Estuve allí antes -
Capítulo 131
Capítulo 131:
El Edificio del Grupo Shaw.
Un Bentley negro se detuvo lentamente. Del auto, primero bajó una larga pierna.
Caden se bajó del auto con elegancia. Luego se dirigió al asiento del copiloto para abrir la puerta.
Caden miró a la tranquila mujer del auto. Sin apuro, estaba esperando a que la mujer tomara la iniciativa para bajar.
Hasta ese momento, Grace seguía sin saber por qué seguía comprometiéndose con él.
¿Por qué se puso el traje que él había preparado para ella y obedeció sus órdenes?
Un sentimiento de autodesprecio subió a su corazón. Odiaba ser incompetente, se odiaba tanto a sí misma, que ni siquiera se atrevía a resistirse.
Era la hora de ir a trabajar, por lo que había muchos empleados del Grupo Shaw que venían a inicia su jornada.
Grace no podía soportar los ojos ansiosos y curiosos que la miraban disimuladamente, tenía que salir del auto.
Cuando salió del auto, los ojos de las personas que entraban y salían del Grupo Shaw se volvieron cada vez más curiosos y menos discretos.
Casi nerviosa, Grace bajó inmediatamente la cabeza y la enterró profundamente en su pecho. Era mejor no dejar que los demás la vieran en lo más mínimo… Tenía miedo de tanta gente, miedo de esas miradas.
Era como una persona que ha estado en la oscuridad durante mucho tiempo. De repente, cuando salía a la calle y se exponía al sol, no sentía calor, sino un poco de desorientación.
Caden caminó al frente, seguido por Grace.
Caden, que entró en la puerta del Grupo Shaw, pero se detuvo de repente, girando para dar un vistazo a Grace detrás de él.
La mujer dudaba fuera de la puerta. Se negaba a cruzar la puerta que era su única la línea de defensa.
Caden rodó los ojos… antes, cuando esta mujer entraba en su empresa y luego a su despacho, ¡Entraba orgullosa y confiada de si misma!
La chica tímida siempre había sido Wallis, no Grace.
Hoy los recuerdos de su pasado llegaban a su memoria, pero estos ya no eran iguales a la realidad.
También pensó en ella, siendo ahora tan humilde delante de todo el mundo, este cambio que surgió luego de de salir de la cárcel.
Su postura defensiva de anoche… era la definición perfecta de sumisión. La escena en la que ella exclamó ‘No me pegues’ aún estaba dando vueltas en su mente…
Si en esos tres años le hizo perder algo importante, debía ayudarla a recuperarlo… la forma en que Franklin la amaba era dejando que sonrisas aparecieran en su rostro.
Ayudarla a recuperar la dignidad y el orgullo perdidos era la forma en que él la amaría.
«Puedes entrar y venir a una reunión conmigo. O te darte la vuelta ahora y volver a tu residencia».
Caden miró ligeramente a Grace. «No estoy bromeando. No te detendré».
Grace se mordió el labio y miró al hombre frente a ella, queriendo ver sus verdaderas intenciones en su rostro, pero Caden siempre había sido un poco inexpresivo. Además, ella no podía ver nada de duda en su rostro.
¿Tenía dos opciones…?
Ella seguía bajando la cabeza, usando el rabillo del ojo para analizar con cuidado a su alrededor. Aquellas miradas atentas a ella y aquellos ojos curiosos eran como un gran golpe. Ella miró cuidadosamente a Caden.
Aunque esas voces hablaban en voz baja, Grace todavía escuchaba esas discusiones.
También vio en todos esos ojos curiosos un rastro de desprecio…
«¿Quién es esta mujer? Por qué es tan tímida…»
«¿Cómo podría el Señor Caden conocer a una mujer tan humilde…»
«Mírala. El traje que lleva es de una marca famosa, pero aun así no puede ocultar su fealdad…»
Estas discusiones intermitentes. Aunque Grace no les presto mucha atención, aun pudo oír un poco.
