería rendirse?

«Vale, iré contigo». Además, si no iba, el dinero gastado ayer no tenía sentido. Debería ir sólo para ver la mirada avergonzada de Marcella.

En la casa de los Lien Debido a sus lazos y compromisos con la familia Li, la familia Lien era muy próspera en la industria de los negocios.

Muchas personas del círculo empresarial y sus cónyuges llegaron al banquete de cumpleaños de Marcella. Todos iban vestidos con ropa sofisticada y cara. Pero la mayoría venía a ver a Colin.

Eran las siete y la villa de los Lien estaba iluminada con una espléndida decoración.

Marcella siempre se vestía de lujo. Esta noche no era una excepción. El vestido negro hacía que su figura ligeramente hinchada pareciera más sexy. Llevaba un sombrero negro con un precioso antifaz de seda, que ocultaba la mitad de su rostro.

Llevaba los labios pintados de rojo oscuro y sonreía durante todo el trayecto. Cogió a Dorothy de la mano y disfrutó de las miradas envidiosas de las demás damas.

«Realmente envidio a esta familia. Dorothy está a punto de casarse con un hombre tan bueno. Colin y ella hacen una pareja perfecta».

«¡Cierto! Los hijos de la familia Li son los mejores solteros del país. ¡Son todos guapos y muy ricos!» Se refería a Colin y Levi. Uno era presidente y el otro coronel superior del ejército. Ambos eran grandes hombres intelectuales.

«¡Sí, Dorothy debe ser feliz después de casarse con Colin!»

«La señora Li, Wendy, también es una buena suegra. Incluso fue buena y cariñosa con Sophia, su ex nuera, ¡que no tiene antecedentes y ha engañado antes! ¡La señora Li trataría mejor a la señorita Lien! Esa Sophia se merecía que la echaran de la familia». Esto se podía ver y oír en casi toda la fiesta. Dorothy siendo puesta en alto mientras la imagen y la integridad de Sophia eran pisoteadas sin piedad.

Las palabras de estas señoras hicieron que Marcella y su hija se sintieran muy felices y orgullosas.

¡Habla del diablo y seguro que aparece! Cuando Hugh y Sophia llegaron, el gran salón se quedó en silencio por un momento. Todos los ojos estaban fijos en Sophia.

Tras el silencio, algunos no pudieron evitar maravillarse ante ella. «¿La mujer de la gabardina verde oscuro es la chica llamada Sophia? Tiene tanta clase y elegancia…».

«Sí, he oído que Sophia se ha vuelto más guapa. Es verdad».

Las jóvenes también cotilleaban sobre la mujer que acababa de entrar. «El abrigo verde oscuro de la mujer tiene buena pinta. Le preguntaré dónde lo compró».

«¡Sí, parece de buena calidad! Debe de ser muy caro».

«Y su pintalabios, ¿qué es? Sus labios parecen tan elegantes y sofisticados».

Entonces todos desviaron la mirada hacia Dorothy. Ella también llevaba una gabardina larga, pero su morado claro era mucho peor que el de Sophia. «¡Creo que Sophia está más guapa!»

«Cierto, ¡no esperaba que tuviera tan buen gusto!»

«Ella inmediatamente hace que Dorothy parezca poco atractiva. ¿Lo ha hecho a propósito?»

«¡Quién sabe! He oído que se llevan mal. Espero un buen espectáculo de dos mujeres luchando entre sí esta noche!»

…

Aunque charlaban en voz baja, Dorothy seguía oyéndolo todo. Su rostro palideció y la sonrisa de su cara desapareció por completo.

Hugh llevó a Sophia ante Marcella y Dorothy. Ambas miraron atónitas. Hugh le entregó el regalo a Marcella: «Señora Lien, ¡feliz cumpleaños! Siga pareciendo joven para siempre».

Los ojos de Marcella estaban fijos en Sophia, pero se volvió hacia Hugh para sonreír levemente: «Gracias, Hugh. Cada vez estás más guapo».

«¡Gracias por el cumplido! Sabemos que los dos estáis ocupados así que no os mantendremos en esta conversación. Que tengáis una buena fiesta!» Entonces Hugh cogió la mano de Sophia, que esbozaba una sonrisa encantadora y seductora, y la llevó al otro lado.

Entonces llegaron cálidos saludos desde detrás de ellos: «¡Sr. Li, bienvenido!».

«¡Hola, Sr. Li!»

«¡Sr. Li, está usted aquí! ¡Esto es maravilloso!»

«¡Wow! Es Colin. ¡Por fin está aquí!»

…

Cuando Dorothy vio a Colin, supo que tenía ventaja. Corrió hacia Colin y le dio un dulce saludo. «¡Colin, ya estás aquí! ¡Llevamos mucho tiempo esperándote! Vamos a conocer a mi madre».

Colin forzó una sonrisa y se acercó lentamente a Marcella y Gregary. Era obvio que Colin no parece excitado ni feliz ahora mismo. Dijo con voz débil: «Tío, tía, siento haber llegado tarde».

Al ver a su apuesto y famoso yerno, Marcella sonrió como una flor encantadora: «No pasa nada. Soy feliz mientras puedas venir».

«Sí, Dorothy lleva mucho tiempo hablando de ti. Ha dicho muchas cosas buenas de ti». Gregary sonrió a su avergonzada hija: «¡Es realmente difícil mantener a una hija adulta! Deja a su padre en cuanto encuentra un prometido».

Dorothy dio un pisotón: «¡Papá, me estás avergonzando!».

Su timidez y su gesto infantil chocaron y sorprendieron a Sophia. Nunca la había visto así cuando salía con Payne. Eso sólo podía significar una cosa. Estaba profundamente enamorada de Colin.

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