Su rostro estaba pálido. Con la cabeza baja, se mordió el labio.
Entonces saboreó una pizca de sangre.
Los ojos de Caden no se alejaban ella. Grace podía oír la discusión que la rodeaba. Naturalmente, podía oír algunas de ellas, pero Caden no regañó a esas personas, sólo se centró en ella.
En el pasado… Grace no le tenía miedo a esas palabras. Una vez, le dijo a Caden con arrogancia: «¿Por qué debería importarme la evaluación de alguien que es inferior a mí?».
Pero la Grace de hoy, no importaba si eran los ojos curiosos o las palabras de otros, estas se sentían como heridas para ella, que fácilmente podían hacerla sentir mal.
Esos ojos despectivos, esas crueles palabras… Grace se dio la vuelta para huir. Corrió hacia el lado de la carretera y extendió la mano para llamar a un taxi.
Caden no la detuvo. Observó en silencio cómo la mujer subía a un taxi y se iba.
Frunció los labios y luego hizo un gesto con la mano.
Kirk se acercó.
Caden le dijo a Kirk al oído en voz baja: «Ve y síguela. Además, paga el taxi, ella no trajo dinero».
«Sí, jefe».
Caden miró el lugar por donde se había ido Grace, luego se dio la vuelta y entró. Con un destello de luz en sus ojos, pensó: Ella huyó hoy. Pero mañana es otro día.
…….
En cuanto terminó la reunión, Caden salió inmediatamente de la empresa.
El auto Bentley entró en la residencia de Grace. Siguió la dirección y encontró la habitación de Grace.
*Tock tock*
«¿Quién es?» Preguntó la persona en la habitación.
El hombre que estaba fuera de la puerta no habló, solo alzo la mano para golpear de nuevo la puerta.
La puerta se abrió. «¿Quién… por qué está aquí?»
«¿Por qué, no puedo?» Preguntó con una ceja medio levantada.
Grace se relamió los labios y quiso decir algo, pero al final no dijo nada. Preguntó un poco avergonzada: «Señor Caden… ¿Qué pasa?»
«¿Me invita a tomar una taza de té en su casa?».
«No tengo té en casa».
«El agua hervida está bien.»
«…por favor, entre.»
Caden ignoró la duda de Grace y entró en la casa con seriedad.
«Voy a servirle el agua…» La mujer bajó la cabeza y se dirigió a la cocina. De repente, Caden la agarró del brazo.
En voz baja le dijo: «No hace falta. Recoge tus cosas y ven conmigo».
«¿A dónde vamos? No necesito llevar nada, puedo ir así».
En cuanto levantó la vista, vio que el hombre parecía sonreír: «Me refiero a que hagas las maletas. Ya no vivirás aquí en el futuro».
«… ¿Dónde viviré?» Grace entró en pánico. Si no iba a vivir aquí, ¿Dónde lo haría?
«Vas vivir conmigo». Caden dijo claramente.
Grace se congeló en su lugar, pensando que había escuchado mal.
«… Señor Caden, yo vivo aquí. Estoy bien aquí».
Caden no le contestó. Levantó su reloj y miró la hora. «Te daré quince minutos para que recojas tus cosas. Después de quince minutos, nos iremos». Tras decir esto, la miró y añadió. «Sin importar que lo recojas todo o no».
Grace entró en pánico de repente. «Señor Caden, ¡Usted es un autoritario, arrogante y poco razonable hombre! Vivo muy bien aquí”.
No quiero mudarme ¡No quiero vivir con el!
Caden dijo con calma. «Lo que quieres decir es que no quieres vivir conmigo, ¿Verdad?».
¡Grace palideció de repente al escuchar esto!
Al verla así, Caden se rió. «Parece que lo he adivinado».
Después de eso, su rostro cambió repentinamente, con un nuevo brillo en sus ojos. «Tienes un cuarto de hora, no hay espacio para la negociación».
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